«Artillería española de Ordenanza» constituye la primera ocasión que en nuestro país se exhibe en modelos a escala la totalidad de las piezas que integraban la Antigua y la Nueva Ordenanza de la artillería española del siglo XVIII.

La exposición «Artillería española de Ordenanza» quedó inaugurada hoy viernes, 5 de julio, en el Museo Castillo de La Real Fuerza. La muestra la integran piezas pertenecientes a la colección de Pavel Valdés, artista escultor fundidor, quien ha querido reproducir en modelos a escala la artillería de la Antigua y la Nueva Ordenanza, además de una bombarda (siglo XV) una culebrina (XVI), el cureñaje en sus diferentes variantes, el menaje de alistamiento de un cañón y un set de artillería de marina que incluye además un falconete de a seis libras.
«Artillería española de Ordenanza» estará a disposición del público hasta el mes de octubre y servirá de apoyatura a un ciclo de conferencias para especialista y personas interesadas en la temática de la artillería, el modelismo, la historia naval, las tácticas militares de antaño y la evolución del sistema de fortificaciones.
La muestra fue propicia además para homenajear al insigne historiador cubano César García del Pino, quien en los próximos días arribará a la edad de 92 años y aun se mantiene activo como asesor del Gabinete de Arqueología de la Oficina del Historiador.
A continuación reproducimos las palabras del catálogo de la muestra:   
«Ultima Ratio Regis (la última razón del rey). Este es el lema que en la antigüedad los maestros fundidores grababan en sus cañones, pues en España, solo el Rey tenia potestad para ordenar la fabricación de armas de artillería. Sin embargo, este era el único elemento común a todos ellos. Cada fabricante utilizaba sus propias técnicas y proporciones de metales para fundir sus bocas de fuego, y cada fábrica tenía sus propios diseños, lo cual dificultaba el poder fabricar munición estándar al tener cada cañón un calibre único.
»La Ordenanza de 1743 (conocida como Antigua Ordenanza) intentó poner orden en la fabricación de la artillería, estableciendo modelos y calibres para los tubos y unificando montajes (cureñas y avantrenes). Sin embargo, 40 años después se hizo necesario promulgar una Nueva Ordenanza (1783) que volviera a regularizar modelos, calibres y montajes, pues las reformas anteriores no habían cristalizado en la práctica.
»La creación unos años antes del Real Colegio de Artillería (1764) permitió que esta Nueva Ordenanza se llevara efecto, pues a partir de ese momento, todos los oficiales de artillería con responsabilidad en la fabricación de bocas de fuego habían recibido la misma formación que el impulsor de la misma, don Tomas de Morla, alumno de la primera promoción del citado colegio.
»Cuando la responsable técnica de la Biblioteca de la Academia de Artillería me trasladó el mensaje que el Sr. Valdés había enviado solicitando información para la fabricación de los modelos a escala que componen esta exposición, me sentí un poco abrumado, pues mi experiencia sobre bocas de fuego antiguas es muy limitada, ya que durante mi período como profesor en la Academia de Artillería me había dedicado al estudio de materiales actuales.
»Pronto pude comprobar el perfecto conocimiento de Pavel Valdés sobre los diferentes modelos de cañones, obuses y morteros regulados por las Ordenanzas (la Antigua de 1743 y la Nueva de 1783), con lo que mi participación ha sido muy pequeña. A pesar de la distancia que separa La Habana de Segovia, he podido ver en fotografías los modelos que se exponen y creo que son fieles reproducciones de los modelos que representan y me siento muy satisfecho de haber podido colaborar en esta muestra de una parte de la historia militar, y también industrial, de España».

Teniente Coronel Javier Besteiro Rivas
Segovia, 17 de junio de 2013
Academia de Artillería, Segovia, España.

«Pavel es de esos hombres privilegiados, capaz de darle cuerpo a lo que él imagina. En esta ocasión, ya su sueño es realidad. La exposición de su colección de piezas de la Artillería de Ordenanza española del siglo XVIII es el fruto de un largo y abnegado estudio acerca del tema, su capacidad de diseño y de artista fundidor. Su habitación se llenó de libros, notas y papeles que hablan de morteros y cañones. Su pequeño taller adquirió las dimensiones de las fundiciones de artillería de Barcelona y Sevilla. Son piezas que para los gustos menos exigentes solamente adornan, pero mucho más complacen a los que además, pueden acudir a ellas con diversos fines específicos y profesionales, pues más que adornar, ilustran un período que marcó pautas en el desarrollo de la artillería».

Jorge Echeverría Cotelo
La Habana, 26 de junio de 2013
Museólogo Especialista Museo Castillo de La Real Fuerza.


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