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 Hasta el 6 de diciembre próximo se mantendrá en la Casa Fundación Oswaldo Guayasamín, la exposición «Los ángeles de hoy» del artista Dagoberto Jaquinet, quien «retoma el tema de los Ángeles y nos muestra un conjunto de piezas en las que trae dicha temática a nuestros días, son Ángeles de hoy que podemos encontrar al caminar por las calles, ver las imágenes de un noticiero o en cualquier audiovisual de actualidad».
No importa lo complejo del camino —la vida—, las dudas o contradicciones que podamos tener, el hombre o mujer solo serán juzgados por sus actos. Si obramos bien y somos consecuentes con nosotros mismos pues no solo habremos nacido Ángeles, como bien dice la canción del dúo Buena Fe, sino que lo continuaremos siendo.

 
 Un ángel posado en la ciudad, (2009) Técnica mixta (177 x 131 cm)
«Los Ángeles de Hoy» es un proyecto que da continuidad a la temática tratada por el artista de la plástica Dagoberto Jaquinet Cejas en su anterior exposición, que se tituló «Revelaciones». Después de un período de estudios teológicos acerca de la connotación de los ángeles para las distintas religiones cristianas, su ubicación, significación y trascendencia, el artista realizó un seriado de fotos a los ángeles del capitalino Cementerio de Colón y partiendo de estas conformó una colección en la que recreo la imagen de los que ha su criterio sobresalían por su plasticidad al punto de ser llevados al lienzo, surgió entonces El Cristo de nuestro tiempo, Ariel y el caballo, Gabriel...Carmen o tú y otras en las que aborda el tema de los Ángeles desde el concepto bíblico.
 
 Ariel y caballo, (2009) Acrílico/Lienzo, (141 x 135 cm).
En esta exposición Jaquinet retoma el tema de los Ángeles y nos muestra un conjunto de piezas en las que trae dicha temática a nuestros días, son Ángeles de hoy que podemos encontrar al caminar por las calles, ver las imágenes de un noticiero o en cualquier audiovisual de actualidad, Ángeles cotidianos, preñados de contradicciones, dudas, vacilaciones y sentimientos de evasión, pero en los que siempre prevalecerá el sentimiento de simple nobleza que Dios dio a los humanos desde su creación, son rostros en los que triunfa el bien y por tanto el amor, la fe en la vida y la esperanza en un mejor fut uro sin importar si es un hermoso rostro de mujer madura que se posa en la ciudad, tal vez para tomar aliento y no puede evitar el ver de soslayo cuanto «trabajo» hay por hacer (Un Ángel posado en la ciudad), o una roquera llena de perforaciones (Un instante de reposo) que se sienta y descansa, digo medita.
Jaquinet nos muestra que puede haber un ángel en cada esquina, en cada calle, muestra de ello son la serie «G» donde aborda el interesante tema de los llamados «Góticos» y sus diferentes derivaciones, que creen vivir en un mundo completamente fantástico imbuidos por las imágenes provenientes de los «mangas» y las historias sobre vampiros, hombres lobos y los filmes derivados de las historietas, son las generaciones cuyo hobbie han sido los videojuegos y películas en su mayoría de pésima factura y escaso valor cultural, son chicos en su mayoría nacidos a partir de la instauración del capitalismo como sistema único a nivel global, son los hijos del mundo de la Internet, la telefonía celular, la informática y la visión hollywoodesca del resto de las culturas.
 
 Sandra, (2009). Técnica mixta (177 x 131 cm).
El artista apela aquí a lo más puro y hermoso que yace dentro de estos seres. No se trata de excluirlos o ignorarlos, marginarlos o mucho menos hacerles la apología. Esta serie es un llamado de alerta a la sociedad sobre estos jóvenes que pueden ser los hijos de cualquiera de nosotros. Corresponde pues a la psicología, psiquiatría, sociología, antropología, sexología y a cualquier otra disciplina relacionada con este fenómeno el estudio del mismo. Corresponde a cada uno de nosotros, artistas y miembros de la sociedad la búsqueda de un acercamiento integrador partiendo de la creencia de que es en lo más profundo del ser humano donde se libra la verdadera batalla, si creemos en la bond ad implícita en cada hombre y mujer desde el mismísimo momento de su creación iremos todos a la búsqueda de esa esencia angelical que yace en los «Góticos» o en cualquier otro grupo por «raros» que nos resulten.
Otra calle da nombre a otra serie, otro punto de la ciudad es centro de referencia para otro grupo de Ángeles. La serie «San Isidro» nos remite inmediatamente a los residentes en la ciudad a una de sus más afamadas leyendas urbanas y a su más reciente contemporanización, el proxenetismo y la prostitución tuvieron en el pasado siglo su «gloria» en la figura de Yarini y la tragedia de amor y muerte que lo inmortalizó, otro Alberto (de ficción) encarnado por el joven actor Carlos Ever Fonseca, hijo de ese querido amigo que es Ever, atrae nuevamente la atención sobre este barrio y esta historia, la bellísima Annia Bú, a modo de moderna santiaguera se une a el para protagonizar Los Dioses Rotos, filme de Ernesto Daranas que por su excelente realización y exquisita factura a merecido amplios elogios de la crítica al punto de ser considerada por algunos como el más reciente clásico producido por la cinematografía cubana.
 
 Ala rota, (2009). Técnica Mixta, (177 x 131 cm).
El artista nos ofrece entonces a «Sandra», «Las lágrimas de Betty», Bárbara o Bárbaro —como preferamos verle— y a este otro Alberto. Más que el planteamiento de una problemática social que ha sido arto tratada por los creadores cubanos de todos los tiempos esta serie es un profundo homenaje a la cinematografía cubana ya los hombres y.muj eres de San Isidro, herederos de esta tradición de marginalidad y también Ángeles que luchan contra esos demonios.
No importa lo complejo del camino —la vida—, las dudas o contradicciones que podamos tener, el hombre o mujer solo serán juzgados por sus actos. Si obramos bien y somos consecuentes con nosotros mismos pues no solo habremos nacido Ángeles, como bien dice la canción del dúo Buena Fe, sino que lo continuaremos siendo.

Mercedes Martínez Fernández
Curadora