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«Estamos en presencia de una muestra excepcional, de un tesoro extraordinario y de objetos de una belleza simbólica nunca antes vista», afirmó el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, al dejar inaugurada hoy viernes, 9 de diciembre, «Hallazgos arqueológicos en Los Buchillones». La exposición es de gran significación, pues por primera vez un museo en el área del Caribe exhibe un conjunto de 52 piezas realizadas por tainos.

El Museo Castillo de La Real Fuerza acoge a partir de hoy, viernes 9 de diciembre, y hasta el 29 de febrero de 2012, una importante exposición acerca de las comunidades aborígenes que poblaron el norte de la provincia de Ciego de Ávila. Por iniciativa del doctor Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana, y la licenciada Norma Rojas García, directora del Centro Provincial de Patrimonio Cultural de Ciego de Ávila, 52 excepcionales piezas encontradas durante las campañas arqueológicas efectuadas en el sitio Los Buchillones ―declarado el pasado mes de junio Monumento Nacional―1 podrán ser apreciadas por los visitantes. La meritoria labor investigativa desarrollada allí recibió en 2006 el premio en Ciencias Sociales y Humanísticas, por acuerdo del Pleno de la Academia de Ciencias de Cuba.2
El pueblo de Punta Alegre en el municipio de Chambas, provincia de Ciego de Ávila, conocido por la explotación minera del yeso y la sal, es desde la década del 90 del siglo XX un lugar de referencia internacional para los estudiosos de las comunidades aborígenes que poblaron nuestra área geográfica. Lo anterior se debe a los importantes descubrimientos arqueológicos realizados en el sitio Los Buchillones ―contiguo a ese poblado―, relacionados con las comunidades agricultoras ceramistas del tronco étnico aruaco, denominadas también taínos.
El potencial arqueológico del área terrestre en el sitio es conocido desde 1940, pero no es hasta 1983 cuando se realizan en ese yacimiento estudios científicos. Las investigaciones se verán coronadas por el éxito entre los años 1990 y 1994, a raíz de un hallazgo fortuito ―en la laguna costera inmediata― de dos pescadores del poblado Punta Alegre: Nelson Torna y Pedro Guerra, quienes dieron a conocer a los arqueólogos un sorprendente número de artefactos realizados en madera. Todo el material se halló enterrado en el cieno de la laguna, lo que permitió que se mantuviera en perfectas condiciones y que hoy —luego de un minucioso trabajo de conservación―  se pueda estudiar y exponer en los museos.
Para el estudio y continuidad de estas labores arqueológicas se creó en 1995 un equipo multidisciplinario internacional dirigido por el doctor Jorge Calvera Rosés, que aplicó una metodología propuesta por los especialistas del Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en Ciego de Ávila. A las tareas directivas se sumó el doctor David Pendergast, del Museo de Ontario,3 Canadá, y a las investigativas el Departamento Centro Oriental de Arqueología del CITMA en Holguín, CITMA de Camagüey y el Instituto de Arqueología de la Universidad Colegio de Londres. Actualmente, continúan las investigaciones, las cuales, por la magnitud y complejidad del sitio, se extenderán por muchos años.4
Entre las piezas que llegarán a La Habana se encuentra un ídolo antropomorfo confeccionado en ébano5 y que se caracteriza por el impresionante nivel de talla logrado por el artífice aborigen. Conocido como «el ídolo de Chambas», en conjunto con otros símbolos forma parte del escudo de ese municipio desde los años noventa del siglo XX. Siete dujos o asientos ceremoniales con sus enigmáticas cabezas talladas podrán ser apreciados junto a numerosas bandejas con asas zoomorfas que nos hablan del mundo mágico de los agroalfareros. Instrumentos de trabajo como las hachas petaloides ―utilizadas para labrar la madera, con la particularidad de haberse encontrado enmangadas—, azagayas o pequeñas lanzas para la caza y otros que sugieren diferentes usos como probables perforadores, agujas y removedores revelarán la diversidad tecnológica alcanzada por estos grupos humanos.
Un fragmento de canoa indica el fuerte vínculo de los antiguos pobladores con el entorno marítimo donde vivían, lo que fuera constatado por los especialistas al encontrar numerosos restos dietarios relacionados con las especies marinas que habitan esa zona. Materiales como el barro, el cuarzo y el hueso estarán presentes en cazuelas, ídolos y una espátula vómica confeccionada en costilla de manatí y preservada por Julio Ibarra Espinosa, vecino de Punta Alegre.
Aparte de los bienes muebles recuperados, Los Buchillones ha resultado ser el enclave arqueológico por excelencia para el estudio de un tema poco conocido: el de las viviendas en que habitaban estas comunidades. Por la presencia de cuantiosos postes6 enterrados en el fondo de la laguna y de elementos pertenecientes a estructuras constructivas, los especialistas han podido ir analizando las formas de estas casas y las técnicas utilizadas.7 Como exponente de lo anterior vendrá un horcón procedente del sitio, que se conserva en el Museo Provincial Coronel Simón Reyes Hernández. Fechados realizados a numerosos objetos de madera por Carbono 14 A. M. S. (técnica de espectrometría de acelerador de masas) han permitido establecer una ocupación del sitio desde 1220 d. n. e. hasta 1690 d. n. e, evidencia que indica la supervivencia del poblado hasta muy adentrado el periodo colonial.8
Divulgar el patrimonio arqueológico de la nación es la premisa fundamental de la muestra. Las piezas forman parte de las colecciones de los museos municipales Caonabo de Morón, el de Chambas, el provincial Simón Reyes Hernández y el museo de sitio de Los Buchillones, de próxima apertura. La historia de Ciego de Ávila, sus tradiciones, el impacto del sitio arqueológico en la comunidad y los esfuerzos que realiza la provincia para preservar sus valores patrimoniales también serán abordados en el guión museológico de esta muestra que constituye también un homenaje a los arqueólogos, que en condiciones a veces muy difíciles perseveran en su trabajo, para dar a conocer nuevas evidencias que contribuyan a una mejor comprensión de nuestro pasado. Asimismo, a los pobladores de Punta Alegre, que han protegido, colaborado con las investigaciones e informado siempre de los valores patrimoniales presentes en su territorio.

