Reabierto este lunes 19 de julio en su nueva sede, el Museo Numismático es como un «tesoro de la memoria acuñada, a través de la cual podemos apreciar la Historia de Cuba en toda su diversidad», expresó en sus palabras inaugurales el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler.
Con motivo de la reapertura del Museo Numismático en su nueva sede —Obispo 305—, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz donó a dicha institución una valiosa colección de mil monedas de oro.

   
 
Momentos de la inauguración de la nueva sede del Museo Numismático por Eusebio Leal Spengler. A la ceremonia asistieron José Miyar Barrueco, secretario del Consejo de Estado, y Francisco Soberón Valdés, ministro presidente del Banco Central de Cuba, quienes recorrieron las salas expositivas junto al Historiador de la Ciudad.

 SALA TRANSITORIA
Considerada de alto valor numismático, esta colección de monedas de oro fue entregada al Presidente cubano en 1985 por el eminente biólogo suizo residente en Canadá Dr. Albert Thut, y por decisión del Consejo de Estado ha pasado a engrosar los fondos del Museo Numismático (Oficina del Historiador de la Ciudad). ampliar
Vista interior del Museo Numismático, con la escalera de acceso al segundo nivel.

 SALA CIRCULANTE MONETARIO
En el segundo piso se encuentra la Sala de Circulante Monetario, destinada a las monedas y billetes desde el mundo antiguo hasta la actualidad. ampliar
Entre las piezas que atesora el Museo Numismático en su Sala de Circulante Monetario, tienen un valor particular las monedas y billetes que emitió en 1869 la República de Cuba en Armas, con la firma de su Presidente: Carlos Manuel de Céspedes.

 SALA MEDALLÍSTICA
La Sala Medallística está reservada a piezas conmemorativas, emitidas durante las etapas de la Colonia, la República y la Revolución. ampliar
En esta vitrina se encuentran, entre otras piezas del período colonial, la Real y Distinguida Orden Americana de Isabel la Católica y la Cruz de la Orden de Santiago.
 
I N A U G U R A C I Ó N
 
Pancarta explicativa de la colección de mil monedas de oro donadas por el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. La misma se exhibe en la Sala Transitoria.
Acuñadas en distintas cecas, especialmente Tember (Colorado) y Carson City, de las mil monedas de oro que conforman el donativo del Jefe de Estado cubano, 920 son norteamericanas de 20 dólares, acuñadas entre 1869 y 1928, y 80 son mexicanas de 50 pesos, acuñadas entre 1925 y 1945. Una parte de ellas —100 piezas— se expone en la Sala Transitoria, en el primer piso de la nueva sede museística.
El recién abierto Museo Numismático, que fue fundado en 1975 por Raúl León Torras, entonces ministro presidente del Banco Nacional de Cuba, se encuentra situado ahora en un edificio construido en 1915 en la populosa calle de Obispo.
En este inmueble radicó el antiguo Banco de Mendoza y, aunque sufrió posteriores modificaciones, sobre todo en su interior, conservó su arquitectura bancaria: ecléctica, con predominio neoclásico, monumental y magnificente.
Este edificio ha sido restaurado por la Oficina del Historiador de la Ciudad, y se suma a otros de semejante carácter bancario que, situados en la zona que algunos llaman «el Walt Street» habanero, comienzan a ser recuperados como exponentes de la arquitectura moderna en los predios del Centro Histórico.
Es el caso del otrora Banco del Comercio que, concebido hacia 1923 dentro de la iglesia de San Felipe Neri, fue restaurado y refuncionalizado a principios de este año 2004 en sala de conciertos, mientras que «en sus espectaculares bóvedas se conservará el grueso de las 162 000 piezas que custodia el Museo Numismático», afirmó el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal.
A la apertura de la nueva sede del Museo Numismático asistieron José Miyar Barrueco, secretario del Consejo de Estado, y Francisco Soberón Valdés, ministro presidente del Banco Central de Cuba, entre otras personalidades.
El nuevo Museo Numismático cuenta con dos niveles para el uso público. El primero está dedicado a la Sala Medallística (reservada a piezas conmemorativas, emitidas durante las etapas de la Colonia, la República y la Revolución), además de contar con el pequeño espacio para muestras transitorias.
En el segundo piso se encuentra la Sala de Circulante Monetario, destinada a las monedas y billetes desde el mundo antiguo hasta la actualidad.
 
