Organizado por el proyecto Universo Audiovisual del Niño Latinoamericano (Red UNIAL) del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano y el auspicio de la Oficina del Historiador de la Ciudad, sesionó el Taller Internacional «La niñez y la imagen», en la Vitrina de Valonia. Dirigido a docentes, comunicadores y otros especialistas, este encuentro se propone estimular el pensamiento crítico sobre los contextos de comunicación a los que se enfrenta la niñez; así como desarrollar estrategias hacia la gestión de procesos culturales para lograr una formación humana totalizadora.

La Cumbre Mundial en favor de la Infancia nos desafía a adoptar medidas.
Hemos decidido responder a ese desafío.
Entre otras colaboraciones, solicitamos muy en especial la de los mismos niños. Les hacemos un llamamiento para que participen en esta tarea.”
Declaración Mundial sobre la Supervivencia, la Protección y el Desarrollo del Niño
Cumbre Mundial en favor de la Infancia, 30 de septiembre de 1990.


A poco de vencerse el plazo para que los países signatarios alcancen las metas trazadas por el Plan de acción para la aplicación de la Declaración Mundial sobre la Supervivencia, la Protección y el Desarrollo del Niño en el Decenio de 1990, muchos de estos propósitos permanecerán, pese a los compromisos solemnemente contraídos, como utopías inalcanzables, no sólo en éste, sino en el siglo que se nos aproxima.
En igual sentido, en sociedades --nuestras sociedades--, donde el adultocentrismo marca todas las prácticas cotidianas, no deja de ser una apelación afectiva, cuando no, efectista, el llamamiento para que los más jóvenes pobladores del planeta pasen a convertirse en participantes activos en la noble tarea de dar a todos los niños un futuro mejor.
¿Pueden nuestras instituciones y, en particular, nuestras instituciones escolares contribuir a formar esos ciudadanos y ciudadanas activos, críticos, responsables y participativos ante las urgencias sociales?
Para el profesor Jurjo Torres Santomé, tal y como están concebidos el diseño curricular y su posterior puesta en acción en el Estado español, la respuesta es no. La misma respuesta puede darse, más acá o más allá --plus, plus ultra--, de las míticas Columnas de Hércules.
Apunta este profesor de la Universidad de la Coruña  que en la formación del tipo de personalidad que se demanda, se hace necesario prestar atención, tanto a las estrategias de enseñanza - aprendizaje y evaluación, como a los contenidos culturales. Lo característico en las vigentes propuestas de escolarización es el mantenimiento de lo que él denomina estructura fordista: su modo de funcionamiento es similar a los de una cadena de producción en serie, donde profesores y asignaturas pasan a ritmo regular, frente a un estudiante que, clavado en su pupitre, sólo ansía terminar sus deberes y recibir la recompensa extrínseca de la calificación.
A su vez, en la mayoría de los currícula --plantea este autor--, permanecen como voces ausentes y/o deformadas las culturas populares, incluidas las de las propias culturas infantiles y juveniles, al igual que las de la tercera edad, las etnias minoritarias o sin poder, el medio femenino, el mundo de las personas pobres, las personas con minusvalías físicas y/o psíquicas, etc., etc., etc.

LAS OTRAS VENTANAS DEL AULA

 
 La enseñanza de las nuevas tecnologías son un avance y una responsabilidad en la educación de los niños de hoy

