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 Durante el concierto del reciente sábado 16 de agosto en la Basílica Menor de San Francisco de Asís, Aimara Magaña protagonizó el estreno en Cuba de una obra para oboe solo: Aspects of a Landscape, de Paul Reade.

«El oboe tiene un sonido nasal, de un timbre muy característico, muy suave y, a la vez, potente y pleno, que evoca muchas cosas: ternura, belleza, sensibilidad, melancolía, dulzura, plenitud... Cuando toco me siento realmente realizada, experimento una sensación de libertad indescriptible, sin inhibiciones».

La oboísta cubana Aimara Magaña estudia actualmente el Bachelor en Música en la Guildhall School of Music and Drama de Londres, una especie de Mecca para los  músicos que desean convertirse en profesionales de alto nivel.

 
La oboísta Aimara Magaña junto a la maestra María Victoria del Collado, al piano, interpretaron la Sonata para Oboe y Piano de Francis Poulenc, las Romanzas para Oboe y Piano de Clara Schumann y las Canciones sin Palabras para Oboe y Piano Op.62-67 de Félix Mendelssohn. En esta ocasión Magaña presentó una obra de estreno en Cuba para oboe solo: Aspects of a Landscape de Paul Reade.
A los seis años, Aimara Magaña tuvo su primera profesora de música, Elena Tío Madrigal, quien dio inicio a una historia que ya tiene 18 años, 11 de los cuales han sido dedicados al estudio del oboe. La maestra María Elena Mendiola fue su mentora en el Instituto Superior de Arte.
Magaña cuenta ya con 11 años de práctica del oboe, un instrumento de alto grado de dificultad que requiere mucho tiempo de estudio y práctica.
Ha recibido clases magistrales de oboístas importantes como François Leleux, Christopher Cowie, Nicholas Daniels, Emmanuel Abbul, David Walter, Helena Gaunt, Jane Marshall y Gordon Hunt.
Aunque sobran ejemplos de dedicación en esta joven oboísta, uno de los más recientes es que no ha dejado de trabajar durante sus vacaciones de verano en Cuba. Entre los varios conciertos celebrados en esta etapa están: uno, el 31 de julio, en la Basílica Menor con María Víctoria del Collado (piano) y Dasni Martínez (fagot). Otro, el 7 de agosto, en San Felipe Neri, acompañada por la pianista Romy Hernández…
Se destaca el ofrecido el sábado 16 de agosto también en la Basílica Menor de San Francisco de Asís, donde minutos antes de comenzar esta presentación Aimara respondió preguntas de
Opus Habana. 

¿Pudiera hablarnos sobre el  tipo de oboe que usted utiliza y si toca además otros instrumentos musicales?

Primero quiero referirme al oboe en general que forma parte de una familia de instrumentos de viento madera, a la que pertenecen el oboe d'amore, el oboe da caccia y por supuesto el corno inglés. Todos los oboístas deben tocar el corno inglés, ya que es una parte esencial de la carrera como intérprete, algo muy parecido a lo que le sucede a los flautistas con el piccolo, a los clarinetistas con el clarinete en La o en Mi bemol.
El oboe utilizado por mí  fue construido en Inglaterra por la marca Howarth; es automático y sistema conservatoire.
También toco piano, algo que he debido hacer siempre como parte importante de mi formación como músico, y lo he ejecutado casi al nivel de los estudiantes de piano básico porque soy graduada de Asignaturas Teóricas y Oboe.

En cuanto al oboe, ¿cómo describiría su sonido; cuál resulta su mayor dificultad técnica; qué obras para oboe prefiere…?

