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 Una tarde divertida pasaron los marchantes que llegaron el último domingo de 2003 a la Taberna de La Muralla, donde la barra se convirtió en una inusitada pasarela para exhibir la colección «Tocados por sombreros».
La imaginativa acción artística se sumó a otras de este establecimiento que pretende convertirse en un lugar de cita de creadores y que ya es una galería que atesora —por ejemplo— imágenes del fotógrafo Chinolope, entre otros artistas.

 La imaginativa acción artística se sumó a otras de este establecimiento que, inaugurado el 6 de junio de 2003, pretende convertirse en un lugar de cita de creadores y que ya es una permanente galería que atesora —por ejemplo— imágenes del fotógrafo Chinolope, entre otros artistas.
«Tocados por sombreros» rindió tributo de recordación a Lidia La Vallé, considerada una precursora de las lides del diseño y quien, entre otros muchos empeños, tuvo a su cargo la creación de varios atuendos complementarios del vestuario, que lucieron los personajes de la antológica película cubana Lucía.
 Al contagioso ritmo de Las chicas del can «Papi, ponte el sombrero. Pon, pon, ponte el sombrero…», modelos de ambos sexos exhibieran un sui generis repertorio que incluyó piezas de época, otras especialmente realizadas para la ocasión y hubo —incluso— cuatro gorros comestibles.
Clientes habituales y amigos que, puestos de acuerdo, se ataviaron con sombreros propios, disfrutaron de los más inusitados diseños salidos de la inspiración fantasiosa de 28 profesionales que contaron con el definitivo respaldo de los Estudios Fílmicos de Cubanacán (ICAIC) y de Arteylla para materializar esta inédita idea.
Contribuyó a conformar un verdadero espectáculo el que, a los asiduos y convidados, se unieran los trabajadores de la Taberna de La Muralla, del Complejo Plaza Vieja, Compañía Habaguanex S.A., (Oficina del Historiador), incluido el gerente Arnoldo Ramón Marrero Lugo, que exhibió uno de copa. Durante el desempeño de sus habituales labores, ellos lucieron sombreros utilizados en producciones del ICAIC.  Esta muestra sobrepasó —con creces— otra anterior que involucró a 18 pintores y que también lideraron el arquitecto Félix Juan y la experimentada Mercy Nodarse, fundadora del conocido taller de la calle Obispo —El Quitrín— cuya colección Habanera resultara premiada en la Bienal de Diseño 2000 Saint Etienne, Francia.
Ambos encuentros forman parte del proyecto Serios divertimentos que, según la propia Mercy, tiene como objetivo principal vincular en un empeño común a profesionales que dominan el diseño, no sólo el específico de la moda, sino el gráfico, el del espectáculo…
«Tocados por sombreros» demostró de manera fehaciente que, con sus exquisitas cervezas —clara y oscura— elaboradas con tecnología austriaca en el propio local, La Muralla es —hoy por hoy— un lugar donde se puede combinar armoniosamente el arte y el serio divertimento.