Arriba, momento de la inauguración de «Hallazgos arqueológicos en los Buchillones». En la imagen de la izquierda, un ídolo masculino. A la derecha, un hacha petaloide.


Bibliografía

Brito Martínez, Odalys, Jorge Calvera Rosés y Gabino de La Rosa Corzo (2006): «Estudio del sitio arqueológico Los Buchillones. Recuento y perspectivas», en El Caribe Arqueológico (Santiago de Cuba, Casa del Caribe), núm. 9: 89.
Calvera Rosés, Jorge, Roberto Valcárcel y Roberto Orduñez Fernández (2007): «La madera en el mundo arqueológico de Los Buchillones», en Gabinete de Arqueología (La Habana, Gabinete de Arqueología, Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana), núm. 6, año 6: 82.
Jardines Macías, Juan y Jorge Calvera Rosés (1999): «Estructuras de viviendas aborígenes en Los Buchillones», en El Caribe Arqueológico (Santiago de Cuba, Casa del Caribe), núm. 3: 44.
Vázquez Muñoz, Luis Raúl (2011): «Declaran Monumento Nacional Área Arqueológica de Los Buchillones», disponible en http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2011-06-16/declaran-monumento-nacional-area-arqueologica-de-los-buchillones/ (consultado 25-11-2011).


1  «El Área Arqueológica de Los Buchillones, donde se localizaron los restos de una gran aldea taína, fue declarada Monumento Nacional por el impacto de sus hallazgos y las nuevas interrogantes abiertas sobre el pasado de Cuba y los aborígenes del Caribe» (Vázquez Muñoz, 2011).
2 «La experiencia del proyecto de investigación de Los Buchillones ha revitalizado el estudio de la presencia aborigen en Cuba y ha demostrado su papel en todo el accionar a favor de la defensa de la identidad cultural de la nación, demostrando el valor social de la arqueología y sus compromisos con el futuro del proyecto cultural cubano» (Brito Martínez, Calvera  Rosés y La Rosa Corzo, 2006: 94).
3 El doctor David Pendergast también es investigador honorario del Instituto de Arqueología de la Universidad Colegio de Londres.  
4 «El sitio se extiende unos 1 500 m a todo lo largo de la línea de costa, y unos 50 m desde la laguna hacia el mar, además de los terrenos que ocupa en tierra firme» (Calvera Rosés, Valcárcel Rojas y Ordúñez Fernández, 2007: 83).  
5  Los estudios de identificación de madera han revelado el uso de especies como el guayacán (Guaiacum sp.), el jiquí (Pera bumeliaefolia) y el ébano (Diospyros sp.) en el caso de los objetos muebles (Jorge Calvera Rosés, Roberto Valcárcel Rojas y Roberto Ordúñez Fernández, 2007: 84).
6  En cuanto a los postes de las estructuras constructivas, se clasificaron la caoba (Swietenia mahagoni), el yaití (Gymnanthes lucida) y el manglesillo (Bonetia cubensis)” (Calvera Rosés, Valcárcel Rojas y Ordúñez Fernández, 2007: 84).
7  «Se han ubicado hasta el momento veinticuatro agrupaciones de postes, algunas de las cuales han sido excavadas, definiéndose hasta ahora la existencia de cinco estructuras constructivas que parecen haber sido casas de lo que fue una aldea aborigen» (Calvera Rosés, Valcárcel Rojas y Ordúñez Fernández, 2007: 83).  
8 «Los resultados de las dataciones radiocarbónicas indican que la comunidad aborigen asentada en la zona sobrevivió el impacto inicial de los procesos de conquista y colonización, aspecto notable dentro de un panorama historiográfico que generalmente señala una rápida y casi total desaparición de la presencia indígena en la Isla» (Calvera Rosés, Valcárcel Rojas y Ordúñez Fernández, 2007: 85).

Antonio Quevedo Herrero e Ivalú Rodríguez Gil,
director del Museo Castillo de La Real Fuerza y museóloga del Museo de Arqueología, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, respectivamente.