«Instrumentarium» se titula la más reciente exposición personal de Adrián Pellegrini, en la que «el pintor ha creado, teniendo como elemento unificador a ese pequeño y agudo instrumento de cuerda frotada que es el violín», asegura Argel Calcines en las palabras al catálogo. 

La exposición «Instrumentarium», de Adrián Pellegrini, quedó inaugurada el 22 de mayo en el Lloyd´s Register EMEA, sito en calle 15, esquina B, El Vedado.  

Seguirle la «cuerda» al arte de Adrián Pellegrini resulta tan desconcertante como sospechar que la moderna «teoría de las supercuerdas» es una seudociencia, porque no puede confrontarse con datos experimentales para intentar falsearla. Pero he aquí que esa suerte de desconcierto pudiera contener una entraña salvadora: la de que el Artista crea porque no es necesaria —y, ojalá, resulte imposible— concebir una teoría científica del Todo. De modo que Arte y Ciencia estarían siempre separadas, aunque se retroalimenten entre sí, como dos maneras diferentes de conocer el mundo.
Esta idea me atrevo a compartirla tras haberme regocijado con los óleos que, reunidos bajo el título de «Instrumentarium», el pintor ha creado, teniendo como elemento unificador a ese pequeño y agudo instrumento de cuerda frotada que es el violín. Recortando su silueta contra la bóveda celeste, Pellegrini ha logrado —por fin— hallar la constelación que desde niño busca, sin necesidad de convertirse en el astrónomo que también hubiera deseado ser. Una constelación que aparece y desaparece misteriosamente, remontándonos ontológicamente al origen del Universo como una nota musical, de ahí que —según la teoría arriba mencionada— todo se interrelacione mediante vibraciones, sonidos… Asimismo, se afirma que nuestra primera percepción del mundo debió llegarnos mientras aún estábamos en el ambiente acústico uterino. Solo que Pellegrini tuvo un privilegio: junto a los latidos del corazón de su madre, él captaba la sonoridad típica del violoncello que ella sujetaba entre sus piernas, concertista reconocida.
Pero estos óleos podrían tener también una resonancia paterna, si aludimos al significado del violín en la cultura judía, y de ahí la influencia de Marc Chagall que, por primera vez, acabo de percibir en la obra artística de mi querido amigo. No se trata de una atribución simplista, en el sentido de referirme a la mera constancia de ese instrumento en la obra chagalliana, en cuadros tales como Músico con violín, El violinista verde, El cuentista en el tejado, La boda… entre otros muchos. Me refiero a que esas representaciones del tío Neuch con el violín a cuestas (como también lo son las fotos de Albert Einstein, violinista aficionado) devienen símbolo del orgullo por la ascendencia judía, un tema insondable que a Pellegrini provoca sentimientos encontrados, sabiéndose «cubano» en primera instancia. Difícil explicarlo, pero lo chagalliano se expresaría formalmente en ese empleo del brillo del color hasta el límite, raspando el óleo si es preciso, hasta sacarle una rara sonoridad: aquella que solamente puede generarse frotando las cuerdas más íntimas del alma hasta el desgarro.
De esta manera, apelando a la amistad que nos une, quisiera resaltar la singularidad de esta exposición con el título de «Instrumentarium»: revela una manera personal de observar, que ya conocíamos en Adrián, pero esta vez como resultado de una profunda introspección, trascendiendo cualquier deseo baladí de rebeldía artística. Como si el pintor hubiera devenido astrónomo, pero con el telescopio girado hacia sí mismo, buscando a sus ancestros en la profundidad de su ser autobiográfico.


Argel Calcines
Opus Habana





 
Imagen superior, de izquierda a derecha: el artista Adrián Pellegrini y Argel Calcines, Editor general de Opus Habana, quien tuvo a su cargo la presentación de la exposición «Instrumentarium», el 22 de mayo en el Lloyd´s Register EMEA. Sobre estas líneas, público asistente a la inauguración. Imagen izquierda: Detalle de la obra Mortalitá, ché sogni (2014) Óleo/lienzo (60,5 x 50 cm). (Fotos de ANGY ERMUS).

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar