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 Las poéticas individuales de los artistas Roberto Fabelo, Ángel Ramírez, Arturo Montoto, Alfredo Sosabravo, Esterio Segura y Los Carpinteros (Dagoberto Rodríguez y Marcos Castillo), han cobrado una nueva dimensión visual con la propuesta urbanística «Un proyecto es un Proyecto», del grupo (e)spacios.
Inspirado en el sello artístico de varios creadores, esta propuesta se sustenta en el emplazamiento de cinco edificaciones en diversos puntos del Malecón habanero que han perdido sus construcciones originales.

 Transitando la ciudad, aguzamos la mirada frente a cada detalle del entorno, y mucho más, cuando se trata de añadidos arquitectónicos.
Así, el grupo (e)spacios pudo advertir en un tramo del Malecón habanero algunas zonas desprovistas de sus originarias edificaciones. El deseo de completar el vacío generado por un derrumbe, permitió que este equipo de tres profesionales concibiera una propuesta artística, en la que confluyen arte, diseño y arquitectura. Hablamos de un modelo hipotético, inspirado en la obra de siete artistas cubanos contemporáneos: Roberto Fabelo, Ángel Ramírez, Arturo Montoto, Alfredo Sosabravo, Esterio Segura y Los Carpinteros (Dagoberto Rodríguez y Marcos Castillo). Con la exposición «Un proyecto es un Proyecto» (Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, mayo de 2004) hemos conocido de cerca la sorprendente factura de estas propuestas de diseño arquitectónico que, aunque no están implementadas en la realidad, han sido esbozadas a través de líneas, colores y cálculos en forma de proyecto. Con ejemplos de esta naturaleza es fácil desistir de otras variantes que nos circundan, como los establecimientos que ofertan alimentos y/o bebidas, ubicados en cualquier parte derruida o solitaria del entramado urbanístico. Precisamente, algunos de esos sitios fueron elegidos por (e)spacios para situar hipotéticamente los resultados de su trabajo.
Si tales inmuebles no existieran, quizá la arquitecta Vilma Bartolomé Arencibia y los diseñadores Raidán Valdés Hung y Maikel Sánchez Cal —incluida la diseñadora Sulumi Sánchez Herrera, como profesional invitada en esta oportunidad— hubiesen persistido con su habitual diseño de interiores o ambiental, que constituye la labor esencial de (e)spacios. Pero a ellos les resulta difícil dejar de repensar cada tramo urbano. De ahí la motivación para proponer otra visualidad en cinco puntos de la ciudad, a través de este proyecto con valores de artisticidad, capaces de ser mostrados en una galería.
El final ideal de semejante propuesta sería el de su materialización, y de no ocurrir, quedaría como un bello sueño de varios implicados: todos, incluso los verdaderos autores de las cinco obras referenciadas.  Además de cumplir un fin social, los establecimientos ideados por (e)spacios  poseen un sentido visual de gran impacto. Serían construcciones con una durabilidad limitada, si tenemos en cuenta sus materiales principales: acero y lona. En un sentido pragmático, este proyecto aspira a la remoción de esas formas inexpresivas que son los expendios de víveres en los sitios donde sólo queda el vestigio de una construcción anterior.
El virtuosismo de estas apropiaciones arquitectónicas no sólo radica en la novedad urbanística, sino que sobresalen por el tratamiento atípico que se le ha dado a las poéticas particulares de los artistas elegidos. Representa una forma muy diferente de percibir el sello personal de cada uno de esos creadores o, al menos, de un meritorio instante de su bregar artístico. Hablamos de la extrapolación de sus rasgos o códigos individuales a una escala mayor y tridimensional.
De consumarse, se trataría de una «invasión» espacial en calidad de préstamo, más que de la tradicional relación pintura-escultura-arquitectura en cualquier casa o edificio cubanos.
Expuesta durante todo el mes de mayo, la muestra «Un proyecto es un Proyecto» incluye imágenes exteriores e interiores de Mar adentro. Pescados y mariscos (Águila y Malecón: Roberto Fabelo); Lava día. Bar de tapas (Lealtad y Malecón: Ángel Ramírez); El desconcierto. Frutas y vegetales (Gervasio y Malecón: Arturo Montoto); La algarabía. Helados y dulces (Campanario y Malecón: Alfredo Sosabravo) y El sueño. Fast food (Belascoaín y Malecón: Esterio Segura). Estas soluciones se complementan con la propuesta artística de las ciudades transportables del grupo Los Carpinteros.