Imprimir
Visto: 3366
 Arte de detalles y meticulosidad son las nuevas creaciones de la pintora Maydelina Pérez Lezcano (Camagüey, 1972) que, bajo el título «De la cruz a la gloria», han quedado expuestas desde este viernes en la galería del Palacio de Lombillo. Integran la muestra 15 obras de amplio contenido espiritual y cristiano, en las que el mundo interior de la artista también está presente.
Esta muestra nos confirma la altura del quehacer de la pintora Maydelina, quien está marcada por la tradición de los miniaturistas. Ella se vale de la tempera y el acrílico, para hacer de la cartulina un espacio ampliamente aprovechable.

 
 Maydelina Pérez Lezcano: Dichosos los que tienen misericordia (2006). Técnica mixta (20 x 28, 5 cm).
La devoción conocida como Vía crucis surgió en los primeros tiempos del cristianismo: los penitentes recorrían Jerusalén, siguiendo cada uno de los pasos o estaciones de la Vía Dolorosa, para rememorar, con la ayuda de los textos evangélicos los dolores de la pasión de Cristo y hacerlos suyos. Era un modo de hacer morir en ellos al hombre viejo y renacer con el Salvador en la resurrección. Siglos después, cuando la fe se había extendido por el mundo, el espacio de la Ciudad Santa se convirtió en el espacio simbólico del templo: cada hombre podía encontrar, muy cerca de su entorno cotidiano, el sitio para encontrarse con el Redentor en el tránsito entre la muerte y la vida.
Maydelina Pérez (Camagüey, 1972) ha creado su propio Vía crucis. Esta serie de 15 piezas no es sólo un conjunto artístico, sino una ofrenda devocional, destinada a una catedral que aún no existe sino en sus sueños. Cada obra sigue una de las 14 antiguas estaciones y se añade una final, que otorga un sentido trascendente a las anteriores, aquella en que se confirma la Resurrección y con ella, la divinidad del Cristo.
Fiel a la teología católica en que ha sido formada y a las Escrituras sobre las que medita con frecuencia, la pintora no ha querido quedarse en el dolor de Jesús, sino descubrir tras él la gloria que se anuncia. Ha asimilado perfectamente la enseñanza del apóstol Juan de la triple dimensión el amor de Cristo: amor trinitario que lo vincula al Padre y al Espíritu y del que emana un amor inagotable hacia los hombres. Eso explica,
 
 «Su arte no es solamente inspirado, sino que es bello. Su arte es de detalle, en cada elemento hay una parte de su propia vida, de sus sufrimientos, de sus exaltaciones, de sus valores éticos y personales, de su relación con el mundo que la rodea... Y también está ahí su ciudad, expuesta en sus pinturas», expresó el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler. al inaugurar hoy viernes la exposición «De la cruz a la gloria», de la pintora camagüeyana Maydelina Pérez Lezcano, en el Palacio de Lombillo.
por ejemplo, el que la cruz tradicional se convierta en sus dibujos en un lienzo lleno de arabescos, que más que el tránsito cruento muestre una entrevisión de la gloria.
La muestra viene a confirmar la altura del quehacer de esta creadora, marcada por la tradición de los miniaturistas de los scriptorium medievales y por la fantasía del gótico flamenco. Se vale de la tempera y el acrílico, para hacer de la cartulina un espacio que se aprovecha hasta en sus mínimas posibilidades, con un virtuosismo y un horror al vacío que hablan de una imaginación fecunda pero donde hasta el mínimo detalle tiene su sentido particular.
¿Qué significa «De la cruz a la gloria» para nuestros días? A muchos puede parecerle un regodeo en los signos y el arte del pasado, pero los más sutiles encontrarán aquí una sabiduría y una esperanza. La pintora, como los imagineros bizantinos, crea con los ojos del espíritu puestos en la gloria que es invisible a muchos, al mostrar un jirón de lo trascendente, encuentra su salvación y su sacrificio personal: es la llamada a otros muchos. Que así sea.


(Palabras al catálogo de la exposición «De la cruz a la gloria» de la pintora Maydelina Pérez Lezcano, que el 6 de abril de 2007, quedó inaugurada en la galería de arte del Palacio de Lombillo).
Roberto Méndez Martínez
Poeta y ensayista