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 El Museo de la Orfebrería cumple este 15 de mayo su 13 aniversario con una historia de trabajo educativo y artístico que ha dejado su impronta en múltiples instituciones culturales, así como en varias generaciones de artistas del metal. 
«Si me preguntaran cuál es el objetivo primordial de este museo es la faena en función de la investigación. Todo lo que se hace está orientado a conocer la historia de la pieza, lo que sucede en el mundo de la orfebrería a nivel internacional», afirma en esta entrevista Alicia M. Calzada, directora del Museo de la Orfebrería.
 
 En la foto, de izquierda a derecha: Leslie, Rosa Iris y Alicia en pleno trabajo
Ubicado en una casa colonial, el Museo de la Orfebrería abre sus puertas cada día para brindar una página de sabiduría y exquisitez estética gracias a los programas culturales que destina a niños, jóvenes, ancianos, y los fondos que atesora; huella indeleble de la historia artística y social de la ciudad. Como ya se hace usual, Alicia M. Calzada, la directora de la institución, hace un alto en su labor y comparte sus recuerdos y perspectivas.
 «El Museo de la Orfebrería de la Oficina del Historiador surge con el objetivo de documentar, investigar, exponer, preservar, proteger, comunicar y divulgar el patrimonio material y cultural de la orfebrería y arte en metal presente en las diversas facetas de la vida del cubano a través del tiempo y procedentes de diferentes latitudes. Atención especial reciben las piezas elaboradas en nuestra ciudad y en Cuba. Sugiere y recomienda a la Dirección de Patrimonio los criterios para la adquisición e incremento de la colección. Su acción va dirigida a diferentes públicos en función de la educación y deleite. Con nuestras acciones coadyuvamos a mantener viva y desarrollar una arraigada tradición cultural en nuestra ciudad: el arte y oficio de los orfebres, demostrando que  la orfebrería en Cuba tuvo un pasado relevante, un presente diverso, creativo y un futuro prometedor.
Había un antecedente, en el año 1986, pues en los bajos de este mismo edifico estaba la Sala de Platería Habanera, como parte del Museo de la Ciudad, de objetos realizados en plata y otros metales preciosos como bandejas, jofainas, aguamaniles, joyas, exvotos , etc. Después, por un tiempo, en esta  edificación se radicó la sede del Gabinete de Restauración, y no es hasta 1996 que surge el museo como casa ».

¿Porqué fundar un museo de la orfebrería?
 
 La alambrería artística ha estado presente en las exposiciones del Museo.
«La idea museológica de esta institución parte de Raida Mara Suárez, la actual directora de Patrimonio, pues ella conocía muy bien el fondo de piezas de orfebrería con que se contaba y tenía una idea de la distribución y disposición de éstas.
»Como te decía anteriormente, existía una sala que exhibía obras muy importantes, pero se fue acumulando todo un conjunto de objetos de orfebrería y joyería de mucha calidad que promovió la idea de crear un museo, basándose en la utilidad de las piezas. A  diferencia de otros museos de ese momento, nuestro centro fue el primero en colocarle rótulos con las fichas de las piezas, en los que se daban todos sus datos técnicos. Desde un principio, el museo se dividió en diferentes salas, como las armas y bastones, relojería, joyería, aseo, utensilios de comedor, objetos ornamentales, religiosos.... Después creamos la Sala de Platería Habanera para potenciar las piezas realizadas en nuestra ciudad. Actualmente contamos con casi el doble de aquellas con que comenzamos.
»Aunque el museo se llama oficialmente de la Orfebrería, se le conoce popularmente como Casa de la Plata, porque la mayoría de las piezas que atesora son de ese metal o plateadas. No obstante, se extiende a la orfebrería porque se trata de agrupar todo lo relacionado con el arte de trabajar los metales preciosos.
»Más allá de la conservación y estudio de la colección, uno de nuestros objetivos principales es demostrar que el arte en metal en Cuba está vivo. Por eso hemos ampliado el diapasón hacia otras manifestaciones del arte en metal, como la escultura, la herrería, la alambrería artística, pues esas son técnicas que se utilizan en la orfebrería y son aplicables también al trabajo en metal en sentido general».
¿Cuál fue la relación del museo, en sus comienzos, con los artistas que en esa época trabajaban artísticamente el metal?  
 
