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 Otro de los ecos de la Décima Bienal de La Habana es la exposición del artista suizo Martin Engler «La Caja Fuerte Abandonada» que se exhibe en la galería del Hotel Florida, desde el primero de abril. Conocido por su variedad de técnicas y formatos en la expresión de su mundo interior, en consonancia con las influencias externas que enfrenta el ser humano contemporáneo, las obras de Engler están cargadas de vivencias y metáforas de la realidad circundante, con un ingrediente de denuncia y fino humor que comprometen al espectador desde sus propias experiencias.
Con gran libertad de formatos, expresiones y gamas cromáticas las piezas  funcionan como un conjunto, pues a pesar de que fueron concebidas independientemente pueden ser interpretadas de forma conjunta.
 
 
Como todos sabemos, la economía mundial lava y recicla dinero desde hace muchísimo tiempo y de manera constante. Precisamente, Martin Engler, prestigioso artista suizo, propone una singular muestra alegórica a la anterior afirmación. Desde su perspectiva aborda el fenómeno monetario a nivel mundial muy en correspondencia con las actuales crisis económicas internacionales.
La obra de Martin está muy marcada por sus vivencias personales, es el resultado de reflexiones acerca de su contexto y permite identificarnos desde nuestras propias experiencias.
Con gran libertad de formatos, expresiones y gamas cromáticas las piezas que contienen la selección que conforma este proyecto funcionan como un conjunto, pues a pesar de que fueron concebidas independientemente pueden ser interpretadas de forma conjunta.
Más de 15 calcografías de gran formato, realizadas en nuestro país, junto a una original instalación serán las encargadas en esta ocasión de acercar al espectador cubano al quehacer de este creador que ha expuesto su obra en distintos puntos del planeta.
La instalación compuesta por la caja fuerte, también concebida en nuestro territorio, funciona como una invitación  a la reflexión acerca del sistema monetario, el amor, la familia, entre otras problemáticas de la sociedad contemporáneas.
No será una caja cualquiera, los elementos que la compondrán funcionarán como una insoslayable provocación al espectador cumpliendo con la función de la genuina obra de arte.
Consta de 15 calcografías con montaje convencional de 70 cm x 50 cm, todas con gran variedad de gamas, manejando los colores primarios y con un gran predominio de los matices del azul y sus diversas degradaciones cromáticas.
 
 
De ellas, diez se enfocan en la caja fuerte, pues toman a ese ícono como referente y eje de la propuesta imbricándola con otros elementos alegóricos al discurso del artista y al mensaje que se desea transmitir. Las otras cinco dominan temas como el insomnio, el amor, la paz, entre otros conflictos socioculturales del hombre contemporáneo. Todos se mueven en la cuerda de un expresionismo neofigurativo y su carga conceptual es evidente al referirse a la crisis económica mundial. El colorido y la propuesta estética de las obras descubre a su creador como un artista tropical, pues funciona como una ruptura con sus anteriores trabajos. En esta ocasión sus obras están impregnadas del contexto en el que fueron concebidas.
La otra parte de la exposición, es decir la parte central de la que se derivan las piezas bidimensionales, es precisamente la instalación. Esta consta de una antigua caja fuerte encontrada en Cuba que se ocupará con monedas de chocolate cubiertas de oro. También estará una máquina para lavar el «dinero» sucio o la ropa.

Cecilia Crespo
(Palabras al catálogo de la exposición)