S A L A  C I R C U L A N T E  M O N E T A R I O
 
La Sala de Circulante Monetario comienza en el mundo antiguo, cuando surge la moneda. Justo a este período pertenecen las 16 monedas griegas —de plata— entregadas en vida por Joaquín Gumá Herrera, Conde de Lagunillas, además de otras antiquísimas piezas.
A continuación le sigue el espacio dedicado a la circulación monetaria en América. Como es sabido, a la llegada de los conquistadores españoles, el valor de cambio era otorgado a productos naturales como el cacao, por ejemplo.
La metrópoli impuso el uso de la moneda metálica como circulante, pero las acuñaciones españolas no fueron permitidas en el Nuevo Mundo. Fernando el Católico ordenó acuñar expresamente en Sevilla, en 1505, monedas para estos territorios.
En 1535 se ordenó la apertura en México de la primera Casa de la Moneda en América, que acuñó las de tipo «circular sin cordoncillo».
Hacia 1570 comienza a labrarse la moneda macuquina, acuñada sobre discos de metal irregulares y de bordes recortados. Ambos tipos se produjeron a martillo hasta 1728, cuando se introdujo la técnica a volante. Con ella, en 1732 se inició la producción de la moneda columnaria en plata, y la de busto, en oro.
La sala de Circulante Monetario está ubicada en el segundo nivel de la edificación. 
En 1771 se unificaron los diseños y el busto apareció igualmente en oro y plata hasta el fin de la acuñación colonial española en América, alrededor de 1823.
Con la independencia de México, principalmente y de las restantes colonias (1824), Cuba dejó de recibir acuñaciones hispanoamericanas y comenzó a nutrir su circulante con monedas españolas, francesas y norteamericanas, con la paulatina preponderancia del dólar.
Sin embargo, desde 1855 España ya había autorizado que Cuba comenzara a imprimir su propio billete lo cual recaería en los Bancos Español de La Habana (1855), Español de la Isla de Cuba (1881) y Tesoro de la Isla de Cuba (1891).
Una vitrina aparte atesora las emisiones de la República de Cuba en armas (monedas y billetes) que datan de 1869. Su importancia radica en que, con esta emisión, Céspedes quería dotar a la naciente República de dinero propio, como un atributo más de soberanía.
El valor agregado a estos primeros billetes cubanos se los confiere el hecho de que llevan la firma del Padre de la Patria.
En 1897, la Junta Revolucionaria Cubana de Nueva York acuña monedas destinadas a recaudar fondos para la guerra. Estas piezas debían tener el valor facial de un peso, pero para evitar el peligro de confiscación por parte de las autoridades norteamericanas, se sustituyó el valor facial por la palabra souvenir.
Desde 1855, el gobierno español autorizó a Cuba imprimir sus propios billetes, algunos de los cuales se exponen en esta vitrina.
Las dificultades que acarreaba la circulación de monedas de diferentes nacionalidades prevalecieron durante los primeros años de la República; ello propició un proyecto de emisión de billetes en 1904 por parte del National Bank of Cuba, entidad de capital privado carente del privilegio de emisión, razón por la cual el proyecto fue impugnado.
Una década más tarde, el 29 de octubre de 1914, se creó el sistema monetario nacional basado en el patrón oro y como unidad el peso. La ley previó la emisión de monedas de oro, plata y cobre-níquel —las cuales se acuñaron en Filadelfia a partir de 1915— pero no consideró la emisión de billetes, aunque legalizó la circulación del dólar norteamericano.
Aquí también se exponen los estuches con las primeras monedas cubanas salidas de las prensas, las cuales fueron entregadas al entonces presidente de la República Mario García Menocal; de ahí que se le llame Colección Menocal. Dichas piezas pasaron al Banco Nacional de Cuba, desde el mismo momento de su creación.
Carente de un banco emisor, el Estado comenzó a emitir papel moneda —conocido como Certificados Plata— a nombre de la República sólo a partir de 1934, respaldado por 67 000 000 de discos de plata de un peso. En 1948, al crearse el Banco Nacional de Cuba, se pusieron en circulación billetes a su nombre y fueron desmonetizados los anteriores.
Al triunfo de la Revolución, el Comandante Ernesto Guevara asumió la presidencia del Banco Nacional de Cuba. En 1961 se estableció el canje obligatorio de los billetes hasta ese momento en circulación, por los de la nueva emisión que en su diseño mostraban la firma del Presidente del Banco (Che).
El 18 de julio de 1977 se inauguró la Casa de la Moneda de Cuba. Ese día se acuñaron tres monedas de oro que, con valor de 100 pesos, tenían el busto de Carlos Manuel de Céspedes y se agruparon en la serie «Grandes acontecimientos de la historia de Cuba».
La primera de estas monedas se le obsequió al Comandante en Jefe Fidel Castro, la segunda, a la Asamblea Nacional del Poder Popular y la tercera, al Museo, o sea, que aquí se atesora una de las primeras monedas acuñadas por la ceca de La Habana.

