Con el concierto Julián Fontana, el introductor de Chopin en Cuba, a cargo del pianista polaco Hubert Rutkowski en la Basílica Menor de San Francisco de Asís, concluyó el viernes 9 de mayo la Semana de la Cultura polaca en el Centro Histórico, a la cual la embajadora de Polonia en Cuba, Marzenna Adamczyk, le confirió un significado muy especial.

La jornada de cinco días incluyó conciertos, homenajes, la proyección de un documental y cuatro exposiciones: de carteles, numismática, filatélica y fotográfica.

 
La embajadora de Polonia en Cuba, Marzenna Adamczyk, y el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler,  presidieron los homenajes a Carlos Roloff, mayor general del ejército libertador cubano durante la Guerra de los Diez Años, así como al profesor polaco Stanislaw Lorentz (1899-1991), incansable batallador en la salvaguarda del patrimonio nacional de Polonia y en la reconstrucción del Palacio Real de Varsovia.
Un significado muy especial le confirió la embajadora de Polonia en Cuba, Marzenna Adamczyk, a la celebración de la Semana de la Cultura polaca en el Centro Histórico, que, realizada del 5 al 9 de mayo, incluyó conciertos, homenajes, la proyección de un documental y cuatro exposiciones, todos acogidos por  instituciones de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.
La inauguración de la muestra «Los motivos latinoamericanos en el cartel artístico polaco» en la galería de la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena dio inicio a la jornada, que continuaría el propio día 5 con el concierto Chopin y Moniuszko, a cargo de los pianistas Marita Rodríguez y Rolando Miralles, la soprano Conchita Franqui y la cellista Maylin Sevila en la Basílica Menor de San Francisco de Asís.
Al referirse a la importancia de la Semana,  la diplomática consideró que constituye «un vínculo, un puente que nos une ya que la Ciudad de La Habana está en plena reconstrucción, intentando recuperar lo perdido, lo devastado, lo arruinado…». En apenas unos ocho meses de estancia aquí, dijo, ha sido testigo del progreso experimentado, por ejemplo, en el rescate de palacetes y viviendas del malecón habanero.
Llegada a Cuba en septiembre de 2007, esta «varsoviana de pura cepa» —según confiesa— catalogó de «un honor la posibilidad de presentar mi cultura, mi tierra, mis paisajes preferidos, mi ciudad preferida…», según declaró a Opus Habana luego de concluir la proyección del documental Varsovia no lo olvidará de Maria Kwiatkowska, que recoge imágenes de archivo sobre la destrucción del 12 por ciento de la capital polaca durante la ocupación alemana de 1939 a 1945 y su posterior restauración.
El corto fue presentado en el teatro de la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena por el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, quien se refirió al valor del patrimonio cultural universal y cómo, al finalizar la II Guerra mundial, surgieron escuelas de restauración en Europa que trataron de preservar a ultranza la memoria de lo perdido.
De una de ellas, de la polaca, «más que aprender técnicas, aprendimos la voluntad de sacar hasta la última piedra posible y restituirla», a pesar de que algunas teorías vigentes en aquel momento repetían que lo casi perdido en las conflagraciones no debía volver a hacerse, sostuvo.
 
Ofrenda floral colocada en homenaje a Carlos Roloff Mialowski (Polonia, 1842-La Habana, 1907), mayor general de la Guerra de los Diez Años, librada por los cubanos por la independencia de la Isla, iniciada el 10 de octubre de 1868. La tarja está ubicada en la calle Obispo, en un costado del Museo de la Ciudad, otrora Palacio de los Capitanes Generales.
En sus declaraciones sobre el propio tema, Marzenna Adamczyk recordó que «expertos extranjeros consideraron que no tenía sentido rehabilitar la ciudad; que con tantos escombros y ruinas no se podía, que había que trasladar la capital de Polonia hacia otro sitio; que los polacos teníamos que buscarnos otra». Sin embargo, los varsovianos dijeron que no, que Varsovia se iba a quedar, añadió. Y eso fue precisamente lo que hicieron, expresó para significar que el proceso de reconstrucción está aun inconcluso.
Momentos antes de la proyección, en la calle Obispo, frente a la tarja colocada en un costado del Museo de la Ciudad en memoria de Carlos Roloff Mialowski (Polonia, 1842-La Habana, 1907), mayor general de la Guerra de los Diez Años, la embajadora y el Historiador de la Ciudad rindieron homenaje al prócer, y la Banda Nacional de conciertos interpretó los himnos nacionales de Cuba y Polonia.
Posteriormente, en la misma esquina de las  calles Mercaderes y Obra Pía, donde hay una placa evocativa al profesor Stanislaw Lorentz (1899-1991), Leal se refirió al empeño de este profesor en la salvaguarda del patrimonio nacional de Polonia y en la reconstrucción del Palacio Real de Varsovia, que –dijo– fuera fuente de inspiración para las labores de rescate del Centro Histórico de La Habana. Recordó que Lorentz contribuyó, junto a otros maestros polacos, a la formación de restauradores en pintura, maderas y papel, así como a especialistas en arqueología.
Las exposiciones «Monedas y medallas polacas», en el Museo Numismático; «Sellos polacos 1979-2007. La cultura contemporánea polaca», en San Francisco de Asís, y «Polonia en imágenes», en la Casa Alejandro de Humboldt, formaron parte también de la Semana de la Cultura polaca en el Centro Histórico, que concluyó el viernes 9 con el concierto Julián Fontana, el introductor de Chopin en Cuba, a cargo del pianista polaco Hubert Rutkowski en la Basílica Menor de San Francisco de Asís.

María Grant
Editora Ejecutiva de Opus Habana

 

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar