Como parte del IV Festival de las Artes, auspiciado por el Instituto Superior de Arte, fue presentado el catálogo Grabado en la memoria, que recoge una muestra del quehacer de profesores y estudiantes del ISA en esta manifestación, además de otros artistas que han incursionado en esa manifestación. Opus Habana reproduce las palabras de presentación del Catálogo.

La exposición se montó siguiendo el criterio de que las obras hubiesen sido producidas en el período estudiantil de los artistas, por lo que muchas de las piezas formaron parte de las tesis de graduación y, en algunos casos fueron obras realizadas, poco tiempo después de ella.

Grabando lo que sigue

En el 35 aniversario de la fundación de la Universidad de las Artes, Grabado en la memoria, revisita y despierta una buena parte de la memoria gráfica de estos años del grabado en Cuba y lo hace —precisamente— desde el espacio ISA por ser este su plataforma orgánica. Por esta razón, la muestra es una amalgama que une a las distintas generaciones de artistas egresados del Departamento de Grabado e incluye a aquellos que, formados en otras especialidades, también hicieron de la gráfica su medio de expresión.
Grabado en la memoria rescata una parte importante de la producción gráfica reciente, del 2000 hasta el 2011, y una amplia selección de grabados producidos en las décadas de 1980 y 1990. Estas tres décadas de ininterrumpido trabajo hacen del grabado cubano un lenguaje artístico-autónomo, por su carácter experimental, su capacidad de producción simbólica y técnica, su diálogo con otros lenguajes de los que se nutre y rejuvenece, su reconocimiento —tanto dentro y fuera del país— con otras formas artísticas, así como su inserción en circuitos de producción y comercialización internacionales.
La exposición se montó siguiendo el criterio de que las obras hubiesen sido producidas en el período estudiantil de los artistas, por lo que muchas de las piezas formaron parte de las tesis de graduación y, en algunos casos fueron obras realizadas, poco tiempo después de ella. La exposición persigue esa acción inicial, el germen fue legitimando el quehacer artístico de los diferentes creadores. Así se develaron piezas sui géneris, que en muchos casos, nunca habían sido exhibidas pues constituían los primeros ensayos de grandes artistas de las artes visuales cubanas. Por otro lado, siempre es un hallazgo agradecido —aún para sus autores— descubrir, en artistas contemporáneos, muestras tan distanciadas de su quehacer más distintivo. A pesar de hablar de la memoria como guía y motivo, esta exposición es una puerta abierta. La memoria de una práctica artística nunca será una puerta cerrada: ¿Quiénes seríamos sin lo que nos ha antecedido? ¿A dónde iríamos? ¿Cómo sabríamos si hemos equivocado el camino? Y en el caso de que así fuera... ¿cómo volver sobre nuestros pasos?


Aliosky García
Curador del catálogo
Grabado en la memoria



 
Imagen Superior: Caja de Cristal (P/T. 1984) de Humberto Castro, calcografía, 64, 5 x 38 cm (Colección del Taller Experimental de Gráfica de La Habana). Imagen Inferior Izquierda: Aunque vayamos al cielo siempre se acordarán de nosotros (1990), Belkis Ayón, colografía, 100 x 68, 5 cm (Colección Estate Belkis Ayón). Imagen Inferior Derecha: Sin título (12/18. 1982), Pablo Borges, calcografía, 24, 2 x 32 cm (Colección del Taller Experimental de Gráfica de La Habana).

 

 Imagen Superior: La prisión del cáliz (2/15. 1992), Ibrahim Miranda, xilografía, 58 x 42 cm (Colección del artista). Imagen Inferior: De la serie Sueño americano (2009), Osmeivy Ortega, linoleografía sobre frazada, 58, 8 x 83 cm (Colección del artista)

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar