Con la muestra «Actitudes: Valonia desde su gente», el fotógrafo Jim Sumkay, logró traer un pedazo de su tierra natal a las verjas de la fuente de la Plaza Vieja como parte de las múltiples actividades realizadas durante la Semana de la Cultura Belga, que concluyó el pasado 14 de noviembre en el Centro Histórico de La Habana.

«Yo tengo la premisa de decir sí a todo lo que tengo delante, de tomar las cosas como se presentan, de no dejar nada para mañana. Es el principio de disponibilidad y de aprovechar las oportunidades tal y como se presentan en nuestro camino», afirma el fotógrafo belga en esta entrevista.

¿Cuál es su formación como fotógrafo?

Ésa es una historia un poco particular. Yo aprendí a dibujar en el Instituto Saint-Luc, en Lieja, mi ciudad natal. En esta escuela de arte se estudia diseño, publicidad...pero nunca estuve en la sección de fotografía. Comencé a interesarme en el mundo de los niños discapacitados; así que interrumpí mis estudios de diseño y me especialicé en el trabajo social.

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El fotógrafo Jim Sumkay, quien expone parte de su obra en la verja de la fuente de la Plaza Vieja.
Cómo llega a la fotografía?

Hace más o menos seis años me encontraba en la sala de urgencias de un hospital cuando vi la muerte cara a cara. Tres o cuatro semanas después de estar hospitalizado, compré por casualidad una cámara. Primero fueron fotos de mi cotidianidad, hasta ir conformando un diario donde «escribía» una página de fotografías por día, las cuales empecé a  enviar a algunos amigos y periodistas. Ellos me alentaron mucho y me exhortaron a continuar con este trabajo.

¿Por qué escogió la fotografía como medio de expresión?

Esto que te voy a contar no es un alarde ni un secreto. Yo tenía una fuerte dependencia del alcohol: fue por eso que estuve al borde de la muerte. Cuando pude salir del hospital, el hecho de tomar fotos devino una especie de sucedáneo: no podía parar. Tuve una intensa necesidad de vivir, de aprovechar cada instante como si fuera el último. Cada una de mis fotos era el testimonio de un día más de vida. Así fue como rápidamente pude remplazar la dependencia del alcohol, por la dependencia de la fotografía. De hecho, hace cinco años que tomo fotos todos los días.
Cuando ya llevaba un año haciendo este diario fotográfico, el Departamento de Arte de la Universidad de Lieja me propuso incluir mis fotos en su sitio web a partir del primero de mayo de 2005. A cuatro años y medio de su aparición, ya hay más de 20 mil de mis fotos en línea. Espero festejar estos cinco años de trabajo incansable con una exposición importante.

Instantáneas pertenecientes a la muestra fotográfica «Actitudes: Valonia desde su gente», inaugurada en la Plaza Vieja en el marco de la Semana de la Cultura Belga en el Centro Histórico.
¿Todas las imágenes son de Bélgica?

Al principio sí; primero de Lieja, mi ciudad natal, y luego de otros lugares de la región de Valonia. Luego me invitaron a Francia, Alemania, Estados Unidos...
¿Cuándo fue su primera exposición?

Mi primera exposición fue un año después de comenzar este diario fotográfico. Un año de tomar fotos sin pausa fue para mí una especie de performance. Fue en un hospital universitario, en Lieja, y se llamó «Urgencias», como un guiño a mi propia vida. Era una muestra electrónica, con 12 pantallas, una por cada mes del año, que estaban repartidas por todo el hospital. Inauguramos la exposición; luego, yo tuve que ir a París y volví un mes después. Para mí fue una maravilla regresar y ver en la sala de espera las personas que miraban mis fotos. Yo estaba entre ellos, y ellos no sabían quién era el autor. Fue realmente extraordinario.

¿Por qué prefiere ser anónimo?

Como vivo en Lieja, donde hay cerca de dos mil habitantes y mi trabajo es bastante conocido ya que publico una foto por semana en La Meuse —un diario popular de la región—, prefiero el anonimato. En una pequeña ciudad como la mía, como saben que soy fotógrafo, puede haber varias reacciones de parte de las personas, como comenzar a perder lo natural, a posar o a tratar de no cruzarse conmigo.