La descripción puede resultar cotidiana. Frente al alumno: el maestro y el pizarrón.  A un costado, la ventana, por donde salta y escapa la imaginación cuando el docente no es capaz de que héroes y fórmulas, océanos y gerundios, abran mil y un paisajes a la curiosidad del educando.
El cine y, más tarde, la televisión, el video, el ordenador…, han pretendido colocar nuevos horizontes ante el pupitre. Sin embargo, no pocas veces la  mirada choca con espejos multiplicadores de monótonas rutinas. Las ventanas parecen, entonces encontrarse en otros lugares: en las pantallas que se iluminan en salas oscuras o en el íntimo rincón del hogar, pero…, ¿qué se muestra a través de ellas?
La violencia, el sexismo, el consumo de tabaco y alcohol, la caracterización estereotipada de personajes y situaciones, parecen ocupar el lugar privilegiado, no sólo en lo que se produce y difunde, sino en las preferencias de los públicos. Así, el Informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo, presidida por Javier Pérez de Cuellar  alerta sobre la necesidad de proteger al público y, en particular, a los niños y adolescentes, de las imágenes de violencia gratuita, degradación humana y explotación sexual. La Comisión recomienda a la UNESCO promover un foro internacional para reflexionar sobre la violencia y la pornografía en los medios de comunicación, ya se trate de programas de televisión, videos, o juegos y servicios interactivos. De igual forma sugiere se adopten iniciativas tales como la elaboración de medidas legislativas, códigos deontológicos voluntarios y autorreguladores para la industria y la utilización de dispositivos técnicos para bloquear a voluntad la recepción de las transmisiones. Dentro de estas sugerencias se esboza, aunque tímidamente, la ejecución de programas de iniciación a los medios de comunicación.
Nuestra posición dista mucha de satanizar a la televisión o a los medios de comunicación en general. Existen, aunque en proporción minoritaria, aquellos mensajes que, haciéndose eco del Artículo 17 de la Convención de los Derechos del Niño , promueven el bienestar social, espiritual y moral, la salud física y mental de los menores.
Por otra parte, los medios de comunicación son portadores de novísimos lenguajes que enriquecen las formas de intercambio simbólico entre los seres humanos. La apropiación de estos lenguajes audiovisuales desde las edades más tempranas debe convertirse en una práctica pedagógica sustentada en la idea de que cada uno sea, en sus relaciones comunicativas receptor y emisor a un mismo tiempo. Ello contribuirá a ensanchar las posibilidades de desarrollo personal y de participación más activa en la realidad social.

LA ALFABETIZACIÓN POSTERGADA

Hablamos, en tal sentido, de una educación para los medios desde una perspectiva multidimensional, tal y como la reconoce el sacerdote jesuita José Martínez de Toda :
Tal concepción considera que, en primer lugar, el sujeto debe ser alfabetizado mediáticamente, en tanto conozca el lenguaje audiovisual y pueda comprender las intenciones del emisor. Necesita, además, ser consciente de cómo funciona la industria cultural y cuáles son sus intereses comerciales, pues ello explica porqué presenta aspectos antisociales (violencia, sexo excesivo, prejuicios, etc.). Ya frente al televisor el sujeto no ha de estar meramente pasivo, sino activo, deconstruyendo el texto según su propia identidad. Es en este momento en que se precisa que él sea lo suficientemente crítico sobre las ideologías escondidas en los mensajes. Asimismo, es crucial que el sujeto sea social e interactivo, esto es, que pueda intercambiar con otras las interpretaciones de lo que ven, hasta que pueda crear su interpretación definitiva a través de sus resignificaciones; y pueda, a su vez, crear otros textos originales, donde pueda expresar sus propios sentimientos e ideas.
Esto presupone desarrollar un conocimiento más efectivo de los medios de comunicación sobre la base de una práctica directa con el lenguaje mismo, a partir del principio de saber y saber hacer.

SALUD Y COMUNICACIÓN DESDE UNA DIMENSIÓN COMUNITARIA

 
 Las actividades comunitarias con personajes infantiles de gran éxito en la televisión ayudan a la construcción de diversos patrones.

