De acto de gran relevancia histórica calificó hoy el Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal Spengler, el recibimiento de una bandera cubana que perteneciera a Juan Manuel Macías, uno de los colaboradores más allegados del General Narciso López. De acto de gran relevancia histórica calificó hoy el Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal Spengler, el recibimiento de una bandera cubana que perteneciera a Juan Manuel Macías, uno de los colaboradores más allegados del General Narciso López.
Para entregarla al Museo de la Ciudad, viajó a Cuba el nieto de Macías, Enrique Antonio Houston Touceda, quien expresó: «mi abuelo siempre deseó que la enseña nacional retornara a manos de su verdadero dueño: el pueblo de Cuba».
 
 Personalidades del gobierno y de la cultura estuvieron presentes en la solemne ceremonia.

 
En presencia del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón de Quesada, se efectuó la solemne ceremonia en la Sala de las Banderas, donde se conserva la denominada Primus in Cuba, donada en 1916 al gobierno cubano por Doña Alicia Macías de Touceda, también descendiente del patriota.
A esa enseña de gran tamaño —que fue presentada por vez primera en Nueva York, poco después de su creación en 1849—  se une ahora el pequeño estandarte, tan significativo como la anterior por constituir otro  ejemplar único que la familia de Macías conservó de generación en generación durante 159 años.
«Era mi destino traer esta bandera hasta aquí» —expresó Houston Touceda—.  «Sé que es pequeña, pero también sé cuánto valor encierra». Y, al ratificar que cumplía un deber, concluyó emotivamente: «Cuba no se vende».
Tras agradecer la presencia de Alarcón quien —aseguró Leal— asistió en representación del General Presidente, Raúl Castro Ruz, el Historiador de la Ciudad dijo que «con este acto se cierra un capítulo hasta hoy inconcluso de la historia del patrimonio nacional de la Isla».

 Como parte del acto de entrega, el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, en su condición de presidente de la Comisión Nacional de Monumentos, y Enrique Antonio Houston Touceda firmaron un documento.
Junto a otros patriotas, como Miguel de Teurbe Tolón y Cirilo Villaverde, Juan Manuel Macías participó en la ya mencionada reunión en Nueva York, donde fueron definidos el diseño y los colores de la actual insignia nacional. Luego, acompañó al General López en la fallida expedición del buque Creole, que desembarcó en la ciudad de Cárdenas el 19 de mayo de 1850. Aquí ondearía por primera vez la bandera de la estrella solitaria.
Consta que, al retirarse el contingente, ante el fracaso de su empeño, Macías recibió una réplica de la bandera cubana de manos del Coronel O´Hara, del regimiento Kentucky —que integraba la expedición—, con cuya insignia regresó a Estados Unidos. Es éste ejemplar el que acaba de engrosar el patrimonio nacional.
En la Sala de las Banderas del Museo de la Ciudad también se conserva la enarbolada por Carlos Manuel de Céspedes, el 10 de octubre de 1868, al proclamar la Independencia de Cuba y dar la libertad a sus esclavos en el ingenio La Demajagua.
Sin embargo, la bandera de Narciso López fue elegida enseña nacional por los representantes de la República en Armas en la Asamblea de Guáimaro (1869). Entonces se decidió que la creada por Céspedes se fijara también en sus sesiones. Ello se cumple actualmente en las reuniones de la Asamblea del Poder Popular.

 

 Redacción Opus Habana

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