Los Buchillones constituye uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del Caribe insular, al revolucionar la visión que se poseía sobre el uso de la madera entre las comunidades taínas.

Resumen
El estudio del sitio Los Buchillones permite conocer la importancia que tuvo el uso de la madera en la vida cotidiana de los aborígenes, y determinar la correlación entre las piezas de madera, rituales y utilitarias, y los restos de las construcciones del poblado aborigen que existió en el lugar, así como su vinculación con la cayería cercana. Los resultados del trabajo constituyen uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del Caribe insular, revolucionaron la visión sobre el uso de la madera entre las comunidades taínas y muestran elementos nuevos de su mundo estético y religioso.
Además dan acceso a las técnicas constructivas precolombinas y a las peculiaridades del funcionamiento social de sus asentamientos. Se concluye que Los Buchillones ha llegado a convertirse en símbolo de la cultura de Ciego de Ávila y en motivo de orgullo para las comunidades de Punta Alegre y Chambas. Las exposiciones museográficas han permitido a miles de personas percibir la importancia del estudio de las sociedades aborígenes y de la práctica arqueológica, y su valor en la defensa de la identidad y la cultura cubana.

Introducción
Por Acuerdo del Pleno de la Academia de Ciencias de Cuba, del 18 febrero del año 2006, el resultado científico denominado «Investigaciones Arqueológicas en el Área Arqueológica Los Buchillones, Ciego de Ávila, Cuba», recibió uno de los premios anuales que entrega esta entidad en la esfera de las Ciencias Sociales.
Esta distinción, correspondiente al año 2005, constituye uno de los más importantes reconocimientos de carácter científico existentes en Cuba y por primera vez se otorga a una investigación arqueológica. El resultado premiado es fruto de varios años de labor de un equipo de científicos cubanos, ingleses y canadienses y representa un nuevo momento en la historia de la investigación arqueológica cubana.

Árboles, dioses y casas
El exuberante mundo vegetal antillano asombró a los europeos. La variedad de los árboles, la forma, color y olor de sus frutas, la frondosa vegetación de insuperable verdor, abría en Cuba una infinita galería de trescientas leguas, transitable casi sin ver la luz del sol, impactaron la mirada del recién llegado.
Cedros colorados y enormes con los que se construían gráciles y rápidas canoas que podían transportar cincuenta, setenta y más personas al impulso de sus manuables y hermosos najes; árboles con resinas aromáticas que hacían especial el despertar; frutas superiores en su sabor a las peras; maderas para la construcción de sus variadas edificaciones; troncos y ramas en los que aquellos aborígenes quisieron encarnar a sus dioses o donde tomaban rostro sus espíritus; raros asientos y exquisitas vasijas, todo un universo de madera, admirado por reyes del otro lado del mar y por las mentes cultas que descubrían la enorme variedad de la obra humana.
Pero por desidia o por mala fe hacia una distinta idolatría o por la implacable acción de los elementos naturales, poco quedó en las manos de los nuevos dueños o en las húmedas tierras del mundo recién abierto. El cuerpo de madera de las culturas aborígenes antillanas entró a la historia más como un relato que como un hecho tangible. Era una idea lógica en el contexto de la comparación etnográfica, pero sólo una pálida imagen en el ámbito de los materiales recuperados por la Arqueología.
La mínima colecta de objetos de madera disminuyó las posibilidades de percibir la riqueza estética de estas sociedades, su diversidad de artefactos o sus potencialidades constructivas. Afectó la capacidad de entender sus relaciones con los bosques o de ver y comprender la magnitud real y simbólica de la inserción de las especies vegetales en su cultura. Moldeó los recursos de la interpretación arqueológica a partir de la sobrevivencia de un grupo de materiales que, aunque resistentes, nunca tuvieron el protagonismo ni la omnipresencia de las maderas en la vida aborigen.
En este entorno llegar a un conjunto de objetos de madera bien conservados y obtenidos en contextos arqueológicos no alterados, es algo de especial valor. El sitio Los Buchillones y la investigación allí realizada por el equipo internacional que conduce el estudio del lugar, ha revolucionado el panorama investigativo antillano al aportar colecciones, metodologías y conocimientos, que, por primera vez, abren puertas al pasado aborigen desde la perspectiva de las maderas.

(Artículo tomado del Boletin del Gabinete de Arqueología. No. 6, año 6. Oficina del Historiador de La Habana, 2007)

Dr. Jorge Calvera Rosés (Centro de Investigaciones de Ecosistemas Costeros, Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente, Ciego de Ávila)
MSc. Roberto Valcárcel Rojas (Departamento Centro Oriental de Arqueología, Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente, Holguín)
Lic. Roberto Ordúñez Fernández (Museo Cueva El Paraíso, Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Baracoa, Guantánamo)

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