Es coherente, entonces, deducir que la instrumentación de una propuesta alternativa de educación para la comunicación que introduce al niño en un proceso de conocimiento - reflexión crítica - apreciación y creación de mensajes, redundará, a su vez, con el propósito de educar para la salud --entendida ésta en su dimensión más amplia --, en tanto propiciará una disminución de su vulnerabilidad de la influencia que pueden ejercer los medios en la conformación de comportamientos y hábitos no saludables. Además, porque los mensajes por ellos creados pueden tener determinado impacto en grupos de coetáneos, en la familia y en la comunidad, en dependencia del ámbito de su difusión. Se redimensiona con ello, la perspectiva del niño, de receptor a emisor de mensajes, de sujeto pasivo a sujeto activo, y, aún mas, de espectador a protagonista de procesos de comunicación popular.
En nuestro medio iberoamericano educación para la comunicación y culturas populares, audiovisualidad y promoción de salud  debie¬ran asumirse como conceptos hermanados.
Necesitada  la comunidad, sus instituciones representativas  y  sus miembros de una más honda inserción en su contexto (valores y disvalores  comprendidos), sólo desde él se facilitará un crecimiento auténtico que tenga en la participación  en  los  procesos comunicativos su sustento. Por ello es que se concibe el  crite¬rio democrático de construcción comunitaria, con énfasis  en  el relativo a la promoción de salud para la infancia.
Es la comprensión de la importancia de la participación comunitaria la que confiere un nuevo matiz al concepto de promoción de salud.
Para alcanzar un nivel adecuado de bienestar físico, mental y social las personas o grupos de población deben poder identificar y satisfacer sus necesidades básicas y su capacidad de cambiar y adaptarse a su entorno. Por ello se plantea que el foco de la promoción de salud es la acción social que cree y fortalezca sostenidamente las condiciones que habiliten a la población para adoptar decisiones prudentes en materia de salud.
En este empeño, corresponde a la comunicación un papel esencial en tanto está destinada a informar, convencer, fortalecer y educar; objetivos a lograr desde la involucración activa de los grupos comunitarios en el  mejoramiento de la salud, hasta contribuir en el contexto de un programa de intervención a la modificación de conductas.
Lo visto hasta aquí se resume en tres aspectos esenciales de la promoción de salud: la importancia de la participación comunitaria, el papel que corresponde a la comunicación para propiciarlas y la atención especial que debe dirigirse a los niños como sujetos de los procesos de educación para la salud.

A IMAGEN Y SEMEJANZA

Hay, aunque en escasa proporción, grupos de personas e instituciones que, sin el ánimo profético de Isaías, están convencidas de que un niño pequeño puede llegar a ser un guía de otros niños y, ¿por qué no?, de los adultos.
Una forma para lograrlo es hacer que los menores participen, de manera protagónica,  en procesos comunicativos concebidos sobre la base de sus propias necesidades y capacidades.
En la presente década han venido aplicándose, aunque de manera puntual, interesantes experiencias que concilian e integran estos tres elementos concibiendo al niño como eficaz agente de cambio, como comunicador en la promoción de salud, insertos en proyectos de participación comunitaria.
Una de las más divulgadas, gracias al apoyo concedido por el UNICEF es el Child-to-Child Trust, patrocinado por el Instituto de Educación y Salud Infantil de la Universidad de Londres quienes en 1993 publican el libro Children for Health . En él plantean la posibilidad de que los niños asuman el rol de comunicadores de los mensajes del libro Para la Vida, y orientan metodológicamente el entrenamiento y el aprendizaje que deben recibir los chicos, el cual consta básicamente de cuatro etapas: 1) reconocimiento y priorización de sus necesidades y conocimiento de las causas de las mismas; 2) estudio: búsqueda de más información, discusión en grupo y entrenamiento de habilidades; 3) acción: planeamiento de la acción con relación a sí mismos y con relación a otros; 4) evaluación: discusión de los resultados y planeamiento de nuevas acciones.
Entre las consideraciones que avalan sus propósitos enuncian el múltiple beneficio que se obtiene, ya sea por parte de los propios niños, como por la escuela, por la familia y por la comunidad.
Plantean que los niños comunicadores aprenden y comprenden mejor e incorporan habilidades y actitudes en pro de su salud, desarrollan su autoestima, su altruismo, toman conciencia de las necesidades de otros y adquieren habilidades para la comunicación. A su vez, los más pequeños, con su tendencia a la imitación de sus hermanos mayores y a otorgar más crédito a lo considerado por ellos, asumen también conductas favorables.
Con relación a la escuela se reportan aumentos notables de la motivación y atención a clases por parte de los escolares cuando la institución se encuentra vinculada a este programa de educación para la salud. Además, los niños se convierten en el eslabón que incorpora plenamente la escuela a la comunidad, dejando de considerarse como ente aislado e involucrándola sensiblemente a la solución de las necesidades de salud de la población.
En cuanto a la familia, resulta ser beneficiada por la actitud concreta de autocuidado que asume el niño, por la influencia persuasiva que este ejerce sobre sus padres y hermanos y por el consecuente aumento del respeto y estima de los padres hacia los niños con el beneficio que esto reporta a la dinámica familiar.

