Un público entusiasta colmó el Teatro Martí el domingo 29 de junio durante la clausura del II Encuentro de Jóvenes Pianistas que, luego de 18 conciertos de excelencia, ha confirmado su pertinencia en el panorama musical cubano.

Lo que bien comienza, mejor termina. El II Encuentro de Jóvenes Pianistas acaba de confirmar su altura y pertinencia en el panorama musical cubano: casi un mes de recitales y jornadas sinfónicas marcadas por el rigor y con invitados internacionales de primera línea en pleno desarrollo para un público que incluyó a jóvenes y estudiantes de música.


Para el epílogo de este ciclo, organizado por la Oficina del Historiador de la Ciudad, el director artístico del proyecto, el profesor Salomon Gadles Mikowsky, reservó a dos jóvenes que frisan la treintena de años, el chino Jie Yuan y el cubano Marcos Madrigal, en una velada efectuada en el teatro Martí con la participación de la Orquesta Sinfónica Nacional conducida por el maestro Enrique Pérez Mesa.
Jie es una de las nuevas cartas de triunfo de su país en los circuitos internacionales de la música de concierto. En sus presentaciones en todos los continentes, desde Australia hasta Estados Unidos, desde Japón hasta Argentina, tanto en conciertos sinfónicos como en recitales, ha ido conquistando a públicos diversos. Con Mikowsky ha comenzado una nueva etapa de perfeccionamiento en la Music School of Manhattan.
Para su última comparecencia habanera escogió el Concierto no. 2, de Chopin, obra en la que el compositor polaco, que no las tenía todas consigo a la hora de orquestar, concentró en la parte solista su proverbial genio pianístico. En especial, el segundo movimiento le permitió a Jie desplegar su costado más lírico, antes de que en las piezas fuera de programa, con que mostró su gratitud al público, desatara su virtuosismo mediante la imaginativa versión de Liszt sobre la Marcha nupcial, de Mendelssohn, y la supersónica digitación que demanda El vuelo del moscardón, de Rimski-Kórsakov.
Recién titulado Máster en Música por el Conservatorio de Lugano (Suiza) bajo la atención del pedagogo norteamericano William Grant Naboré y con la memoria de sus años de formación tutelada por Teresita Junco, Madrigal desembarcó con el Concierto en La menor, del noruego Edvard Grieg.
Revisada siete veces por su autor antes de plasmar en 1907 la versión definitiva, esta obra clasifica entre los conciertos para piano de mayor permanencia en el repertorio y más gustados por el público, pese al reparo de cierto sector hipercrítico que suele compararlo con la obra de igual tonalidad escrita antes por Schumann y que motivó en su día al compositor nórdico.
Madrigal ofreció una interpretación disfrutable no solo por la intensidad romántica, sino también por la dinámica de los planos sonoros y la empatía con la masa instrumental de la OSN.
Para sellar su paso estelar por la escena del Martí, Madrigal ofreció una inusual recreación pianística del pasaje más conocido de la ópera El barbero de Sevilla, de Rossini, y recaló en las aguas ibéricas de Lecuona.

Pedro de la Hoz
Periódico Granma

 

Palabras de clausura del II Encuentro de Jóvenes Pianistas a cargo de la musicóloga Miriam Escudero, coordinadora general del evento y directora del Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas.

Hablo en nombre del Historiador de la Ciudad, Dr. Eusebio Leal Spengler.
Nosotros queremos agradecer a Salomón, gran cubano, por su generosa y extraordinaria contribución que no es en forma alguna ponderable solo en los instrumentos musicales de las salas de concierto sino en su tesonera voluntad, en su capacidad de convocatoria, en su deseo de que los jóvenes artistas cubanos puedan relacionarse con el quehacer musical de muchachos de la misma generación de distintas latitudes del mundo y que se forman bajo su tutela en la Manhattan School of Music.
Han quedado sentadas las bases para que el próximo año vayamos aún más lejos, para lo cual la Oficina del Historiador y nosotros todos nos comprometemos sincera y debidamente. Porque servir a ustedes y al arte ha sido el propósito de todo el equipo que ha hecho posible este evento y del Maestro Enrique Pérez Mesa y la Orquesta Sinfónica Nacional para la que pido un fuerte aplauso.
 Cada rostro entusiasmado de los más bisoños estudiantes de música y de aquellos que han acudido a disfrutar de la excelencia de los programas en cada una de las salas de concierto, y en especial en el Teatro Martí, ha sido el mejor resultado de esta fiesta del arte y la cultura de Cuba y del mundo.
Nuestra gratitud a todas las instituciones que han colaborado, a los compositores que han engrandecido el repertorio del piano en Cuba, porque ha sido este instrumento —desde Manuel Saumell hasta todos nuestros contemporáneos— medio de expresión artística de las esencias de la cubanidad.
Leo ahora el mensaje que nos ha llegado precisamente de la cátedra de piano de la Escuela de Música Manuel Saumell:
“En nombre de nuestros profesores y estudiantes queremos agradecer al profesor Mikowsky el maravilloso gesto de permitirnos asistir a los conciertos que han puesto en alto la técnica pianística de sus alumnos y de nuestra escuela cubana, en las manos de los jóvenes pianistas que han participado en este encuentro. Sepa usted que su intención de hacernos llegar su enseñanza, de demostrarnos su amor a su patria y a su música, interpretada con acierto y distinción por discípulos suyos de distintas nacionalidades del mundo, le han abierto las puertas de nuestros corazones para siempre. Creímos necesario e imprescindible agradecer toda su preocupación, gestión, organización y participación en este magnífico evento.
A usted y todos los que le han apoyado en este generoso gesto muchas gracias”.
 

 

 

Momentos de la clausura del II Encuentro de Jóvenes Pianistas que culminó con las interpretaciones del Concierto para piano No. 2 en fa menor, Op. 21 de Chopin, por Jie Yuan (China) y el Concierto para piano en la menor, Op. 16 de Grieg, por Marcos Madrigal (Cuba) junto a la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba que  dirige Enrique Pérez Mesa.

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