Bajo la premisa de rescatar lo mejor del grabado cubano contemporáneo, cinco jóvenes artistas se aunaron en la exposición «Pensamiento inverso», inaugurada el 3 de septiembre en la galería de la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena. Con la curaduría de Onedys Calvo, la muestra explora nuevas tendencias creativas que, sin dejar atrás el buen oficio, replantean el discurso estético del grabado a partir del rejuego de técnicas, contrastes y metáforas para demostrar, a la postre, que el grabado puede considerarse una manifestación plena de contemporaneidad. «Valorar el grabado exige del conocimiento de los complejos procedimientos para su producción, y de otras nociones que lo han definido y releído, incluso, en la posmodernidad».

A esa cualidad extraordinaria, que distingue a los grabadores de pensar la imagen al revés —acaso la más notoria entre las que desarrollan para lograr múltiples efectos visuales en la estampa resultante, y denominador común entre todas las técnicas— apunta, en primera instancia, esta muestra. Pero, fundamentalmente, propone una actualización de la producción gráfica en nuestro país, a través del quehacer de cinco creadores jóvenes que, formados diestramente en el oficio, permiten focalizar una posible continuidad a la «reivindicación» que esta expresión vivió en la década del 90.
Valorar el grabado exige del conocimiento de los complejos procedimientos para su producción, y de otras nociones que lo han definido y releído, incluso, en la posmodernidad. Perseverar ante el prejuicio de lo artesanal y del desafío del mercado para apropiarse de lo seductor de sus complejidades técnicas, y acomodarlas a los paradigmas artísticos de ese momento, definen el trabajo de los convocados.
La impresión sobre soportes distanciados del arte, la presentación de la matriz como obra resultante, la recreación de la huella —tanto física como conceptual— o la negación y/o reafirmación de la capacidad de reproducción que posee, son algunas de las estrategias creativas que, indagadas por sus predecesores, continúan presentándose prolíferas para su asunción con proyecciones formales propias e inquietudes temáticas también particulares.
En «Pensamiento inverso» confluyen iconografías bien diferenciadas entre sí, en las que nuestro entorno inmediato sigue siendo un referente notable. Sin embargo, la provocación más distinguida de estas obras está en la capacidad de expresarse a través de la parábola y la elipsis, lo cual las hace trascender los evidentes localismos, desmarcarse de fabulaciones recurrentes, y representar las múltiples direcciones del pensamiento, con sus consiguientes posibilidades de lectura, en un sentido y a la inversa.
 

 

 Octavio Irving. De la serie Descalabros. Matriz calcográfica calada, dimensiones variables, 2009 (Superior izquierda)

Osmeivy Ortega. De la serie Tapices. Linoleografía,59 x 84 cm, 2008-2009 (Superior derecha)

Eduardo Leyva Herrera. «Resolución común», de la serie Constitución, estampas por cuños/tela, 130 x 100 cm, 2009 (Al centro)

Orlando Montalbán Soler. «Palíndromo», Xilografía, dimensiones variables, 2009 (Inferior izquierda)

Aliosky García. «Rebaño», Xilografía, dimensiones variables, 2009 (inferior derecha) 

 

 

Onedys Calvo Noya
Curadora
Oficina del Histortiador.

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