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Las XI Jornadas Técnicas de Arquitectura Vernácula se efectuaron del 24 al 27 de marzo en la Casa Conde de Cañongo, de la Plaza Vieja, sede de las sesiones científicas que, en esta oportunidad, estuvieron dedicadas a celebrar los cinco siglos de fundación de las villas de Santa María del Puerto del Príncipe, Sancti Spíritus y Santísima Trinidad.

El evento no solo fue propicio para motivar el encuentro, intercambio y debate de especialistas cubanos y extranjeros o resaltar los indiscutibles valores patrimoniales de las ciudades antiguas de Camagüey, Trinidad y Sancti Spíritus en su medio milenio de historia, sino que también fue la oportunidad para realizar una mirada introspectiva a lo que ha sido esta primera década de trabajo.

En el 110 aniversario del natalicio del arquitecto Gonzalo de Cárdenas y con la presencia del Historiador de la Ciudad Eusebio Leal Spengler, el presidente del patronato de la Fundación Diego de Sagredo y Marqués de Prado Ameno Javier de Cárdenas, el titular de la cátedra Gonzalo de Cárdenas de Arquitectura Vernácula Daniel Taboada, la historiadora Zoila Lapique, entre otras personalidades del patrimonio cubano, quedaron inauguradas las Jornadas Técnicas de Arquitectura Vernácula 2014.
En su oncena edición, las Jornadas Técnicas de Arquitectura Vernácula se efectuaron entre los días 24 y 27 de marzo en la Casa Conde de Cañongo, en la Plaza Vieja del Centro Histórico, sede habitual de las sesiones científicas que, en esta oportunidad, estuvieron dedicadas a celebrar los cinco siglos de la fundación de las villas de Santa María del Puerto del Príncipe, Sancti Spíritus y Santísima Trinidad.
Leal Spengler —en las palabras de inauguración— argumentó que la defensa de la tradición constructiva del bohío y su concepción espacial en servicio de quienes lo habitan ha constituido uno de los principales propósitos del evento de Arquitectura Vernácula. Por su parte, Daniel Taboada expresó que «entender al bohío no solo como tipología constructiva sino también como herencia e identidad cubanas es pilar fundamental».
Varias fueron las temáticas abordadas por arquitectos, historiadores y especialistas de patrimonio durante los tres días de sesiones científicas. El reto que supone en la actualidad el complejo contexto económico mundial impone un replanteamiento de las acciones de gestión aplicadas tanto a los inmuebles de alta significación cultural como a aquellos de naciente factura.
Una nueva arquitectura es necesaria. Hoy se opta por salvar, restaurar y conservar edificaciones que otrora se demolían. Refuncionalizar el edificio, adaptar sus estructuras y materiales de construcción de acuerdo a las condiciones climatológicas de la región donde está enclavado disminuye considerablemente el costo de los proyectos de urbanización.
Manejar con sabiduría los factores naturales de los climas cálido seco, cálido húmedo, frío y templado se revierte en un adecuado uso de la energía necesaria a consumir por la obra y sus habitantes. Conservar el calor del día para las noches de bajas temperaturas o aprovechar al máximo la luz natural en detrimento de la artificial son soluciones que no constituyen novedades dentro de la arquitectura moderna pero sí necesidades en las actuales condiciones que vive el orbe.
Los aleros en la etapa colonial como expresión del desarrollo histórico, arquitectónico y cultural de Trinidad; la expresión vernácula en la obra conjunta de Clara Porset y Luis Barragán; la sostenibilidad en la arquitectura popular; patrimonio y nuevas tecnologías; los arcos de la arquitectura de Camagüey, lo vernáculo vs. academicismo en el siglo XIX; la casa antigüeña; las villas tradicionales de madera en Vista Alegre y Santiago de Cuba, reto para otros 500 en un contexto vernáculo constituyeron propuestas temáticas de las XI Jornadas.
El concurso de fotografía que convoca cada año las Jornadas, en esta ocasión, tuvo un alto nivel competitivo a decir del artista del lente Néstor Martí, presidente del jurado y quien al leer el acta de premiación destacó los valores de las 88 instantáneas presentadas por diez concursantes. Una selección de las obras que incluye los tres premios y dos menciones se exhibe en la planta baja de Vitrina de Valonia, junto a una exposición homenaje a las primeras villas cubanas del destacado fotógrafo Julio Larramendi.  
El evento no solo fue propicio para motivar el encuentro, intercambio y debate de especialistas cubanos y extranjeros o resaltar los indiscutibles valores patrimoniales de las ciudades antiguas de Camagüey, Trinidad y Sancti Spíritus en su medio milenio de historia, sino que también fue la oportunidad para realizar una mirada introspectiva a lo que ha sido esta primera década de trabajo en favor de la arquitectura y la cultura vernácula de Cuba y el resto de las naciones de América y Europa.
A lo largo de las 11 ediciones, ha sido voluntad que cada año el programa de conferencias y comunicaciones se dedique a una temática principal, entre ellas: el centenario del natalicio del arquitecto Gonzalo de Cárdenas (2004), las construcciones de madera de Chiloé y su protectorado por el arquitecto Hernán Montecinos (2005), la tipología de la casa de curar tabaco (2006), la visualidad arquitectónica del Centro Histórico de La Habana (2007), la inserción cultural en el Caribe (2008), los desafíos climáticos en la ciudad patrimonial de Baracoa (2009), los valores identitarios del bohío (2010), el aniversario 500 de la fundación de la villa Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa (2011), el legado arqueológico del sitio Los Buchillones (2012) y los cinco siglos de la fundación de la villa de San Salvador de Bayamo (2013).
En concordancia con los propósitos de la Oficina del Historiador de La Habana y del Patronato de la Fundación Diego de Sagredo, la Cátedra Gonzalo de Cárdenas apoya la promoción, difusión e investigación de la arquitectura vernácula cubana, caribeña, americana y del Viejo Continente, al tiempo que fomenta sus valores tradicionales con la celebraciones de congresos, encuentros, jornadas, cursos, seminarios, conferencias, talleres, exposiciones y concursos, sin obviar el papel decisivo que desempeñan los medios de comunicación en la conciencia y cultura ciudadanas, en el empeño de conservar los valores históricos, arquitectónicos y urbanísticos que constituyen el patrimonio edificado de los sitios y centros urbanos.
La vocación es extensiva a la conservación de lo autóctono y lo vernáculo, estrechamente vinculados a la arquitectura realizada con materiales propios de un sitio o una región, cuyos saberes anónimos son transmitidos de forma oral de una generación a otra y cuyo resultado, bien sea el bohío, la casa de curar tabaco, el ranchón, el vara en tierra…, es celebrado por la comunidad en una fiesta popular, donde afloran otros valores vernáculos como el arte culinario, la música, los bailes y el espíritu de diálogo ante los eventos climatológicos tropicales, en particular el ciclón y su halo destructivo, desafío natural que tras su paso impone el nacimiento de un nuevo ciclo sobre la base de la tradición vernácula.

Fernando Padilla González
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Opus Habana

 

 
 
 
En orden descendente, palabras inaugurales del Historiador de la Ciudad Eusebio Leal Spengler, cartel de la exposición «500 años de historia, cultura y tradiciones» del artista del lente Julio Larramendi e imágenes del concurso de fotografía de Arquitectura Vernácula.