Tras ser asaltada por niños de quinto grado de la escuela primaria Ángela Landa de La Habana Vieja, la conferencia Panorama de la cocina tradicional belga —concebida inicialmente para adultos—, se convirtió en un encuentro amenizado por el diálogo y el intercambio.
Durante la conversación con la belga residente en Cuba Fabienne Smulders, los asistentes conocieron algunos detalles del proceso de elaboración de diferentes platos típicos de este país entre los que se encuentran les frites (papas fritas), les pralines (bombones), la bière (cerveza) y les gauffres (galletas).
Por vez primera el tema culinario es abordado en las disertaciones que, como parte del espacio habitual Tesoros de Bélgica, se desarrollan cada dos meses en esta institución perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad.

El encuentro aportó datos interesantes, e incluso desconocidos, para muchos de los presentes en Vitrina de Valonia este 14 de septiembre, como por ejemplo el referido a los puntos coincidentes en la culinaria cubana y la belga.
Según explicó Smulders, a pesar de las diferencias entre ambas naciones (el clima, el idioma, la historia y otros componentes identitarios) también tenemos muchas cosas en común, que nos asemejan: el carácter jovial y extrovertido; el gusto por la comida e incluso por algunas recetas en particular.

Resulta curioso, por ejemplo, que en ambos países el picadillo se come con papas fritas (en Cuba es el tradicional Picadillo a la Habanera y en Bélgica se le conoce por filet américain). Esta última, muy apetecida tanto por los cubanos como por los belgas, tiene diversas formas de preparación y recetas, algunas de las cuales fueron mostradas por Smulders durante la conferencia.
Por otra parte, la colección de cervezas belgas se encuentra entre las más amplias del mundo. La variedad de tipos de cerveza en Cuba es menor. Sin embargo, existen algunas fábricas, entre ellas la Taberna La Muralla, localizada en el Centro Histórico, que destaca por la particularidad de ser la única en vender la cerveza que se produce in situ, además de especializarse en la elaboración de la bier austriaca.
«Bélgica es el país con la mayor cantidad de marcas de cervezas a nivel internacional. Hay más de 500 tipos en todos los registros de cervezas: rubias, blancas, morenas, amargas, dulces, con sabores a frutas, de fermentación lenta o fuerte...», afirmó Smulders después de explicar el proceso de fabricación de esta bebida, cuyos ingredientes principales son: cebada, agua, lúpulo, malta y levadura.
Conocido mundialmente por su exquisito sabor y textura, el chocolate belga es uno de los productos más refinados del mundo.

Con el ánimo de fomentar la tradición chocolatera en los cubanos y el vínculo entre ambas naciones, el 5 de noviembre de 1995 fue inaugurado el Museo del Chocolate que, ubicado en la calle Mercaderes esquina a Amargura, está inspirado en su homólogo de la Plaza Real de Bruselas, donde se comercializan algunos de los tipos de chocolate mencionados por Smulders.
Secretos guardados celosamente por los maestros chocolateros belgas, fueron revelados por Fabienne en su conferencia: la rigurosa selección de los ingredientes —las semillas de cacao deben tener la madurez, color, tamaño y peso adecuado—, una buena torrefacción y la alta concentración del cacao en la producción son las claves de este misterio culinario. La receta se enriquece cuando sus ingredientes básicos son mezclados con nueces o almendras para hacer el típico bombón belga (praliné).
Los gofres o gauffres, como se les denomina en francés, son pequeñas galletas calientes. Cada región de Bélgica tiene un modo específico de prepararlos: los waffelen, en Flandes y les gauffres de Liège, en Valonia. «Hay una receta básica, a partir de huevos, harina, azúcar y mantequilla o margarina», manifestó Fabienne Smulders. Después de una explicación y demostración práctica al final de su exposición, la invitada convidó al público asistente a descubrir el sabor peculiar de este plato típico belga.

Redacción Opus Habana