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 Casi una treintena de retratos realizados por Ramón Martínez Grandal y Pedro Abascal integran la propuesta Re-cuentos junto a 15 piezas de significativos artistas de distintas generaciones que, desde sus poéticas, intentan reinterpretar algunas de las más conocidas instantáneas de Abascal.
Con el bien fundado título de Re-cuentos, la selección revive las tardes en el Taller que quedaron atrapadas por el lente de estos creadores.

 El Taller Experimental de la Gráfica se propuso despedir el 2007, año de su 45 aniversario, por todo lo alto. Para ello exhibe hasta principios de febrero una sui géneris muestra que desdibuja sus cánones expositivos. Casi una treintena de retratos realizados por Ramón Martínez Grandal y Pedro Abascal integran la propuesta junto a quince piezas de significativos artistas de distintas generaciones que intentan reinterpretar desde sus poéticas algunas de las más conocidas instantáneas de Abascal.
Bajo el bien fundado título de Re-cuentos, la selección revive las tardes en el Taller que quedaron atrapadas por el lente de estos creadores. La primera parte de la muestra funciona como una suerte de diálogo entre el pasado y el presente, entre la nostalgia y la cotidianidad de la antológica institución mediante imágenes de los protagonistas de las múltiples jornadas de olor a tinta entre piedras y cartulinas. Jornadas por las que en más de cuatro décadas han transitado la mayoría de nuestros artífices quienes han encontrado en el grabado un inagotable vehículo de expresión. Algunos de los fotografiados, al parecer, no se conformaron solamente con figurar en la exhibición desde el blanco y negro de sus rostros plasmados en el papel fotográfico, posando o sorprendidos por estos cazadores de historias visuales. Quisieron desquitarse con Abascal, gracias a una invitación de éste a que se apropiaran de algunas de sus fotos para devolvérselas concebidas desde sus propias paletas e inquietudes pictóricas.
Lo que comenzó como un homenaje de los fotógrafos al Taller de la Plaza, terminó corriendo la suerte de un cadáver exquisito al que se sumaron Arturo Montoto, Aisar Jalil, Rafael Zarza, Ángel Rivero, Julio César Peña, José Omar Torres, Carlos de Toro, Zenén Vizcaino, Rafael Paneca, Isolina Limonta, por solo mencionar algunos de la quincena de artistas que se empeñaron en contagiar de trazos la obra de quien tanto le ha cantado a la Habana desde el lente, captando su esencia y la de sus habitantes con su peculiar perspectiva e indagadora vocación de cazador de imágenes.
Cecilia Crespo
Periodista