En este artículo, primero de una saga de seis, el historiador aclara sobre el «llamado descubrimiento de América, o mejor dicho, la llegada de Cristóbal Colón, con un grupo de españoles, a las tierras que hasta el siglo XIX fueron denominadas Indias Occidentales, o sea el Nuevo Mundo, ya pobladas, muchas de ellas, como lo estaba Cuba, desde milenios atrás, por razas de culturas y civilizaciones diversas, y algunas de extraordinario perfeccionamiento».

 En este artículo, el columnista destaca cuán «urgida esta nuestra patria, ahora más que nunca, de que el libro, llegando a todas las manos, pelee brava e incansablemente, contra la aguda incultura interna que padecemos y la barbarie anticultural totalitaria que amenaza a Cuba, a América y al mundo».

 El autor aporta nuevos elementos para desentrañar «las barreras y dificultades con que tropieza la mujer que lucha por su independencia», pues en la época que reseña «esta tragedia de la mujer que trabaja y que para trabajar se ha preparado y se halla dispuesta a cumplir con sus deberes como tal trabajadora, tiene gravísimas repercusiones en la vida y costumbres de la sociedad cubana».
 En el presente artículo, el redactor describe cómo  «La realidad demostró que la mujer cubana poseía inteligencia clarísima,  rápida comprensión, afán de superación, resistencia y constancia para el trabajo y honradez en el desempeño de su cargo.»