«Somo uno» es un Programa Social Infantil gestado desde el Centro de Gestión Cultural de la Dirección de Patrimonio Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. Con una experiencia de trabajo educativo sistemático de más de veinte años, continúa reforzando el vínculo de la cultura y el patrimonio con la formación académica y el desarrollo personal de niños y niñas. Las actividades desarrolladas este verano como parte del proyecto Somos uno, durante la edición 19 de Rutas y Andares, estuvieron dirigidas esta vez a niños, adolescentes y jóvenes con necesidades especiales de fotoprotección.

Con cinco años desde su creación, vuelve a presentarse una nueva edición del Andar Especial Somos uno.

El Programa Social Infantil, gestado desde el Centro de Gestión Cultural de la Dirección de Patrimonio Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, con una experiencia de trabajo educativo sistemático de más de veinte años, continúa reforzando el vínculo de la cultura y el patrimonio con la formación académica y el desarrollo personal de niños y niñas. La proyección sociocultural de museos y centros culturales del territorio dirigida al público infantil se ha desarrollado y mantenido hasta la actualidad con propuestas que van desde visitas guiadas, talleres de creación, concursos, exposiciones, espacios habituales de teatro, música, hasta la permanencia de alumnos en aulas habilitadas dentro de los museos. Allí, reciben sus clases vinculadas a un programa de educación patrimonial. Ello, potencia las posibilidades didácticas de las instituciones y estimula a los infantes el interés por la protección del patrimonio cultural, el Medio Ambiente, su barrio, ciudad y país.
Diversas son las buenas prácticas que en este sentido se desarrollan y cada vez más se extiende el diapasón logrando impactar a poblaciones infantiles más vulnerables. De esta manera, con cinco años desde su creación, vuelve a presentarse una nueva edición del Andar Especial Somos uno. La idea surge en 2014 como una propuesta de verano en el marco del proyecto Rutas y Andares, para Descubrir en Familia. Desde su creación, esta iniciativa ha logrado involucrar a niños  con necesidades educativas especiales y en situación de vulnerabilidad: sordos e hipoacúsicos, débiles visuales, con Síndrome de Down y Trastorno del Espectro Autista, pequeños hospitalizados en centros de salud y otros que residen en Hogares de Asistencia Social.
En esta ocasión, las acciones culturales fueron dedicadas a niños, adolescentes y jóvenes que padecen xeroderma pigmentoso (XP), urticaria pigmentosa, lupus y esclerodermia, enfermedades con necesidades especiales de fotoprotección. Disímiles fueron las propuestas que se desarrollaron durante tres noches de agosto en el Centro Histórico, que tenía como objetivo fundamental incitar una sensibilidad hacia el patrimonio de la Ciudad; así como ofrecer espacios de aprendizajes, socialización y recreación sanos. En ese sentido, la Literatura, la Música, el Teatro, la Danza y la Ciencia fueron protagonistas de estas jornadas, que logró entusiasmar a un grupo tan heterogéneo.
Entre melodías a guitarra por la trovadora Rita del Prado y un desfile de personajes de cuentos infantiles, abrió sus puertas el Café Literario de La Casa de la Poesía, el cual se convirtió posteriormente en escenario para la presentación de una función de títeres de hielo, a cargo del Grupo Teatro Viajero. Asimismo, se realizaron presentaciones de libros, poesías y juegos de participación, bajo la conducción de Rafael González y Yanelys Encinosa, presidente y miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), respectivamente.
Entre risas, canciones y sueños hechos realidad, una estatua que representaba un marciano del proyecto de arte callejero Viviente, los condujo la noche del día 8 de agosto hasta el Planetario de la Oficina del Historiador.  Allí, se produjo un acercamiento a la ciencia y muchos aprendieron sobre la Teoría del Big Bang, las constelaciones e incluso a manejar las cartas estelares. A su vez, pudieron disfrutar de audiovisuales, piñatas y de una lluvia de globos para cerrar.
El último encuentro incluyó un recorrido por el muelle flotante de la Avenida del Puerto; así como un paseo por la Alameda de Paula con el asalto de estatuas vivientes y zanqueros del Grupo Gigantería Habana. También se sumaron a esta noche de fiesta los artistas del Teatro la Proa, los cuales mostraron mediante una obra de teatro de títeres el amor y cuidado hacia los animales. ¡Y qué placer entre el público cuándo Ismael Lema, caricaturista de la Editora Palante, regaló un recuerdo personalizado!
Este Andar logró incorporar a sus acciones un total de 30 personas entre pacientes y familiares, que llegaron desde de diferentes municipios de La Habana, a los cuales se tuvo acceso gracias a la Dra. Pilar Acuña, dermatóloga de la Comisión Nacional XP y coordinadora del proyecto Estrategia para la atención de niños y adolescentes con daño actínico crónico. Asimismo, la Dra. Milagros Santa Cruz y la Dra. Liset Chichay Torres, especialistas en dermatología, fueron puntos clave para el desarrollo de esta propuesta dedicada a niños, adolescentes y jóvenes con necesidades especiales de fotoprotección.
Se contó con el apoyo de la Empresa Arthemia de Milano, Italia, que brindó su línea de productos de heladería, el proyecto de cooperación internacional Hacia un modelo de gestión sostenible con enfoque de género para el cuidado de ancianos/as y la inserción social de jóvenes con discapacidad intelectual en La Habana Vieja, que se desarrolla conjuntamente con la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y las ONGs WWGVC y MUNDUBAT, con financiamiento de la Unión Europea. Resulta importante extender este tipo de propuestas y con ello sensibilizar e involucrar a otras personas  y organizaciones. Es una manera de visibilizar la labor que se realiza y lograr replicarla desde diversos escenarios y momentos.
Muchos fueron los comentarios de los participantes: familiares, pacientes y especialistas. Todos señalaron sus opiniones y la necesidad de repetir estas acciones. Yaslín Rodríguez, de 24 años, paciente de Xeroderma Pigmentoso, dijo que para quienes no pueden coger sol es una oportunidad porque no tienen acceso a estos lugares por el horario. Yudith Sáenz, madre de Yensen González, de dos años y medio de edad, quien padece de mastositosis, mostró su agradecimiento. «Es muy buena idea porque realmente se necesita llevarlos a pasear y a veces se dificulta mucho, pues este tipo de actividad solo se hace de día. Es muy grato y ellos lo disfrutan mucho».
Un público sensible, de limitado acceso a opciones culturales y recreativas, todos se merecen nuestra atención, amor y disfrutar de la cultura y del patrimonio atesorado en la parte más antigua de la ciudad. Es menestar extender esta iniciativa hacia otros momentos del año, con la ambición de elevar los niveles de inclusión social y generar oportunidades de aprendizaje y recreación desde las diferentes instituciones culturales, de esta manera facilitar su acceso a un mayor número de personas.

Adriana Díaz Pérez
Especialista del Programa Social Infantil del Departamento de Investigación Sociocultural y Programas Educativos del Centro de Gestión Cultural

En las imagenes momentos del Andar especial del Programa Social Infantil Somos uno, dirigido en esta ocasión a niños, adolescentes y jóvenes con necesidades especiales de fotoprotección.

 

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