Poemas y pinturas de Ileana Mulet podrán apreciarse en la muestra «El beso de la salamandra», que quedará inaugurada el 24 de julio, a las 6:00 pm, en la Casa de la Poesía. Dedicada a la salamandra, ese ser fantástico considerado por la cábala como «espíritu elemental del fuego», la muestra servirá de punto de partida a coloquios de poesía y acciones plásticas, de música y de danza.

 Son unos 15 cuadros en los que abundan las tonalidades azules,  hay tonos de ocres y de sienas. Resaltan los toques de verdes, inusuales en la habitual paleta dominada por esta multifacética mujer.

 
 El beso de la Salamandra (2008). Óleo sobre tela (100x80 cm).
Haciendo gala una vez más de sus dotes de pintora y de poetisa, la artista de la plástica cubana Ileana Mulet nos ofrece una serie de obras bajo el sugestivo título de «El beso de la salamandra», una conjunción casi perfecta de expresionismo y realismo mágico.
Plenos de esoterismo y misticismo, estos óleos sobre tela se presentan escoltados por poemas para juntos rendir culto, sobre todo, al necesario e imprescindible concilio que debe —y tiene— que mantenerse entre el Hombre y la Naturaleza, pues de romperse conllevaría a la extinción de la propia especie humana.
De ahí que en la generalidad de las composiciones pictóricas,  Ileana ahora refresque las fachadas, cúpulas, columnas; los atractivos faroles, medios puntos… en fin… sus tradicionales paisajes de la ciudad antigua o colonial y, de manera intencional, coloque elementos de la flora, de la fauna así como figuras femeninas y masculinas.
Y, en ocasiones, hace aparecer un pequeño urodelo, comúnmente llamado salamandra, a los que ciertos hechiceros le confieren poderes extraordinarios por la asombrosa capacidad de autorregenerarse miembros amputados y de resistir —e incluso apagar— los fuegos más ardientes.
 
 Arbol y vida (2002). Óleo sobre tela (100x80 cm).
Son unos 15 cuadros, la mayoría de ellos en formato pequeño. Sólo llegan al metro: Árbol y vida, Encuentro, Nacimiento, Tronco con cielo azulEl beso de la salamandra. Aunque también hay manejo de elementos del mundo animal y del vegetal, en este último se impone en primer plano el lenguaje de los cuerpos entrelazados, apenas  sin poder delimitarse cuándo comienza uno y dónde termina el otro.
Dicha obra y un poema homónimo dan nombre a la exposición que refuerza la cábala sobre tales animalitos que aparecen en nuestras casas sorpresivamente y hasta nos causan aprehensión y, sin embargo, en la práctica sólo contribuyen al control biológico, pues se alimentan de insectos algunos dañinos a la vida humana.
En cuanto al tratamiento del color, abundan las tonalidades azules —en todas sus gamas—, pero además hay presencia de tonos de ocres y de sienas. Resaltan los toques de verdes, inusuales en la habitual paleta dominada por esta multifacética mujer.
Como siempre, ella asume el creativo ejercicio lúdico de tomar un elemento de la realidad, transformarlo, exagerarlo hasta parecer mágico Y de ahí que, por ejemplo, la salamandra colocada como al descuido, tenga la verdadera y cierta voluntad de conminarnos a proteger, a toda costa, al mundo animal y, sobre todo, a su vínculo con el Hombre. Y por qué no: «El beso de la salamandra» resulta un llamado de Ileana Mulet a salvaguardar la armonía entre flora, fauna y humanidad.
(Palabras al catálogo de la exposición «El beso de la salamandra»)

 

María Grant
Editora Ejecutiva Opus Habana

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