Tres nuevas exposiciones del fotógrafo italiano Alfredo Cannatello han acentuado su interés personal por nuestro país. Primero, como punto para exhibir sus fotografías, y segundo, como posibilidad para enriquecer las arcas visuales de cualquier creador.
Traspasar el umbral del lente puede contener varias intenciones: las artísticas y testimoniales caracterizan a varias de estas fotografías de Cannatello, que nos dejan un recuerdo visual de nuestro tiempo para bien del mañana.

 En sólo un año, precisamente en el corriente, ya suman cinco las muestras que lo han dado a conocer en esta Isla, distante sólo de manera geográfica de su suelo natal. Desde aquí siempre se ha mirado a Italia en su condición de fuente cultural y, hacia aquí, algunos viajeros extranjeros han dirigido también sus miradas. Existen casos en los que no se ha tratado de simples viajeros, sino de curiosos intensos. Y de Italia, particularmente, podría ser nombrado más de uno.
Tal vez, uno de los ejemplos más recientes podamos encontrarlo en este experimentado fotógrafo publicitario, que no ha dejado para luego la exhibición de algunos testimonios visuales sobre destacadas figuras cubanas. Cannatello ha deseado socializarlos al unísono, en lugar de dejarnos con las usuales interrogantes en torno al por qué y al qué de las posibles instantáneas focalizadas por el lente de algún visitante.
En esta oportunidad, por medio de la exposición «Mirada interior», inaugurada el 14 de octubre en la tercera planta del Convento de San Francisco de Asís, Cannatello ha concretado un proyecto que implica a su sensibilidad como fotógrafo junto a la estética de 35 artistas cubanos contemporáneos. Así, desconociendo las coordenadas exactas de nuestro arte del momento, logró tomarle una foto a varios artistas, quienes debían quedar representados en la galería de un modo integral, gracias al binomio imagen-obra. En este caso, estas 35 fotografías están acompañadas por igual número de originales de los pintores, escultores, fotógrafos y ceramistas seleccionados. «Fue muy importante conocerlos a todos, pero algunos estuvieron más cercanos que otros. A través del pintor Ernesto García Peña conocimos a varios de los artistas que han participado en este proyecto», nos comenta Cannatello, no sin antes advertirnos que él procuró retratar a artistas (re)conocidos*, puesto que este proyecto es «el punto de partida para otras iniciativas, como sería el dar a conocer una parte del arte cubano en el resto del mundo».
 Alfredo, apoyado en la curadora Noemí Díaz Vilches, quiso prolongar hacia acá una idea similar que viene realizando con destacados artistas italianos. Por suerte, para nosotros, el lente suyo también fue un poco más allá, pues por éste traspasaron a fines del año pasado algunos gestos de las primeras figuras del ballet cubano. Así, cerca de 38 fotografías han quedado como testimonio de su interés por estos bailarines, en la Galería La Acacia desde el 21 de octubre, cuando quedó inaugurada la exposición «Protagonistas». Con estas imágenes en blanco y negro ha procurado «mostrar los sentimientos, la pasión de los bailarines cubanos: las emociones que ellos sienten cuando están en escena», nos refiere Cannatello.
Mucho antes, en los años ochenta, este fotógrafo se había detenido frente a otros danzarines. Aquella experiencia había merodeado la premisa de los estudiantes, pues los retratados eran iniciados en el mundo del ballet italiano. Así, delante de ellos, captó momentos únicos, que como ha referido él muy bien, se acercaban a los «Primeros pasos», título con que ha expuesto ahora parte de esas fotografías junto al escultor Aramís Justiz (La Habana, 1964).  Son obras con un hálito penumbroso, matizadas por el contraste del color con la majestad del ballet. El Hotel Armadores de Santander ha servido para esta muestra bipersonal (fotografías-esculturas), que de conjunto con «Protagonistas», forman parte de las exposiciones colaterales del venidero 19 Festival Internacional de Ballet de La Habana (28 de octubre-6 de noviembre de 2004).
Desde otra óptica perceptiva, Cannatello, asesorado, ayudado o por pura intuición, nos ha entregado momentos privados y/o públicos. La figura humana retorna, pero sólo esa que tiende hacia la aceptación social. Traspasar el umbral del lente puede contener varias intenciones: artísticas, testimoniales, transgresoras… Las dos primeras caracterizan a varias de estas fotografías suyas, que nos dejan un recuerdo visual de nuestro tiempo para bien del mañana, porque ya es costumbre que los viajeros nos describan de diferentes modos. Alfredo Cannatello se nos ha presentado como artista, pero también ha hecho evidente su deseo por hacer confluir su arte con el de otros creadores contemporáneos a él… a pesar del gran océano que media entre ellos.



*Es el caso de Adigio Benítez, Raúl Corrales, Antonio Vidal, Alfredo Sosabravo, Osneldo García, Liborio Noval, Águedo Alonso, Ever Fonseca, Juan Moreira, Roberto Salas, Mario García Portela, Manuel Mendive, Manuel López Oliva, Nelson Domínguez, Ángel Norniella, Cosme Proenza, Pedro Pablo Oliva, Ernesto García Peña, René Negrín, Eduardo Roca (Choco), Flora Fong, Roberto Fabelo, Amelia Carballo, Isabel Santos, Arturo Montoto, Ángel Ramírez, Julio Larramendi, Zaida del Río, Ramón Casas, René Peña, Vicente Rodríguez Bonachea, Alicia Leal, Tomás Lara, Agustín Bejarano y Lester Campa.

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