Para conmemorar su 23 aniversario, la Casa de África de la Oficina del Historiador de la Ciudad acogió el XIII Taller de Antropología Social y Cultural Afroamericana, así como el II Encuentro de Oralidad «Afropalabra». Iniciado el martes 6 y concluido hoy, el evento, otro esfuerzo por estudiar y profundizar en las raíces culturales cubanas de origen africano, incluyó paneles, conferencias, exposiciones, espectáculos de narración oral y el tradicional recorrido por calles de La Habana Vieja.

Participaron delegados de múltiples naciones y especialidades, a los que se sumaron vecinos de la zona más antigua de la capital cubana.

 
Alberto Granado, director de la Casa de África, inauguró el evento en acto que contó con la presencia de representantes diplomáticos de países africanos acreditados en Cuba.
En una fresca mañana de enero, a la sombra del patio de la Casa de África, entre amigos y la voz melodiosa de un narrador oral que contaba cómo se mataba una culebra, el director de la Casa de África, Alberto Granado Duque evocó el legado del sabio cubano Fernando Ortiz de cuyo proyecto «Entre cubanos» son deudores tanto el taller teórico como el festival de oralidad. «Por eso queremos darle la bienvenida, precisamente con la narración, con la poesía y la oralidad (…) Este evento —ahondó— no sólo ofrece actividades teóricas, sino también culturales» Y eso se demostró el mismo primer día con la inauguración de la exposición «Afroamérica: la tercera raíz» y el espectáculo «De mi África».
Desarrollados ambos entre los muros del claustro del otrora Convento de San Francisco de Asís, ofrecieron una nueva dimensión del evento junto a la peregrinación por las calles del Centro Histórico de una multitudinaria rumba que arrastró a todos los delegados y al pueblo de la ciudad a un periplo musical que salió del Cabildo Afrocubano en el Día de Reyes para desembocar en la Plaza Vieja, antiguo escenario de los ignominiosos remates de esclavos en la época colonial.
«Afroamérica: la tercera raíz», una muestra itinerante que quedará en Cuba al cuidado del Dr. Miguel Barnet, se compone de 104 piezas entre imágenes, iconografía, dibujos, grabados que recrean el tema de la esclavitud y la presencia cultural africana en América Latina y el Caribe desde sus inicios hasta al actualidad. Concebida por la intelectual mexicana Luz María Martínez Montiel está auspiciada por el proyecto universitario México: nación multicultural, de la UNAM, bajo la dirección del etnólogo azteca José de Val. Se exhibió en Cuba, pues parte de la información que la conforma fue suministrada por especialistas de la Isla. Pensada con evidentes objetivos didácticos, «es una muestra extraordinaria sobre un tema que es muy caro para todos nosotros», declaró el presidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, Miguel Barnet, en la ceremonia inaugural, a la que también asistieron el Historiador de la Ciudad Eusebio Leal Spengler y el ministro de Cultura Abel Prieto.
Ofrecido por narradores orales de Cuba, Argelia y Camerún en la Basílica Menor de San Francisco de Asís, el espectáculo fue sólo una muestra de los recitales que se presentaron también en el Convento de Belén, en las Casas Simón Bolívar, de la Obra Pía, de la Poesía y en la propia Casa de África. Con un maravilloso equilibrio entre poesía, histrionismo y música, la narración oral se vistió de largo mostrando lo mejor de las tradiciones africanas heredadas tras siglos de sincretismo y transculturación.
 
 Bailarinas vestidas con los colores de Yemayá y Oshún danzan la rumba del Día de Reyes.
Según la escritora y etnóloga Natalia Bolívar muchos especialistas «buscan sentido en estos relatos extraños (…) escrutan sus mensajes enigmáticos para intentar una comprensión del hombre en la sociedad y la religión. La interpretación de la oralidad sitúa a los relatos mitológicos en el origen del camino del alma hasta el espíritu, en una marcha incontrolable del saber humano».
Como actividades colaterales se tributó un homenaje al recientemente desaparecido musicólogo cubano Helio Orovio, con la proyección de la última entrevista que se le hiciera en junio del 2008 para el documental sobre el 80 aniversario del Septeto Nacional Ignacio Piñeiro, del realizador italiano Roberto Ravena. También abrió sus puertas la exposición de cerámica «Premio Wemilere 2008», en la Casa Simón Bolívar, y las muestras «Ancestros» de Alfredo de Jesús Duquesne y «Obi kue» de Luis Alberto Ruiz en la Casa del Benemérito de  las Américas Benito Juárez. Asimismo, en la Casa de África se develaron las muestras «Oche Aye», «Raíces en ratales», «Orishas», «Humo y Tambor» y «Alafia», respectivamente, de Zoradmia Cabrera, Olga Borges, Robert Haupt, Venancio Díaz y Rudy Fernández.
Las sesiones científicas se caracterizaron por la profundidad y la amenidad de las ponencias, así como el domino de sus autores, quienes abordaron temas nodales de los actuales estudios antropológicos, etnológicos e históricos relacionados con las culturas de origen africano. Las relaciones de poder en la esclavitud, el sistema adivinatorio, los patakíes, las dimensiones histórico-culturales del vodú y la Regla Ocha, los fenómenos de transculturación e identidad, además del Palo Monte, la sociedad Abakkúa, la étnia Bantú, los aportes musicales y lingüísticos de los esclavos, la influencia del sujeto religioso en la realidad objetiva y otras, demostraron el creciente interés por los estudios sobre africanía en nuestro país. Cabe destacar las intervenciones de los doctores Julio César Guanche y María del Carmen Barcia, así como la conferencia dictada por el antropólogo Nelson Aboy que dejaron una magnífica impresión en los asistentes.
Las últimas sesiones se celebrarán hoy en la ciudad de Matanzas. No obstante, cuando los ecos de los conferenciantes, de los oradores y las obras de los artistas de la plástica parezcan en lontananza, la huella de este XIII Taller de Antropología Social y Cultural Afroamericana y del II Encuentro de Oralidad «Afropalabra» permanecerá todavía en la memoria de todos los que día a día dedican sus mejores empeños por enriquecer el estudio sobre el legado africano en la cultura cubana.
Por eso, omi tuto  Habana, como dicen los sacerdotes al comenzar la liturgia para conjurar el calor y refrescar el ambiente; omi tuto y, sobre todo, abre los caminos, con Elegguá trazándolos, para que otros muchos intelectuales enriquezcan con sus investigaciones el tesoro cultural africano, que un día vino desde lejos encadenado y flamea hoy como uno de los pilares de nuestra identidad.

Rodolfo Zamora Rielo
Opus Habana


 

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