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Este 27 de noviembre se desarrolló el tradicional acto de conmemoración, que cada año realiza la Oficina del Historiador de la Ciudad, en recuerdo al injusto asesinato de ocho estudiantes de medicina hace 148 años. Las palabras centrales de la ceremonia estuvieron a cargo del Director de Patrimonio de la OHCH, Michael González, quien recordó a los presentes la inocencia de estos jóvenes. En la acera del Louvre se reunieron estudiantes, trabajadores de la OHCH y miembros de la Sociedad Canaria de Cuba para recordar este triste hecho histórico. Al terminar el acto la Banda Nacional de Conciertos interpretó la marcha fúnebre en sentido recuerdo a los jóvenes.

 

Hace 148 años, la sociedad habanera se veía conmocionada con el injusto asesinato de ocho estudiantes de medicina que apenas llegaban a los 20 años de edad. Este 27 de noviembre, cuando la conmoción sigue ahí en la histórica acera del Louvre, donde en 1871 ocurrió una de las manifestaciones de descontento ante la injusticia cometida por el Ejército español contra los jóvenes, se desarrolló el tradicional acto de conmemoración que cada año realiza la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH).
Un día como hoy marcó la fecha de una de las páginas más tristes de la historia patria, por lo que una representación de estudiantes, trabajadores de la OHCH y miembros de la Sociedad Canaria de Cuba se reunieron para homenajear esa juventud tronchada en 1871.

Las palabras centrales de la ceremonia estuvieron a cargo del Director de Patrimonio de la OHCH, Michael González, quien recordó a los presentes la inocencia de estos jóvenes y se refirió a factores fundamentales a tener en cuenta para entender los sucesos del 27 de noviembre.
«Había comenzado la guerra de los Diez Años en Cuba y esto sucede en esa coyuntura donde Máximo Gómez estaba llevando a cabo la campaña de Guantánamo, donde Antonio Maceo ganaba combates (…); y aunque la guerra no había llegado a La Habana, sí existía un estado de tensión muy grande entre las tropas de voluntarios», expresó González.
Los hechos de 1871 fueron el punto cumbre de lo que puede significar «el desprecio, la injusticia y el odio exacerbado»; la situación generada en aquel momento parcializó a la opinión pública pues fue un asunto «extremo, en el cual no cabía el término medio». Michael González también explicó las razones del gobernador de la Isla detrás del fusilamiento: extorsiones y corrupción política.

Cuando se analizan los acontecimientos descritos en el libro El 27 de noviembre de 1871 de Fermín Valdés Domínguez – uno de los estudiantes incautados –, se puede apreciar el mensaje de odio manejado todo el tiempo por los voluntarios y las principales figuras del gobierno español.

«Las acusaciones realizadas fueron la profanación de la tumba del periodista entreguista Gonzalo de Castañón; pero cuando se revisa el código penal de la época dice que “quien indujera un acto de profanación a la memoria o a los restos físicos de alguna personalidad o institución podía recibir arresto mayor y/o multas entre 125 y mil doscientas pesetas”. Aún así vemos que la culpa de los estudiantes fue sobredimensionada, y Fermín Valdés se encargó de aclarar esa inocencia», explicó González.

En la acera del Louvre se rinde homenaje también al capitán canario Nicolás Estévanez, quien al conocer de la muerte de los estudiantes protestó públicamente. Aquel 27 de noviembre, escuchó a lo lejos las descargas de fusilería, lo que plasmó en unas notas testimoniales en las que dijo: «Perdí la serenidad al conocer los acontecimientos». Poco tiempo después pedía la licencia absoluta del ejército.

Luego de la intervención del Director de Patrimonio de la OHCH, la Banda Nacional de Conciertos, bajo la dirección del maestro Igor Corcuera Cáceres, interpretó la marcha fúnebre en sentido recuerdo a los jóvenes. El histórico homenaje que cada 27 de noviembre protagonizan los estudiantes cubanos culminará a las 4 de la tarde con la tradicional peregrinación que realizan desde la escalinata universitaria hasta el Monumento de la antigua explanada de la Punta.

 

A Alonso Álvarez de la Campa y Gamba, Anacleto Bermúdez y González de Piñera, Eladio González Toledo, Ángel Laborde Perera, José de Marcos Medina, Juan Pascual Rodríguez Pérez, Carlos de la Torre Madrigal y Carlos Verdugo Martínez, les fue tronchada su vida cuando apenas la comenzaban; a 148 años de su muerte, la historia aún estremece a quien la escucha. Vale entonces el siempre merecido homenaje a la inocencia.

Tomado de Habana Radio