Enjuta y ensimismada, como inmersa en una lectura devocional, la Madre Teresa de Calcuta se ha quedado para siempre en un rincón de la Habana Vieja, sentada sobre una piedra del antiguo Convento de San Francisco de Asís.
En la tarde del 6 de mayo, en la parte posterior del Convento de San Francisco de Asís, fue develada esta escultura de la famosa religiosa como corolario a la creación allí, en 1999, de un parque que lleva su nombre desde entonces.

 La estatua pertenece al artista José Villa Soberón y refleja «la intensa espiritualidad y la suprema humildad de aquella gran mujer, en un mundo martirizado por la pobreza, la guerra y el dolor de los que sufren y padecen», según las palabras inaugurales del Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler.
Leído por Teresita Hernández, directora de la Casa de Asia (Oficina del Historiador de la Ciudad), ese texto destaca que «durante sus visitas a Cuba, la madre Teresa dejó un rastro de admiración intensa, sobre todo porque demostró que, si no es asistida por las obras verdaderas, la palabra es como una campana rajada, una expresión hueca y vacía...»
En el acto también hizo uso de la palabra el Embajador de la India en Cuba, el excelentísimo señor Bhaskar Balakrishnan, quien subrayó la labor de la abnegada religiosa al afirmar que «sus destacadas contribuciones a la humanidad fueron reconocidas al serle otorgado el Premio Nobel de la Paz en 1979, y recientemente el Vaticano decidió canonizarla para el próximo 19 de octubre».
 El parque Madre Teresa de Calcuta fue inaugurado el 30 de enero de 1999 y ocupa la parte trasera de todo el Convento, incluyendo el espacio que ocupaba su cúpula, derruida por un ciclón en 1850. Al restaurarse en 1994 la Basílica Menor de ese templo habanero con vistas a convertirla en sala de conciertos, se previó un trampantojo que recrea internamente tanto la cúpula como el ábside desaparecidos.
Además de su función escénica, la Basílica Menor de San Francisco acoge obras de arte religioso, al igual que el resto del Convento, conformado por dos claustros y una capilla. Entre esas obras se encuentra la estatuilla de marfil de Nuestra Señora de la Milagrosa que regalara al Comandante en Jefe Fidel Castro la propia Madre Teresa, quien estuvo dos veces en Cuba.
Ahora, la imagen de la Madre Teresa ha quedado perpetuada en bronce y se mantendrá todo el tiempo con flores frescas encima del devocionario que parece sostener en actitud de profundo recogimiento.
«Quería integrarla al jardín en toda su pequeña y, a la vez, enorme humanidad...», explicó el escultor Soberón, quien también es autor de la estatua de John Lennon (en el parque de 17 y 6, en El Vedado) y la del popular orate conocido como el Caballero de París, esta última situada frente a la entrada principal de la propia Basílica Menor de San Francisco, por la calle de los Oficios.
Según expresó el artista a Opus Habana , en la actualidad se encuentra realizando dos esculturas de personalidades famosas: una de Benny Moré, para la provincia de Cienfuegos, y otra de Hemingway, para el restaurante Floridita.

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