El oboe tiene un sonido nasal, de un timbre muy característico, muy suave y, a la vez, potente y pleno, que evoca muchas cosas: ternura, belleza, sensibilidad, melancolía, dulzura, plenitud...Cuando toco me siento realmente realizada, experimento una sensación de libertad indescriptible, sin inhibiciones. Me puedo perder en mi mundo y estar allí por un tiempo... Para mí es muy importante lograr llevarme al público conmigo.
En cuanto a la mayor dificultad técnica, considero que radica en la respiración y en el control de la columna de aire. Si se tienen estos dos elementos se garantiza una buena afinación, una entonación adecuada así como una paleta extensa de color sonoro. Después con mucho estudio, los dedos van solos.
Me gusta todo el repertorio de mi instrumento. Disfruto mucho tocando la totalidad  de estilos, siempre trato de hacerlo más y más. Para mí es especial la música de principios del siglo XX. Me gusta mucho hacer música de cámara de ese período. Entre mis autores preferidos de sonatas están Poulenc, Dutilleux, Saint-Saëns y Rubbra. También la música de Britten para oboe solo, sus Insect Pieces, y sus Temporal Variations para oboe y piano. Los conciertos de Ralph Vaughan Williams, Richard Strauss, Martinu y Anthony Horovitz, están entre mis favoritos.

¿Qué oboístas toma como ejemplo o referencia para su trabajo? ¿Se siente deudora de algún oboísta cubano o extranjero?

Para mí son referencia obligada mis profesores: Helena Gaunt, Jane Marshall, Gordon Hunt y David Walter. Sin ellos, en especial sin Helena, no hubiera sido posible llegar al nivel de desarrollo que poseo en la actualidad, como instrumentista y como músico. En Cuba, las personas más importantes para mí son mi profesor de oboe Miguel Gutiérrez, sin quien hubiera sido imposible para mí haber tocado el instrumento, y la maestra María Elena Mendiola mi mentora y guía en muchos aspectos de la vida.

¿Qué público le ha resultado más difícil: el cubano o el británico?

En realidad nunca he tenido problemas con el público, en ambos lugares la audiencia ha sido siempre muy generosa. A lo mejor me he sentido con más confianza aquí en Cuba, pero al mismo tiempo más comprometida y con mayor responsabilidad. Se sabe que el público cubano es muy exigente.

¿Cuál considera como  el mejor momento o el más importante de su carrera profesional hasta hoy?

Creo que el momento actual es muy bueno. Este año ha sido muy prolífico, pues logré muchas cosas desde el punto de vista técnico e interpretativo. Hice conciertos importantes al tocar programas muy difíciles y estrené en Cuba varias obras del repertorio principal del oboe.
 Me siento muy optimista sobre todo porque en este momento estoy trabajando con el apoyo de la Cátedra de Viento del Instituto Superior de Arte (ISA) en un proyecto que, si se llega a implementar oficialmente en todas sus partes, significará una gran oportunidad para los estudiantes cubanos de oboe y que, por el momento, me ha permitido enseñar a construir cañas a los alumnos más avanzados, gracias a las donaciones recibidas del exterior.

¿Qué planes tiene para el futuro?

Continuar mi carrera, seguir mi superación profesional. Me dará mucho placer poder continuar el proyecto con el ISA.

¿Qué consejos ofrecería a aquellos estudiantes que desean graduarse y trabajar como oboístas?

Estudiar muy duro y aprovechar todas las oportunidades que la vida les ofrezca. Relajarse y siempre simplificar mucho las cosas a la hora de tocar. El oboe es un instrumento muy difícil, es probablemente uno de los más difíciles entre los instrumentos de viento. Por tanto, hay que tratar de hacerse las cosas más fáciles. El repertorio bueno e interesante es muy difícil, además de los problemas con las cañas. Hace falta mucha paciencia, voluntad de hacer  y devoción… Y, sobre todo amor por el instrumento y la música en general.

¿Cuándo se presentará nuevamente en Cuba?

Tengo pensado hacer un recital en abril del año próximo. Todavía no he decidido el programa, pero me gustaría hacer algo diferente. Quizá tocar con otros formatos. De cualquier manera quisiera recibir la misma acogida del público cubano. Desde ya invito a todos a asistir.

 

 Rosa Barrera Rodríguez
Opus Habana