LA ALTERNATIVA «GÉMINIS»

 
 El cine, especificamente los dibujos animados como Elpidio Valdés, ha brindado diversión y enseñanzas a generaciones de cubanos

El Proyecto «Géminis» forma parte del conjunto de acciones emprendidas por la Red «El Universo Audiovisual del Niño Latinoamericano» del ICAIC, en su  empeño por promover un proyecto de alfabetización y educación para la comunicación fundamentado en el respeto a la creatividad y la expresividad del niño y su identificación con valores que les son propios.
«Géminis» es una metodología de trabajo para talleres de educación para la comunicación audiovisual desarrollados en el ámbito comunitario con niños y adolescentes. Su propósito es el de introducir a los estudiantes en el mundo de la creación audiovisual, con el objetivo de incentivar su creatividad y contribuir a estimular su capacidad crítica más allá del fenómeno audiovisual en sí mismo. Al privilegiar el trabajo con este grupo poblacional se pretende, a su vez,  involucrar a agentes tales como la familia y la escuela y otros mediadores sociales.
Nuestra intención es la de conjugar la apropiación del lenguaje audiovisual con temas como la preservación del medio ambiente, la higiene de la ciudad, la violencia en los medios de comunicación…, problemas que los propios niños y niñas identifican de su entorno.
Paralelo al trabajo con los niños y adolescentes, se lleva a cabo la capacitación de facilitadores (maestros, padres de familia u otros miembros de la comunidad) que se involucran desde las primeras fases del proyecto y que pasarán a ser los continuadores del mismo.  
Hemos implementado, a nivel de educación primaria y media, “talleres” centrados en cuatro objetivos específicos:

1.    Diagnosticar las necesidades sentidas de salud y las demandas en relación a los medios audiovisuales de grupos de escolares.
2.    Promover la participación activa de estos grupos en el conocimiento de la comunicación audiovisual.
3.    Propiciar que dichos grupos elaboren mensajes de salud en correspondencia con sus necesidades y las de la comunidad.
4.    Evaluar los resultados de las intervenciones en el ámbito comunitario.

El desarrollo de estos talleres ha servido de plataforma para una labor de investigación-acción participativa. Esta metodología es la que mejor se corresponde con los propósitos de nuestro trabajo, en tanto el mismo parte de la identificación, priorización y análisis de los problemas por parte de los propios niños.
Del cumplimiento de este primer objetivo depende una buena parte de las acciones desarrolladas posteriormente, en la decisión de lo cual también están implicados los niños.
Por demás, las características de la investigación acción-participativa, léase: investigación científica colectiva, reflexión conjunta, acción organizada y capacitación y educación popular se corresponden plenamente con nuestros intereses.
En definitiva con esta propuesta de intervención, perseguimos que los chicos ejerzan un mayor control sobre su propio desarrollo.
Nuestro proyecto se divide en cuatro etapas:

1. Diagnóstico:

Esta fase constituye una etapa de reconocimiento y sensibilización con aquellos problemas de salud y medio ambiente  que, en el contexto comunitario, involucran a los niños y adolescentes que participan en la intervención y que son percibidos por ellos. A su vez, propicia un primer cuestionamiento de los menores acerca de las preferencias, expectativas e insatisfacciones vinculadas a la oferta de los medios audiovisuales y de las carencias y demandas en relación a sus propios recursos expresivos.

