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Diferentes instituciones del Centro Histórico acogieron un ciclo de conferencias y talleres en torno al haiku —género poético nacido en Japón y diseminado en Europa y América Latina— que impartió Delphine Rotfus, Msc en Lengua francesa y letras modernas.

Integrada por fotos y haikus, la exposición «Ikebana» del francés Jean Vallette podrá apreciarse en la Casa Víctor Hugo durante todo el mes de marzo.

Diferentes instituciones del Centro Histórico sirvieron de sedes para un ciclo de conferencias y talleres en torno al haiku —género poético nacido en Japón y diseminado en Europa y América Latina— que impartió Delphine Rotfus, Msc en Lengua francesa y letras modernas.
Como colofón, se inauguró el jueves 3 de marzo, la exposición «Ikebana» (arreglo floral, en japonés) del francés Jean Vallette que, integrada por fotos y haikus, se podrá apreciar en la Casa Víctor Hugo durante todo el mes de marzo.

¿Cómo se inicia su proyecto cultural y pedagógico en La Habana que tiene al haiku como hilo conductor?

Como profesora de francés, propuse un taller de escritura en francés titulado «Haiku en el  Caribe». a la Casa Víctor Hugo y la Alianza Francesa. El haiku es un poema tradicional japonés muy corto, de tres versos. Sugiere en pocas palabras un paisaje natural, las sensaciones vividas en un instante efímero, que el haikista tiene que «cristalizar» gracias al lenguaje poético. Como soporte para la escritura de estos haikus, mostré a mis alumnos cubanos dos conjuntos de imágenes que se inscriben en esta estética: la serie de fotografías «Ikebana» del fotógrafo francés Jean Vallette —especializado en la fotografía del desnudo femenino— y el libro de pinturas del galo Paul Elliott Thuleau, Caribbean shadows, suerte de catálogo de fachadas de casas típicas caribeñas. Estos dos artistas residen, como yo, en Saint-Martin (pequeña isla cercana a Guadalupe).

Una de las sesiones del taller de escritura en
francés «Haiku en el Caribe», en la Casa Víctor Hugo.

¿Cómo se desarrollaron los talleres? ¿Cuáles fueron los resultados?

Una veintena de jóvenes y adultos estudiantes de francés en la Alianza Francesa, la Casa Víctor Hugo y la Facultad de Lenguas Extranjeras, participaron en el taller para adentrarse en el mundo del haiku «con los ojos vendados», ya que no conocían nada sobre este género ni sobre las imágenes exhibidas. Ellos realizaron un trabajo formidable en un tiempo limitado. El resultado fue la exposición de las obras creadas en el taller que, matizadas con flores naturales, sirvieron para promover esta poética del instante.

Exposición «Ikebana» 
del francés Jean Vallette.

Háblenos de sus conferencias habaneras.

Tuve el honor de ser la invitada del encuentro cultural Quién es quien, organizado en conjunto por las bibliotecas de la Casa Víctor Hugo, la Casa de la Poesía y la Casa de Asia, lo que me permitió impartir una conferencia titulada «La influencia del haiku en la poesía francófona» el jueves 3 de marzo en la biblioteca de la Casa Víctor Hugo. En esa ocasión pude presentar el trabajo realizado en el taller, y mis estudiantes leyeron sus composiciones. Otras conferencias en torno a la misma temática,  se efectuaron en las bibliotecas de la Alianza Francesa y de la Casa de la Poesía, donde también participó como ponente Javier R. Prendes, quien disertó sobre el haiku en la literatura latinoamericana.

Delphine Rotfus (de pie), durante la conferencia en la biblioteca de la Casa Víctor Hugo.

¿Cuál era la imagen que tenía antes de viajar a La Habana? Al terminar su estancia de dos semanas aquí, ¿ha cumplido sus expectativas?

La imagen que tenía de La Habana antes de venir era la de capital del país del son, de la salsa, de la rumba; cuna de poetas y músicos, bailadores y artistas reconocidos a nivel mundial. Pero aquí he descubierto una ciudad muy dinámica en el plano cultural y artístico, además de un sitio privilegiado donde predominan la creatividad y el valor del conocimiento. Pero sobre todo, son los cubanos, los habaneros quienes más me han sorprendido por su alegría de vivir, su  carácter afectuoso, su inventiva, humor, creatividad, curiosidad, talento… Me sentí satisfecha con los encuentros sinceros y de afinidad que tuve con personas encantadoras, enriquecedoras y agradables.

¿Qué opniníón le merece el proceso restaurador que se lleva a cabo en el Centro Histórico?

No esperaba descubrir en los barrios históricos, una Habana tan bien restaurada: recorrer las largas callejuelas estrechas como la famosa calle Obispo, arteria central de La Habana Vieja, y desembocar en la magnífica Plaza Vieja, o bien en la Plaza de la Catedral. Me sentí súbitamente transportada a Roma, a Sevilla, o incluso a París. Encontré un lugar cargado de historia y comprometido en el presente por su efervescencia artística. En La Habana, pude percibir riqueza de espíritu, pero también sensibilidad poética.

¿Cuáles son sus proyectos para un futuro próximo?

Quisiera publicar un libro con los poemas realizados por los alumnos en La Habana. Este libro podría ser de gran interés artístico, dada la calidad de las obras pictóricas y los haikus escritos por los estudiantes; también sería el reflejo del dinamismo de la francofonía en Cuba, gracias a la enseñanza del francés y la divulgación de la cultura francófona. Próximamente viajaré a China y Japón, donde quiero recomenzar la experiencia con estudiantes francófonos de estos países. Tengo pensado otros talleres de escritura creativa en La Habana, siempre en relación con obras artísticas de pintores y músicos cubanos.


Lysbeth Daumont
Colaboradora de Opus Habana