No es un ave endémica de Cuba, pero ha sido escogida para nombrar la revista del Grupo de Trabajo Estatal de la Bahía de La Habana (GTE-BH) debido a su presencia histórica en estas costas, a donde ha regresado como fruto de las acciones emprendidas a favor de la descontaminación.
El propósito de esta publicación es fomentar la cultura ambiental y la conducta responsable de los habitantes de la Ciudad y su entorno, así como para dar a conocer el Programa de Saneamiento de la Bahía.

 Presentada por Eusebio Leal Spengler, la publicación ofrece en su número cero –entre otros temas– un amplio panorama histórico-ambiental del puerto y sus vínculos con la ciudad a través de artículos del propio Historiador de la Ciudad y especialistas del GTE-BH, que preside desde su fundación el licenciado Armando Choy.
En una pormenorizada entrevista, este último reflexiona en torno al proyecto de saneamiento de la bahía habanera, a la par que desglosa la misión, objetivo, funciones y alcance de la institución que dirige, cuyos resultados «ya podemos constatar cuando observamos la presencia de los pelícanos en aguas que cada vez son más transparentes», afirmó Leal tras elogiar lo acertado del nombre dado a la revista.
El Pelícano…, que tendrá un carácter cuatrimestral, fue concebido editorialmente en colaboración con la revista Opus Habana (Oficina del Historiador de la Ciudad) como «un espacio de información, educación y reflexión sistemática sobre los problemas socioambientales de la Bahía y su Cuenca Tributaria», según se define en su carta de presentación.
Su propósito es «fomentar la cultura ambiental y la conducta responsable de los habitantes de la Ciudad y su entorno, así como para dar a conocer el desarrollo del Programa de Saneamiento de la Bahía», afirma el editorial.
De acuerdo con el licenciado Choy, presidente del GTE-BH, este grupo se creó luego de que resultaron infructuosos los intentos anteriores de sanear la Bahía habanera y se recomendó por el Proyecto GEF (Global Enviroment Facilities) la necesidad de crear una «autoridad única» para enfrentar la contaminación de la misma.
En el marco de ese proyecto, patrocinado por las Naciones Unidas a través del PNUD, durante los años 1996,1997 y 1998 instituciones sociales, investigativas y científicas cubanas estudiaron la Bahía y la problemática de su contaminación, tras lo cual se reflejaron 21 recomendaciones globales, entre ellas la ya mencionada.
Así, el 15 de junio del año 1998, mediante el Acuerdo 3300 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, se hizo efectiva la creación de esa «autoridad única»: el Grupo de Trabajo Estatal para el Saneamiento, Conservación y Desarrollo de la Bahía de La Habana (GTE-BH), cuyo consejo técnico asesor integran 12 entidades de distintos ministerios.

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