 
S A L A  M E D A L L Í S T I C A
 
Vista de la Sala Medallística, con las vitrinas que contienen las piezas de la época colonial.
La Sala Medallística cuenta sólo con fondos cubanos desde los tiempos de la Colonia hasta hoy.
La medallística de la etapa colonial cubana se caracteriza por piezas que recogen hechos destacados, junto a órdenes y condecoraciones españolas portadas por la aristocracia y el ejército de la Isla.
Destacan en esta colección las medallas de proclamación y jura y las medallas de ayuntamiento. Las primeras eran acuñadas por las localidades al celebrar ceremonias de ascensión al trono español de un nuevo monarca; tenían escaso valor y eran arrojadas al pueblo durante los festejos. La más antigua medalla de proclamación cubana es la de Luis I, emitida en 1724.
Los ayuntamientos dispusieron en 1866 el uso de medallas para distinguir a sus regidores; en ellas se grababan las armas del distrito y la efigie del santo patrono de la localidad.
En esta sala se encuentran, entre otras piezas, la Real y Distinguida Orden Americana de Isabel la Católica y la Cruz de la Orden de Santiago. También pueden apreciarse las dos medallas postbélicas, española e inglesa, relacionadas con la toma de La Habana por los ingleses en 1762. Es también interesante la medalla dedicada a conmemorar el fín del bloqueo estadounidense sobre la isla de Cuba en 1898.
Vitrina con la Orden Carlos Manuel de Céspedes, la más alta condecoración que entregaba el Estado Cubano durante la República.
La medallística de la República, que se inició con ella en 1902, versó sobre diversos temas; en este período se destacaron la Medalla de los Veteranos a Máximo Gómez; la Medalla de la Independencia, conferida a miembros del extinto Ejército Libertador, y en 1913 la Medalla de la Emigración, primera pieza numismática en que aparece la imagen de José Martí.
A partir de 1909 fueron creadas órdenes y condecoraciones, entre las que se cuentan la Orden Nacional de Mérito Carlos Manuel de Céspedes, la Orden de Honor y Mérito de la Cruz Roja, la Orden del Mérito Militar y la Orden del Mérito Naval.
Entre ellas se distingue la Orden Carlos Manuel de Céspedes, la más alta condecoración que, en distintos grados, otorgaba el Estado Cubano y que, en su momento, fue conferida a personalidades de relevancia tales como Alicia Alonso, Sánchez de Bustamante, Jorge Mañach...
Correspondientes a este período histórico, están también las medallas especiales dedicadas al Centenario del natalicio de José Martí (1953) y las medallas a los emigrados revolucionarios cubanos.
Otros espacios acogen las piezas de la Revolución hasta que se instaurara el Sistema de Condecoraciones de la República de Cuba que, entre las más importantes, incluye la Orden José Martí y la de Héroe de la República de Cuba.
En primer plano, las vitrinas con las medallas acuñadas por la Oficina del Historiador de la Ciudad.
Un lugar significativo está asignado al sistema de medallas de la Oficina del Historiador de la Ciudad que, acuñadas en oro, plata y cobre patinados, refleja la obra restauradora del Centro Histórico de la Habana Vieja.
Estas emisiones comenzaron en 1973 y, desde entonces, se ha ido incrementando una colección de alto valor numismático y artístico cuyo tema central son las instituciones, personalidades y grupos sociales que se han distinguido por su aporte al acervo cultural de la ciudad desde sus orígenes, y al proceso de restauración y el renacer económico, político y espiritual que entraña. Han sido acuñadas en la Casa de la Moneda de Cuba desde su fundación. Entre estas medallas pueden mencionarse:
   A la memoria de la comunidad judía
   Al bicentenario de la Catedral de La Habana
   A la restauración del Convento de San Francisco
   A Hasekura Tsunenaga, primer japonés que visitó Cuba
   Al bicentenario de la estancia de Simón Bolivar en La Habana...
Ahora, al ser reunidos en su nueva sede de la calle Obispo, como si de un archivo oficial se tratase, estos tesoros numismáticos permiten al visitante acceder a distintos momentos de la Historia de Cuba, además de vivir el interés y la curiosidad por una de las vertientes más apasionantes del coleccionismo.

Comentarios   

Anib@L E.
0 #5 Anib@L E. 17-11-2014 19:52
Quisiera saber que valor representa una moneda de cuarenta centavos de 1962..?
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Anib@L E.
0 #4 Anib@L E. 17-11-2014 19:47
Me pudieran explicar que valor representa una moneda de cuarenta centavos de 1962..?
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María Trinidad
+3 #3 María Trinidad 03-10-2013 14:52
¿en qué departamento se solicita el permiso de autorización de exportación de monedas con carácter numismático? ¿ cuál es el procedimiento?
Gracias por adelantado.
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Salvador García Lima
+2 #2 Salvador García Lima 09-03-2012 01:49
Felicidades por su nuevo espacio. Reciban un fraternal saludo desde el Museo Numismático Nacional de la Casa de Moneda de México.
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José Cortazar Navarrete
+1 #1 José Cortazar Navarrete 24-09-2009 15:03
De manera constante he seguido una serie de hechos históticos y haciendo una investigación sobre monedas y casas emisoras de monedas encuentro una divergencia, ya que se considera a la Casa de Moneda de México desde 1535, como la primera del continente, sin embargo recuerdo que en Santiago de Cuba ya se acuñaba moneda previo a este hecho, entonces, la casa de Moneda de Santiago de Cuba no es la más antigua?...espero alguien me pueda aclarar dicha confusión, reciban un saludo cordial
José Cortazar Navarrete
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