Exponente de las confluencias culturales dadas en La Habana, este pequeño perro es parte del patrimonio cultural cubano, como la única raza canina autóctona que se conserva.
 Poco queda de los claros y potentes surtidores de agua que desembocaban en el Callejón del Chorro para dar vida a la villa de San Cristóbal de La Habana.
 Al estudiar y describir nuevas especies cubanas, así como contribuir con sus conocimientos a la experimentación agronómica, este eminente entomólogo italiano dejó tras su paso una estela de respeto y solidaridad que aún se recuerda en la Isla.
 Algunos de los misterios de ríos y cuencas de distintas zonas geográficas del planeta pueden redescubrirse en el Aquarium del Centro Histórico, un lugar donde la belleza es reina, y el amor por la naturaleza, aliento.