 Logotipo que identifica a la Congregación de Plateros «San Eloy»
«Al principio no tenía un círculo de artistas cercanos, pero Eusebio Leal ya estaba pensando en revitalizar la Congregación de Plateros “San Eloy”, una institución creada desde el siglo XVII conformada como gremio que protegía los secretos del oficio, con una organización gregaria, familiar, que se avenía muy bien con los intereses de revitalizar este arte . Todavía en la actualidad estos artistas que trabajan esta línea continúan conservando sus técnicas, las que transmiten de generación en generación.
»Entonces, aquello nos abocaba a otro reto, ya no sólo relacionado con la conservación de las piezas museables, sino orientado a rescatar la tradición de manualidades que existía en el país. Así, se reunieron plateros que se habían formado en el período republicano y otros que habían surgido en el período de la Revolución. Entre los iniciadores está Cecilio Tejeiros, actual presidente de la mencionada asociación de plateros. La Congregación surgió un año después, en 1997, y se ha convertido en una institución de excelencia en lo que respecta a la orfebrería y, en especial, la joyería.
»Sin embargo, nos percatamos de que había otras facetas del arte en metal que sobrepasaban el límite de la tradición joyera cubana y, por eso, aunque la Congregación continúa siendo nuestro organismo asesor y tiene mucho vínculo con nosotros, hemos ampliado nuestro radio de acción hacia otros sectores de los creadores del arte en metal, reforzando también el trabajo museológico y la labor de los artistas más jóvenes».
En los últimos años se ha hecho evidente el apoyo del museo a estudiantes y jóvenes orfebres. ¿Es uno de los objetos socioculturales del museo?
 
 Pieza de Otniel Castro, uno de los jóvenes orfebres egresados del Taller de Orfebrería de la profesora de San Alejandro, Marlén Piloto. 
«Sí, el museo tiene un conjunto de actividades educativas con niños, ancianos y jóvenes creadores que ganaron el apoyo de numerosos artistas. También, en otras vertientes de trabajo, este museo colabora fuertemente en la organización de la práctica docente relacionadas con el Patrimonio, con estudiantes de Historia e Historia del Arte que tributa la Universidad de La Habana, así como otros centros de educación superior como la Academia de San Alejandro y el Instituto Superior de Diseño Industrial (ISDI). Es una labor en la que ambas partes enriquecemos nuestra experiencia, pues compartimos objetivos.
»Por ejemplo, cada año se organizan exposiciones y discusiones de trabajos de graduación de estudiantes de la Academia de San Alejandro, del Taller de Orfebrería que desarrolla en esa institución la profesora Marlén Piloto, y se han montado exposiciones de esos trabajos que han sido todo un éxito, pues al público le ha interesado mucho la propuesta estética de estos nuevos creadores».
Si tuviera que describir las características de la labor que han emprendido todos estos años, ¿qué subrayaría?
«En todos estos años ha sido el trabajo lo que nos ha ido formando, un trabajo con objetivos. Cuando hablo de conferencias y exposiciones, me refiero a un rejuego entre lo que ofrecemos y asumimos. Nosotros nos superamos a la par de esos orfebres y artistas que se forman en los cursos y conferencias que ofrecemos. Siempre tratamos de que nada sea improvisado, lo que sirva para una conferencia se trata que tribute a una exposición y viceversa.
»Si me preguntaran cuál es el objetivo primordial de este museo es la faena en función de la investigación. Todo lo que se hace está orientado a conocer la historia de la pieza, lo que sucede en el mundo de la orfebrería a nivel internacional. Asimismo, se estudian a los orfebres y casas productoras de La Habana en épocas pasadas, las piezas que acogen a la ciudad como motivo artístico en planchuelas, sables, bastones etc. Algo que hemos priorizado es el trabajo en conjunto. Todas nos complementamos: yo, como directora; Rosa Iris Parets, como museóloga; Leslie Cordoví como técnica museológica, y terminamos siendo un maravilloso equipo en el cual cada una sabe su función y lo da todo por el perfeccionamiento de una función educativa y social que cada día va en aumento».
El final de la entrevista quedó en una pausa obligada por el mismo fragor de los preparativos. Este 15 de mayo, el Museo de la Orfebrería celebró un año más de entrega con dos actividades. En primer lugar, fueron inauguradas las exposiciones «Dos veces arte», conformada por piezas restauradas por el taller de metales del Gabinete de Restauración, y «Sellos del recuerdo», integrada por sellos y distintivos del período revolucionario confeccionados entre los años 60 y 80 en el taller instalado en el inmueble que hoy ocupa el museo. Además, tuvo lugar la apertura de la muestra «Arte en metal en museos. Ayer y hoy» que expone piezas realizadas  por orfebres pertenecientes a la Sección de Metales de la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas (ACAA), inspiradas en las piezas de diferentes épocas que conserva el museo, pero con una visión contemporánea e internacional, pues informa sobre los diferentes usos de esos objetos en diversas culturas del orbe y su presencia en centros expositivos por su valor museológico.
Rodolfo Zamora Rielo
Redacción Opus Habana