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Situada indistintamente a uno de los costados de la Plaza de Armas, donde fue erigida en 1834 y permaneció sobre su pedestal hasta 1955 —o sea, unos 120 años—, la estatua removida de Fernando VII pudiera apreciarse como un curioso exponente de escultura neoclásica que se ha conservado en el entorno de ese espacio público, desde hace algún tiempo en los portales del Museo de la Ciudad, otrora Palacio de los Capitanes Generales. Acercándose a esta temática, este artículo, realizado por Argel Calcines, editor general fundador de Opus Habana, fue publicado en el no. 44 de la revista Vol. XIV No. 3, 2012-2013 con portada de la artista Mabel Poblet.

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