2. Intervención:

La implementación del  “taller” con niños y adolescentes es el centro de la etapa interventiva.
- Un primer período de sensibilización, tiene como finalidad el reconocimiento de la diversidad de imágenes (verbales, sonoras y visuales) que conforman nuestro contexto cotidiano, incentivando un proceso de observación - reflexión - creación que implica la valoración de estas imágenes y su incorporación a la expresión creadora. Bajo el tema general Para verte mejor… Para oírte mejor…, se realizan juegos y ejercicios que familiarizan al menor con las distintas formas de representación artística de la realidad y que sienta las bases para la apropiación del lenguaje audiovisual. Ello, por otra parte, permite un acercamiento más profundo del escolar a su entorno.
- En un segundo período, se introduce al participante en el conocimiento específico del lenguaje audiovisual. Con el pretexto de ¿cómo se hace una película?, se recorre, de manera lúdica, los diferentes pasos en la realización de un filme, desde su concepción argumental a la filmación y edición. La ejecución de juguetes ópticos, el diseño de secuencias, la selección de locaciones, etc., motivan al grupo a seleccionar temas afines a sus necesidades de salud y medio ambiente y que constituyen el eje de sus producciones como mensajes de promoción. A su vez, se discuten y analizan  filmes y programas de TV para estimular la recepción crítica y la toma distancia de aquellos comportamientos y patrones difundidos que pueden incidir de manera negativa en un estilo saludable de vida.
Cada taller culmina con la realización de un producto audiovisual, síntesis de los pasos abordados. La difusión de los productos comunicativos abarca, en un primer nivel, los ámbitos comunitarios. En la actualidad se trabaja para que alcancen una circulación más amplia a través de los medios masivos, en una labor coordinada con la oficina del UNICEF y el Instituto Cubano de Radio y Televisión.

3. Evaluación:

Esta fase lleva implícitos tres momentos:

1.    Evaluación del desarrollo del proceso.
2.    Evaluación del producto terminado.
3.    Evaluación de las modificaciones obtenidas a nivel cognitivo, afectivo y conductual  en los niños y niñas participantes.
4. Capacitación:

Previa a la fase de  Diagnóstico, se realiza una selección de personas de la comunidad interesados en participar de esta experiencia. Las mismas reciben seminarios sobre los principios teóricos y  metodológicos del  proyecto, así como cursos de comunicación audiovisual. Ellos se constituyen en agentes facilitadores que dan continuidad a estas experiencias.

A manera de resumen, expondremos algunos de los resultados obtenidos durante el proceso de creación por parte de los niños y niñas, de uno de los distintos productos audiovisuales que sobre temas de salud fueron escogidos por ellos, en este caso, la higiene de la ciudad:

•    Se logró la apropiación, por parte del grupo escolar, del concepto de salud en su sentido más amplio. Nada más ilustrativo que  la poesía redactada por uno de los niños del “taller”:

    

Para mí la salud
    es no tener enfermedades
    Para mí la salud
    es invalorable
    Para mí la salud
    es estar feliz y contento
    Para mí la salud
    es navegar con buen viento

    Para mí la salud
    es comodidad
    Para mí la salud
    es agilidad

    Para mí la salud
    es jugar
    Para mí la salud
    es nadar

    Para mí la salud
es ser viajero
Para mí la salud
son los amigos que quiero

Para mí la salud
es ser explorador
Para mí la salud
es ser aviador

Esto significa
la salud para mí
y quiero que sea
lo mismo para tí

•    Se propició la adopción, por parte de los mismos, de hábitos adecuados de higiene (al menos durante el período que duró la experiencia).
    
•    Se desarrollaron actitudes y habilidades facilitadoras de la actividad propia del “taller” y de la actividad escolar en general: creatividad, cohesión grupal, capacidad para trabajar en equipo, asistencia y puntualidad a las sesiones. Elementos estos que fueron corroborados por las opiniones de los profesores y los padres de los alumnos.
    
•    Se logró desarrollar, en dicho grupo, los recursos expresivos mínimos necesarios para comunicar a través de imágenes en movimiento. Bajo el título de Ciudad Desperdicio se culminó un video de unos cinco minutos de duración acerca de los problemas que afectaban la higiene ambiental de la comunidad donde se encuentra la Escuela.

•    Se influyó de algún modo en el interés de estos niños por la cinematografía y la programación televisiva. Sirva, a manera de ejemplo, la visión inicial que un niño tenía con respecto al cine y cual fue su valoración final. En un primer momento, al redactar una composición sobre el tema ¿Qué es el cine para mí?, escribió, en un nivel que no sobrepasa la mera descripción:



El cine para mí es como un teatro que tiene una pantalla grande donde se pueden ver películas a «muñes».
También tiene muchos asientos para que uno se pueda sentar y ver lo que se está pasando. Así, es como un lugar público donde se ven cosas imaginarias, fantásticas, que no existen.


