Desde 1994 existe en La Habana el Comité Cubano de la Sociedad Dante Alighieri, cuya sede se establecería con posterioridad en el Callejón de Espada, entre las calles Chacón y Cuarteles. En el pequeño inmueble del siglo XVIII que ocupa, se atesora una biblioteca con preciosas colecciones de arte, historia, filosofía, poesía y narrativa italianas.
Conciertos, muestras bibliográficas y de artes plásticas forman parte de los ricos espacios socioculturales promovidos por la Sociedad Dante Alighieri desde su sede, una casa rehabilitada por la Oficina del Historiador, y que ocupa desde mayo de 2001

 En una de las callejuelas en la Loma del Ángel, por las que Cirilo Villaverde hiciese caminar a Cecilia Valdés en la novela homónima, justo en el inmueble que fuera casa del obispo de Espada, tiene ahora su nueva sede la Sociedad Dante Alighieri de La Habana.
Ubicado en el Callejón de Espada, entre las calles de Chacón y Cuarteles, el pequeño inmueble del siglo XVIII atesora una biblioteca con preciosas colecciones de arte, historia, filosofía, poesía y narrativa italianas. Cuenta además, en su primer piso, con un salón de clases y un aula multimedia. Esta última ofrece los servicios de consulta de material didáctico en soporte magnético y proyección de películas que recrean la historia y la cultura italianas.
La Sociedad Dante Alighieri –fundada en 1889 en Roma– tiene como objetivo difundir la lengua y cultura italianas entre los extranjeros que se interesan en los valores antiguos y nuevos de esa civilización, así como entre los italianos que, lejos de su país, desean mantener los lazos culturales con Italia. Sus iniciadores le dieron el nombre del divino poeta para confirmar que con él se logró la unidad lingüística de una nación sólo reconocida políticamente seis siglos después.
El 4 de diciembre de 1994, en el Salón de los Espejos del Palacio de los Capitanes Generales (Museo de la Ciudad), fue conformado el Comité Cubano de la Sociedad Dante Alighieri y elegido presidente el Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal Spengler. Comenzaba así nuestra institución su labor con la comunidad, principalmente con los habitantes del Centro Histórico.
En los inicios, el trabajo se centró fundamentalmente en organizar cursos de lengua y cultura italianas para adultos, a los cuales se unieron otros dirigidos a escolares de las escuelas primarias vecinas. En la actualidad, la Dante Alighieri posibilita la continuidad de estudios en materia de italianística y, a la vez, el perfeccionamiento del idioma. Cursos para formar profesores, clases de historia de la literatura italiana, jornadas de estudios teóricos y ciclos de conferencias, están entre las opciones que ofrece.
Eventos como el Seminario de los italianistas cubanos, el Coloquio Dante Alighieri y la Semana de la cultura italiana, son citas excepcionales que anualmente nos permiten el encuentro con el alma más profunda de la tierra de Garibaldi.
Conciertos, muestras bibliográficas y de artes plásticas forman parte de los ricos espacios socioculturales promovidos por la Sociedad. Dentro de éstos se encuentra también un proyecto teatral que, en sus inicios, se concibió como actividad didáctica dirigida a los estudiantes, quienes como actores y espectadores participaron en la puesta en escena de las comedias Bene mio, core mio de Eduardo De Filippo, y La giara de Luigi Pirandello. Recientemente, con el estreno de la obra Novecento, dejamos nuestra pequeña sala y nos asomamos al escenario de un prestigioso teatro habanero para trasmitir al público de la capital, quizás con más fuerza, el amor por la cultura de un pueblo a través de la creación de uno de sus más destacados escritores contemporáneos, Alessandro Baricco.
La casa que desde el 30 de mayo ocupa la Sociedad, fue rehabilitada por la Oficina del Historiador. Perteneció a una de las figuras más connotadas del pensamiento ilustrado del siglo XIX en La Habana, el obispo Juan José Díaz de Espada y Fernández de Landa, quien con su llegada a la Isla, el 25 de febrero de 1802, comenzó a interesarse en el mejoramiento moral, espiritual y material del país.
Con esta nueva sede, la Sociedad se propone no sólo desarrollar su programa científico, sino también incluir en la labor con la comunidad a otros sectores poblacionales como los ancianos de un Hogar vecino, y los niños y adolescentes que habitan en las cercanías de la Loma del Ángel. Además, fortalecer los ya consolidados lazos de amistad y propiciar la colaboración y el intercambio cultural entre Cuba e Italia.

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