El libro Rostros en peligro. Especies cubanas amenazadas fue presentado este lunes 6 de febrero, en la galería Julio Larramendi, del Hostal Conde de Villanueva. Conjuntamente se inauguró una muestra con algunas de las más de 300 instantáneas que ilustran el volumen.

Cada uno de nosotros puede y debe jugar un rol importante en la defensa de la naturaleza, sus recursos y su biodiversidad, asumiendo una actitud más responsable ante este grave problema, de forma tal que las generaciones futuras puedan disfrutar de sus tesoros

Publicado bajo el sello Ediciones Polymita, el libro Rostros en peligro. Especies cubanas amenazadas editado por Julio A. Larramendi y Nicasio Viña está dividido en dos capítulos conformados por ensayos a cargo de científicos cubanos, cada uno de ellos considerado primera figura en su especialidad. Contiene más de 300 imágenes tomadas por decena de fotógrafos.

Con la frase de Víctor Hugo: «Produce una inmensa tristeza pensar que la Naturaleza habla mientras el género humano no escucha», el fotógrafo Julio A. Larramendi y el biólogo Nicasio Viña Dávila —devenidos editores— inician el libro Rostros en peligro. Especies cubanas amenazadas.
Perteneciente al sello Ediciones Polymita, el texto fue presentado este lunes 6 de febrero, en la galería Julio Larramendi, del Hostal Conde de Villanueva donde acudió —entre otros— Miguel Barnet, presidente de la Fundación Fernando Ortiz y de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
Dedicado a la memoria de los célebres científicos Jorge Ramón Cuevas (1941-2000), Rosa Elena Simeón (1943-2004) y María Elena Ibarra (1932-2009), el volumen es un llamado a proteger la biodiversidad cubana de los peligros que la amenazan.
«No podemos seguir siendo simples espectadores de la destrucción de la vida en nuestro Planeta, en particular en nuestro país. Cada uno de nosotros puede y debe jugar un rol importante en la defensa de la naturaleza, sus recursos y su biodiversidad, asumiendo una actitud más responsable ante este grave problema, de forma tal que las generaciones futuras puedan disfrutar de sus tesoros», asegura Viña en sus palabras de presentación.
Rostros en peligro. Especies cubanas amenazadas se debe a un colectivo de autores de primerísimo nivel integrado por 14 científicos y una decena de fotógrafos cubanos. Los primeros tuvieron a su cargo las reseñas que presentan y describen a cada especie, mientras que a los otros se deben las más de 300 instantáneas que ilustran este ejemplar, una selección de las cuales se exhibe en la galería del Hostal Conde de Villanueva.
A un sumario que además de la presentación, el prólogo, y la introducción incluye los acápites «Características naturales» y «Amenazas a la diversidad biológica», prosiguen dos capítulos. El primero, dedicado a los invertebrados, contiene una selección que ejemplifica su diversidad; el segundo, expone con ejemplos significativos los grupos de vertebrados.
No se trata, por tanto, de un «inventario o libro rojo sobre las especies cubanas en peligro de extinción, por lo que no aparecen todos los grupos de nuestra fauna. De igual forma, la información que se brinda de cada especie es básica», explica Julio A. Larramendi en la introducción.
Vale resaltar como aspectos novedosos en esta obra, el que por primera vez se relacionan las especies cubanas vinculadas con su hábitat y con las amenazas sobre las mismas, así como que se muestran varias especies como la libélula Celithemis esponina, la mariposa Chiodes marmorosa, junto a otras polillas o mariposas nocturnas, y también que pueden ser apreciadas las primeras imágenes de moluscos terrestres que se consideraban extintos y se reencontraron muy recientemente, como el Cerium alberti y el Cerium geophilum.
Referente ineludible al estudiar o hacer alusión a la fauna cubana, Rostros en peligro. Especies cubanas amenazadas, está dirigido a variados públicos, en particular, a niños y jóvenes.
Es fundamentalmente un llamado de alerta y convocatoria que se extiende incluso a la contraportada, como en un intento de sus realizadores en insistir para que la humanidad reaccione.
De ahí que pueda leerse esta advertencia de Jorge Ramón Cuevas:
«Una vez perdida, la biodiversidad no podrá recuperarse».

Karín Morejón Nellar
Opus Habana




Primera imagen (Izquierda): Contaminación atmosférica, p.79. (Derecha): La tala indiscriminada con fines comerciales ha causado pérdidas en la biodiversidad, p.75. Al centro: Vista de Baracoa, Guantánamo, pp. 14-15. Sobre estás líneas de izquierda a derecha: libélula Celithemis esponina p. 160; el molusco terrestre Cerium alberti p. 117, y la mariposa Chiodes marmorosa, p.195.

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