Al concluir el “taller”, su concepción del cine recogió aspectos esenciales y una marcada elaboración personal:

El cine es un arte bello y difícil de realizar, aunque también constituye uno de mis mejores entretenimientos.
Otra de las cosas que para mí es el cine es historia y un logro de la humanidad. Ahora, gracias a él, se pueden comunicar las personas y los países sin tener que viajar. O sea, comunicarle a las personas lo que uno quiere sin necesidad de decirlo directamente.


Pudo recogerse, por último, evidencias preliminares de la efectividad del mensaje creado por los miembros del “taller”, a partir de su exhibición pública a los padres, maestros, responsables del Consejo Popular donde está enclavada la Escuela, funcionarios del Centro Nacional de Promoción y Educación para la Salud y el resto de los escolares. A nivel de la comunidad, «Géminis» demostró ser una alternativa de comunicación horizontal protagonizada por sus miembros más pequeños.
Lo anterior nos permite considerar que los Grupos Expresivos del Mundo de Imágenes de los Niños («Géminis»), constituyen una inestimable posibilidad para motivar e involucrar al niño, de forma activa, en torno a la problemática de la salud. A su vez, esta experiencia introduce a los menores en un proceso de conocimiento - reflexión crítica - apreciación y creación de mensajes, que enriquece sus modos expresivos y comunicativos y podría hacerlos menos vulnerables ante contenidos portadores de estilos de vida no saludables.

•    Se logra la apropiación del concepto de salud en su sentido más amplio, por parte de los grupos escolares.
•    Se desarrollan actitudes y habilidades facilitadoras de la actividad propia del “taller” y de la actividad escolar en general: creatividad, cohesión grupal, capacidad para trabajar en equipo, asistencia y puntualidad a las sesiones.
•    Se logra desarrollar, en dichos grupos, los recursos expresivos mínimos necesarios para comunicar a través de imágenes en movimiento.
•    Se influye de algún modo en el interés de estos niños por la comunicación audiovisual.
•    A nivel de la comunidad, «Géminis» demostró ser una alternativa de comunicación horizontal protagonizada por sus miembros más pequeños.

Lo anterior nos permite considerar que la propuesta «Géminis», constituye una inestimable posibilidad para motivar e involucrar al niño, de forma activa, en torno a la problemática de la salud. A su vez, esta experiencia introduce a los menores en un proceso de conocimiento - reflexión crítica - apreciación y creación de mensajes, que enriquece sus modos expresivos y comunicativos y podría hacerlos menos vulnerables ante contenidos portadores de estilos de vida no saludables.

Pablo Ramos y Raisa Labrado
(ponencia presentada en el evento por los autores) 


 
Notas
      1. Jurjo Torres Santomé: Las culturas negadas y silenciadas en el currículum, Cuadernos de Pedagogía, No. 217, Barcelona, sept., 1993, pp. 60 - 66.
     2. Javier Pérez de Cuellar, et. al.:  Nuetra Diversidad Cultural. Informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo (Versión resumida), París, Ediciones UNESCO, 1996.
     3. Convención de los Derechos del Niño, 1991, Gaceta Oficial de la República de Cuba, La Habana, 28 de diciembre 1991. Año LXXXIX, p.380.
     4. José Martínez de Toda: Educación para los medios (metodología y evaluación), Bogotá, DECOS - CELAM, 18-22 agosto, 1997.
  5. En la actualidad se acepta el concepto de salud en su dimensión positiva, es decir como completo estado de bienestar físico, psíquico y social y no sólo como ausencia de enfermedad. Dicho concepto fue postulado por la Organización Mundial de la Salud desde 1947 aunque no  es hasta 1974 que en Canadá, el entonces Ministro de Salud y Bienestar, Marc Lalonde,  postula el concepto campo de salud, integrado por el estilo de vida, el ambiente, los servicios de salud y la biología humana,  atribuyéndole el mayor peso a los dos primeros elementos. (Cfr. Luis Ramiro Beltrán: La salud y la comunicación en Latinoamerica: políticas, estrategias y planes, Quito. Sep. 6, 1993).
  6. Hugh Hawes y Christine Scotchmer (Ed.): Children for Healt. Children as communicators of Facts for lite, Londres, The Child-to-Child Trust in association with UNICEF, 1993.

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