En 2000 la Casa Alejandro de Humboldt (Oficina del Historiador) acogió la exposición «Visiones» de Rigoberto Peláez Alcázar, joven artista cuyos cuadros «revelan una poética muy personal que responde a su atracción por el entorno rural».
En esta exposición Rigoberto Peláez Alcázar, exhibió doce obras entre pinturas y dibujos, en las que trasluce su dominio de la técnica y capacidad creadora.

 Cuando en 2000 el verdor de los campos cubanos tiñera las paredes de la Casa Alejandro de Humboldt (Oficina del Historiador) con la exposición «Visiones» del joven artista Rigoberto Peláez Alcázar (La Habana, 1973), la vieja ciudad respiró vida y naturaleza por los poros de sus óleos.
Con una muestra integrada por un total de doce obras entre pinturas y dibujos, Peláez Alcázar demostró una vez más su dominio de la técnica y su capacidad creadora. Luego de seis años dedicados a la escultura, autodidacto de formación e ingenioso en su oficio, sus cuadros revelan una poética muy personal que responde a su atracción por el entorno rural.
Para este joven artista, resulta imposible ocultar su pasión por los paisajes campestres cuando se desnudan ante su retina. Sin embargo, lejos está de querer reproducirlos con toda fidelidad. Su interés va más allá de mostrar lo que cualquier ojo común podría distinguir por sí solo, y es que solamente una sensibilidad como la suya puede apresar tanto de la naturaleza.
«No me gustan las ciudades. La sabana tiene mucho que ver con mi mundo espiritual. Veo en ellas la lejanía y los objetivos a alcanzar...», reconoce el pintor, quien desde una posición romántica indaga en sus recuerdos con la intención de acertar parajes reales que, una vez recreados en sus lienzos, se alejan de toda realidad para quedar prisioneros del espíritu.
En la horizontalidad de sus paisajes, Peláez expresa su necesidad de habitar espacios abiertos. Los terrenos llanos que se extienden infinitamente y logran perderse en fusión con el cielo, nos permiten imaginar la personalidad del artista, quien prefiere asumir la vida como una estadía sin obstáculos donde sólo a distancia pueden encontrarse las razones de la existencia.
 En obras como Sensualidad, Sinfonía, Inmensidad y Olor a lluvia percibimos que el artista tiende a emplear tonos armónicos que engendran estados de bienestar y tranquilidad. La atmósfera de sus cuadros suscita en el espectador cierta melancolía grata. Su luz es tenue, moderada, distanciada de la más típica luz tropical.
Es sorprendente su capacidad para captar y plasmar con autenticidad la imbricación de las diminutas partículas de agua y luz en los verdes campos, en sus pastos y montañas de escasa altura.
Cuando se encuentra en plena faena, sus sentidos quedan atrapados en un ambiente musical que él mismo se procura. La música complementa las horas dedicadas al quehacer pictórico. En cualquier caso, el acto creativo quedaría inconcluso si intentara divorciarlo del disfrute de las más hermosas melodías. «Casi toda mi obra está influenciada por la música», admite. Y no es menos cierto que si se descifran sus «Visiones» sorprendería el suave ritmo que se trasluce en la aparente ausencia de movimiento.
Desde 1992 hasta 1998, Peláez Alcázar ejerció como diseñador y escultor de monedas y medallas en la Casa de la Moneda de Cuba. Durante ese tiempo incursionó en el mundo de la numismática en temáticas tales como la protección de la naturaleza, juegos olímpicos, animales prehistóricos... Además, colaboró con la Oficina del Historiador de la Ciudad en la realización de un conjunto de medallas para dicha institución. Entre las gratitudes que le ha reservado su esmerada labor se encuentra la Mención Especial que le otorgara la Casa de la Moneda de Inglaterra, «Royal Mint», por el trabajo de diseño presentado para el tema «50 aniversario de la ONU», propuesto en 1995.
Su afán por alcanzar más experiencia, lo impulsó a participar con la temática «Danzas y trajes típicos» en la Tercera Serie Iberoamericana de Monedas «Encuentro entre dos Mundos», que tuvo su sede en España. En la actualidad se prepara para competir con una obra en la Cuarta Serie Iberoamericana, que versará sobre el tema «El hombre y su caballo».

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