¿Cuáles son los instantes que prefiere captar?

Me levanto cada mañana sin una idea particular de lo que voy a hacer. Es cierto que hay temas que me gusta abordar: lo imprevisto, las situaciones insólitas… Por ejemplo vi una ayer aquí, en La Habana: un hombre con sombrero llevando un paquete, pero como es difícil llevar las dos cosas al mismo tiempo, podríamos pensar que es el paquete el que lleva el sombrero. También me gustan las fotos donde hay una asociación entre las palabras (en mis caso en francés) y el personaje de la situación. En la exposición «Motus», que ya he presentado en Berlín (en una librería francesa) y en Bruselas, y pienso presentar en otras ciudades francófonas, hay ejemplos precisos: delante de una placa que dice Dentista se ve un oficial que está de espaldas y en el uniforme tiene un letrero donde se lee: Brigada Canina de Lieja.

¿Cuáles son sus fotos preferidas y cuál sería la foto ideal?

Las que más me atraen son las que simbolizan la vida. La foto ideal, la que aún no se ha tomado.

¿Cuáles son sus impresiones acerca del Centro Histórico de La Habana?

Hay una riqueza extraordinaria en cuanto a la arquitectura, con mucha influencia española. Es una ciudad donde prima la voluntad de salvar el patrimonio, y también de restaurarlo. Sus habitantes son gentiles, acogedores. En muchas ciudades del mundo no encontramos esta «convivialidad». Estoy muy contento de estar aquí.
Yo tengo la premisa de decir sí a todo lo que tengo delante, de tomar las cosas como se presentan, de no dejar nada para mañana. Es el principio de disponibilidad y de aprovechar las oportunidades tal y como se presentan en nuestro camino. Si uno las deja para mañana, es posible que todavía estén ahí, pero no es del todo seguro.  Veo las oportunidades como si fueran frutas que están a la altura de la mano: sólo hay que tomarlas. Esa es mi filosofía.

¿Sus proyectos para el próximo año y el futuro, en general?

Como sólo estuve en el Centro Histórico de La Habana, me gustaría exponer aquí mis fotos sobre esta ciudad. Me interesaría que fuera como ésta de la verja de la fuente de la Plaza Vieja, donde la gente puede acercarse más a mi trabajo.
Lysbeth Daumont.
Bibliotecaría de la Vitrina de Valonia.

Comentarios   

JOSÉ FERNANDO DÍAZ MEDINA
+1 #3 JOSÉ FERNANDO DÍAZ MEDINA 07-12-2009 14:56
En la vida, de vez en cuando, necesitamos varios encuentros tan sugerentes como el experimentado con el artista Jim Sumkay. La entrevista, con su familiaridad, en una conversación cercana, nos lleva de la mano de un verdadero y filosófico fotógrafo.
Nos confirma que a raíz, digamos, de su accidente, decide ganar una vida. Sólo la ilusión cultivada de la singularidad irreductible de este hombre le llevan a nuevos mundos universales.
Su vida es ahora agradable captando imágenes de lo cotidiano. Pero lo mejor de todo es que reflexiona, como "un trotamundos", con la cámara a cuesta
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Marie-Noël Damas
+1 #2 Marie-Noël Damas 29-11-2009 08:11
Me senti en La Havana como en casa y mas cuando encontré ésta exposicion de uno de mi compatriota desconocido para mi y sin embargo vecino: vivo cerca de su ciudad natale. Gracias para ésta exposicion y ésta entrevista que me permitieron de descobrir el talento de Jim Sumkay y su sensibilidad tan belga.
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Dorys
+1 #1 Dorys 22-11-2009 14:00
La entrevista muy buena, las respuestas, simples y a la vez profundas, la mayor divisa que nos deja la entrevista es estar seguros de que siempre se puede, solo hay que intentarlo, plantearse los retos, y luchar por cumplirlos.
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