Aplicada con éxito en el Centro Histórico habanero gracias a la creación de un laboratorio de esa especialidad en la Dirección de Patrimonio Cultural, a través de la Arqueometría se resuelven problemas como la datación de sitios y objetos arqueológicos, el estudio de materiales y tecnologías antiguas, el origen de determinadas piezas museables y su autenticidad...
Físicos, químicos, museólogos, arqueólogos, historiadores, conservadores y restauradores de Cuba, México, Chile, Perú, Colombia y Argentina, participaron en este curso impartido en la Basílica Menor de San Francisco de Asís.

 Considerada una disciplina de interfaces, en tanto vincula las ciencias exactas con la arqueología, la restauración, la conservación, la museografía, el arte..., la Arqueometría es aplicada con éxito en el Centro Histórico habanero gracias a la creación de un laboratorio de esa especialidad en la Dirección de Patrimonio Cultural (Oficina del Historiador de la Ciudad).
Resultados de esa aplicación pudieron conocerse gracias a un Curso de Arqueometría impartido del 14 al 19 de junio en la Basílica Menor de San Francisco de Asís, en el que participaron físicos, químicos, museólogos, arqueólogos, historiadores, conservadores y restauradores de Cuba, México, Chile, Perú, Colombia y Argentina.
Todo bien cultural (arqueológico, artístico, museable...) esconde en sí mismo una información sobre su génesis e historia que es susceptible de ser revelada con ayuda de las ciencias exactas, además de las humanidades.
En el caso de las primeras –las ciencias exactas–, éstas aportan los procedimientos y técnicas instrumentales de análisis para resolver problemas tales como la datación de sitios y objetos arqueológicos, el estudio de materiales y tecnologías antiguas, el origen de determinadas piezas museables y su autenticidad, el establecimiento de rutas de comercio o de interacción entre los pueblos... por sólo citar varios ejemplos.
Con ese objetivo, la Arqueometría integra a especialistas de áreas diversas que analizan dichos bienes culturales a partir de sus conocimientos, pero buscando un lenguaje común que permita interpretar los resultados de cada parte y llegar a conclusiones comunes.
 Resulta estimulante cuando un historiador toma en cuenta los análisis espectrométricos para el conocimiento de su objeto de estudio. A su vez, el físico –o el químico– deben estar atentos al historiador, el arqueólogo, el museólogo... pues estos últimos aportan ideas que difícilmente puedan ocurrírsele a los primeros.
Lograr ese intercambio fructífero entre especialistas de diferentes perfiles, constituye el gran reto de la Arqueometría, de ahí la pertinencia de haber efectuado este curso sobre esa disciplina, cuyo desarrollo en Cuba es todavía incipiente.
La profesora y coordinadora del encuentro fue la MSc. Ariadna Mendoza Cuevas, quien dirige científicamente el citado laboratorio de esa especialidad, adjunto a la Dirección de Conservación y Restauración de la Dirección de Patrimonio Cultural. Ella impartió conferencias sobre los siguientes temas:

–Introducción a la Arqueometría. Ensayos no destructivos y destructivos. Instrumentaciones portátiles. Aplicaciones en la Historia del Arte, Arqueología, Conservación y Restauración.

–Técnicas del análisis estructural.

–Técnicas de datación.

–Técnicas de Identificación de materiales I (Compuestos inorgánicos).

–Técnicas de Identificación de materiales II (Compuestos orgánicos).

El tema de prospección arqueológica estuvo a cargo del profesor invitado MSc. Orlando Carrás, del Instituo Superior Politécnico José Antonio Echeverría, quien ha aplicado esa técnica en el Centro Histórico en colaboración con los especialistas del Gabinete de Arqueología (Oficina del Historiador de la Ciudad).
El curso dedicó buena parte a las clases prácticas sobre las técnicas instrumentales de análisis empleadas en las investigaciones de los objetos de valor histórico-artístico que atesoran los museos del Centro Histórico habanero. En esas sesiones, con la MSc. Mendoza Cuevas colaboraron los licenciados Manuel Calás y Liliet Nodarse.
Además, se proyectaron documentales sobre la aplicación de nuevas tecnologías en investigaciones de bienes culturales en el Museo del Louvre, y sobre el hallazgo y exámenes realizados al cuerpo de una niña inca («Juanita») conservada en los hielos sobre el volcán Ampato, Perú.
También se efectuaron visitas de trabajo a distintas locaciones del Centro Histórico.

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