El Premio de la Latinidad 2007, fue entregado al Dr. Roberto Fernández Retamar, presidente de Casa de las Américas, este 15 de mayo en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís.
Según el fallo del jurado, el premio recayó en Retamar «por su destacada presencia en la producción literaria cubana y su dedicación a fomentar los valores de la identidad latinoamericana».

Por la labor de toda una vida dedicada a fomentar los mejores valores de la identidad latinoamericana, una cultura de paz y entendimiento, y una conducta cívica intachable, el poeta y ensayista Roberto Fernández Retamar fue reconocido con el Premio de la Latinidad 2007.
 
 Roberto Fernández Retamar (La Habana, 1930) es considerado como una de las personalidades más destacadas e influyentes de la identidad latinoamericana, y una de las voces líricas más altas de Cuba. Doctor en Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana y de Ciencias Filológicas, profesor honorario de la Universidad Mayor de San Marcos, Perú, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Sofía, Bulgaria y de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, profesor emérito de la Universidad de La Habana, dirige desde 1986 Casa de las Américas.
Ha recibido el Premio Nacional de Poesía (1952), el Premio Nacional de Literatura (1989) y la Orden Félix Varela. Es miembro de la Academia Cubana de la Lengua, diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y miembro del Consejo de Estado. Internacionalmente se le ha reconocido con el Premio Latinoamericano de Poesía Rubén Darío, el Premio Internacional de Poesía Pérez Bonalde, la Medalla oficial de las Artes y las Letras, otorgada por Francia, los premios Feronia y Nicolás Guillén, en Italia y la condición de Puterbaugh Fellow, en los Estados
Unidos.
El homenaje tuvo lugar en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, este martes 15 de mayo coincidiendo con el Día de la Latinidad, cuando el lauro es entregado de manera simultánea en los 40 países miembros de la Unión Latina, institución fundada en 1954 por el Convenio Constitutivo de Madrid.
Prestigiosos exponentes de la cultura cubana, funcionarios gubernamentales, diplomáticos... asistieron a la entrega de este galardón que se otorga en la Isla desde 2001.
La ceremonia se inició con las palabras de Ana María Luettgen, directora de la Unión Latina en Cuba, tras las que se hizo entrega a Retamar –Presidente de la Casa de las Américas– del premio, consistente en un diploma de reconocimiento y una pieza escultórica de bronce en forma de óvalo con la imagen de latinitas, obra del escultor Adolfo González. Asimismo, el artista Kamil Bullaudy obsequió una obra suya realizada especialmente para la ocasión.
En sus palabras de elogio monseñor Carlos Manuel de Céspedes, Premio de la Latinidad 2006, destacó los méritos y trayectoria del condecorado quien –a su juicio– «es testigo de la experiencia que nuestros patrones helenos y latinos formularían sosteniendo articuladamente que pulchrum, verum et bonum in unum inter se simpliciter convertuntur: en la esencia de su ser como persona se imbrican, en unidad irrenunciable, la hermosura incomparable de la eticidad sostenida, el compromiso con la verdad que descubrimos paulatinamente y que, al mismo tiempo, ya nos posee de antemano, y la bondad que nos viene de adentro como un halo de luz que nace del combate cotidiano, humilde y fiero, a favor de todo lo que contemplamos como limpio y transparente a lo largo de nuestra existencia, casi siempre azarosa y no exenta de contradicciones...»
 
 Instante en que Retamar (a la izquierda) recibe el premio de manos de Ana María Luettgen, directora de la Unión Latina en Cuba. Esta distinción se entrega en la Isla desde 2001 a una destacada personalidad, defensora y promotora de la cultura latina. Antes lo han recibido los doctores Rosario Novoa (2001), Graziella Pogolotti (2002), Luisa Campuzano (2003), Eusebio Leal Spengler (2004), Cintio Vitier (2005) y monseñor Carlos Manuel de Céspedes (2006).
Al agradecer el lauro a quienes en la Unión Latina tuvieron la bondad de concedérselo, Retamar evocó las memorias de Vicentina Antuña «mi maestra de latín y vida, la inolvidable magistra quien encarnó como nadie entre nosotros la compartible aspiración de Alfonso Reyes "quiero el latín para las izquierdas"», y de Amaury Carbón «compañero tempranamente desaparecido, quien siguió los pasos de Vicentina, descubrió y propagó mi juvenil e insatisfecho deseo de seguirlos yo también, y hasta hizo publicar con generosidad alguna traducción escolar mía de un texto latino».
En sus palabras confesó que aunque la vida lo llevó por otros rumbos, «me hubiera gustado que en vez de aquel arduo texto, yo hubiera puesto en español a los epigramáticos latinos como hizo mi entrañable Ernesto Cardenal, o las odas latinas de Garcilaso de la Vega, según proyecté con Luisa Campuzano hace muchos años».
Para dar fe de lo que significa la Romania para nosotros, el homenajeado no esgrimió un cúmulo de papeles, ni hizo un extenso discurso, sino que una vez más recurrió a la poesía.
«Voy a concluir leyendo tres poemas –la poesía es el idioma del alma– que hace tiempo escribí sobre países de esa zona de Europa a los cuales visité conmovido en años formadores, y volví a visitar siempre con afecto».
Un concierto de la Camerana Romeu, puso punto final a la emotiva velada.
Karín Morejón Nellar
Opus Habana

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