En la mañana de este viernes 9 de junio, el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, junto a trabajadores de la Oficina del Historiador, rindieron tributo a un entrañable colega y amigo: Alfredo Zayas. Como refiere la tarja develada en el segundo piso del edificio Santo Domingo —sede actual de la Biblioteca Histórica Cubana y Americana Francisco González del Valle y del Archivo Histórico— Zayas fue el «primer archivero, bibliotecario y referencista de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana».

 Teniendo en cuenta las adversas condiciones climatológicas existentes, la habitual campaña Libros en movimiento se realizará el lunes 12 de junio, a las 10:00 a.m., en la zona del Malecón habanero, desde  la estación de la lancha de La Habana-Regla-Casa Blanca hasta Paseo.

En la mañana de este viernes 9 de junio, el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, junto a trabajadores de la Oficina del Historiador, rindieron tributo a un entrañable colega y amigo: Alfredo Zayas. Como refiere la tarja develada en el segundo piso del edificio Santo Domingo  —sede actual de la Biblioteca Histórica Cubana y Americana Francisco González del Valle y del Archivo Histórico— Zayas fue el «primer archivero, bibliotecario y referencista de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana».
Este homenaje contó con las palabras de Eusebio Leal Spengler, quien resaltó de Zayas el hecho de haber sido «un gran amigo y un gran hombre que supo llevar con mucha dignidad su trabajo y su vida personal». También destacó su inteligencia y su ética, cualidades profesionales con las que ganó la confianza y el afecto del primer Historiador de la Ciudad, Emilio Roig de Leuchsenring. A propósito, Leal recordó que, tras fallecer Emilito, Zayas fue «el primero que cuidó sus papeles, y también fue la persona que me aceptó siendo muy joven, sin obra». En este sentido reconoció la ayuda que en innumerables ocasiones le proporcionó Zayas, sobre todo con la búsqueda de datos diversos en libros y publicaciones periódicas. Por ello, «él era la memoria, y sin esa memoria el investigador no podía trabajar», concluyó.

 Tarja que recuerda la memoria de Alfredo Zayas, emplazada en el segundo piso del edificio Santo Domingo, sede actual de la Biblioteca Histórica Cubana y Americana Francisco González del Valle y del Archivo Histórico.


El acto de develación fue realizado a propósito de la VIII Jornada por el Día del Bibliotecario Cubano, que desde el lunes 5 incluyó un evento científico donde dialogaron profesores, estudiantes de la especialidad de Ciencias de la Información y especialistas en Patrimonio documental de la Oficina del Historiador. La campaña Lecturas de intercambio, consistente en el canje de ejemplares, tuvo como protagonistas principales a los lectores para estimular en ellos la conciencia ecológica a través de la reutilización.
Como resultado del taller Vamos a armar un libro, que imparten bibliotecarias de la Casa Víctor Hugo y Vitrina de Valonia, el martes 6 en la Calle de Madera de la Plaza de Armas, fue presentado el libro Chocolat por los niños que tuvieron a su cargo el diseño de portada, realización de las ilustraciones y notas de contracubierta. De conjunto con Ediciones Boloña, este proyecto ha publicado desde 2014 los volúmenes: Nené traviesa, El soldadito de plomo y Pippa Mediaslargas. Por las adversas condiciones climatológicas existentes, la habitual campaña Libros en movimiento se realizará el lunes 12 de junio, a las 10:00 a.m. en la zona del Malecón habanero, desde la estación de la lancha de La Habana-Regla-Casa Blanca hasta Paseo.  
La Sala de Teatro de la Orden Tercera, ubicada en el otrora convento de San Francisco de Asís, acogió la inauguración de la VIII Jornada. Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo de María Grant, quien durante su labor como periodista de Opus Habana, tuvo la posibilidad de entrevistar a Alfredo Zayas. Al referirse a la labor de la Oficina del Historiador y en particular de Emilio Roig de Leuchsenring en aras de socializar el conocimiento de libros y documentos, destacó la «iniciativa de fundar con su biblioteca personal, la Biblioteca Histórica Cubana y Americana, que fue inaugurada junto al Archivo Histórico el 11 de junio de 1938».
El desempeño intelectual de Roig resulta fundamental para la salvaguarda del patrimonio documental cubano. Además de la fundación de la Biblioteca y el Archivo históricos, y la creación de la Colección Facticia, colaboró en la celebración de la Feria del Libro de La Habana. Sin olvidar su empeño en la celebraciones hasta 1960 del Día del Libro Cubano, que incluyeron exposiciones con los fondos de la Biblioteca Histórica Cubana Americana Francisco González del Valle y con muestras de obras publicadas y editadas por la Oficina del Historiador.

Redacción Opus Habana

 

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