A propósito de los 500 años de la fundación de la ciudad de Trinidad, la artista Yudit Vidal Faife presentó esta semana las exposiciones «Bocetos del tiempo», inaugurada en la sede de Artex por el Historiador de aquella urbe, Manuel Lagunilla Martínez, y «Retratos de esplendor», en el Museo de Arquitectura, que contó con las palabras al catálogo de la especialista Bárbara O. Venegas Arbolaez. A continuación, reproducimos ambos textos.

YUDIT: LA PINTORA DE LAS LUCES Y LAS SOMBRAS

 Sus colores y tonos, sombras y luces, a veces nos sorprenden con fantasmales figuras o sensibles hadas.

Yudit Vidal Faife, joven cultivadora de la plástica, vio la luz primera de su vida en Santa Clara. Muy pequeña se trasladó a residir en Trinidad y desde entonces se convirtió en un auténtica trinitaria, quizás por la sangre paterna que corre por sus venas o por haber sido encantada por el mismo hálito que cubre nuestra Esmeralda del sur.
Esta brillante artista posee una gracia especial que seduce, y por su límpida sonrisa desborda un torrente de amistad y cariño que se derrama sobre todos los que gozamos del privilegio de su aprecio o de acercarnos a ella.
Graduada de la Escuela Profesional de Artes Plásticas de trinidad y del Instituto Superior de Arte de La Habana, pertenece a la Asociación Hermanos Saiz.
Ha realizado múltiples exposiciones personales en nuestra ciudad y en las principales galerías de arte de La Habana y Santiago de Cuba, y más allá de nuestras fronteras, en Estados Unidos -Nueva York-, Francia –París-, España –Madrid-, Holanda,  Luxemburgo, Italia -Bologna, Milán y Sarzana-, Ecuador, Rumanía y Alemania, entre otros países europeos y americanos. A  su incesante trabajo sobre el lienzo y la madera, une la labor pedagógica que realiza al promocionar el amor al arte entre los pequeños, en particular en el Círculo Infantil «Clodomira Acosta» de nuestra ciudad. Su labor ha sido divulgada por la radio y televisión local y nacional. Numerosos son los premios y condecoraciones que le han otorgado prestigiosas instituciones cubanas y extranjeras. Considero, que el haber recibido por su meritoria labor artística y pedagógica, la condición de Embajadora Universal de la Paz, otorgado por el Círculo de Embajadores de la Paz, radicado en Suiza y Francia, en diciembre de 2010 –es el primer cubano al que se le es otorgada tal distinción- resulta uno de los más valiosos galardones recibidos por Yudit. Su fabulosa imaginación, unido a  la destreza de sus geniales manos al tomar el pincel y deslizarlo sobre el lienzo, nos ha permitido disfrutar de sus pinturas y dibujos –su técnica preferida- y grabados en madera. Sus colores y tonos, sombras y luces, a veces nos sorprenden con fantasmales figuras o sensibles hadas, que nos hacen recordar a la india Anaina, que escapó en las aguas de la laguna de Guaicanamar, de los deseos lujuriosos de los conquistadores hispanos, envuelta en una nube rosada por la diosa Atabei, y ascendió hacia sus dominios celestiales, o a la Ninfa del Táyaba,  que protegió en la profundidad del Charco del Negrito a aquel bozal que huía de sus perseguidores. P ero [es] siempre [destacable] en su obra el entorno trinitario, con sus palacios, iglesias o sencillas moradas, y sus calles tortuosas e inclinadas, salpicadas de chinas pelonas.
 Esta exposición de la obra de Yudit, como parte de las actividades organizadas con motivo del 500 Aniversario de la Villa de la Santísima Trinidad, nos permite recrear la vista y sentirnos cada día más orgullosos de haber nacido en esta tierra, al igual que ella, cuna de patriotas, eminentes científicos y artistas.

Dr. Manuel Lagunilla Martínez
Historiador de Trinidad

 

 

Imagen superior: Momento inaugural de la exposición «Retratos de explendor», el jueves 16 de enero en el Museo de Arquitectura de Trinidad. Imagen inferior derecha: La artista Yudit Vidal Faife, junto al Historiador de esa ciudad, Manuel Lagunilla Martínez, durante la inauguración de la exposición «Bocetos del Tiempo», el lunes 13, en la sede de Artex. Imagen inferior izquierda: Una de las obras que conforman dicha muestra, inspirada en fotos antiguas de paisajes de la urbe.

 

ÓLEOS DE MUJERES CON PAISAJES


Desde la devoción a su ciudad y a todos los que la rodean, esta artista ha logrado un pacto de exclusividad con el dibujo y la pintura.

«Incansable, en sus ansias de crear, Yudit continúa deslizando el alma sobre el lienzo», así comentó el periodista Rafael Daniel una de las exposiciones de esta artista. Bella expresión para definir la espiritualidad apasionada que recorre la obra de Vidal Faife. No importa que sean los niños de «Diminuta inmensidad», los seres fantasmales de «Detalle colonial» o los retratos femeninos de «Dicotomía atemporal», en todos reina un sentimiento de amor muy fuerte y una imaginación que desborda planos temporales y espaciales.
Desde la devoción a su ciudad y a todos los que la rodean, esta artista ha logrado un pacto de exclusividad con el dibujo y la pintura. Se confiesa heredera del legado de los grandes maestros del arte universal; ha bebido de todas las fuentes, pero no se parece a ninguna en particular. Tiene la perfección y la fantasía del Renacimiento, el gusto por el detalle del Barroco, la belleza contemplativa del Romanticismo y el onirismo y la iconoclastia del Surrealismo. Por eso es la pintora de los sueños y del espacio imaginario, donde conviven, con toda naturalidad, personajes del pasado en un escenario de hoy, que paradójicamente, no ha cambiado. Continúan ahí, imperturbables, la Plaza mayor, la casa de las Sánchez Iznaga, las calles empedradas…
En esta exposición el marco ovalado y la vieja postal le sirven de motivo compositivo  para integrar el retrato femenino y el paisaje, tanto rural como urbano. No son temas nuevos, pues los ha trabajado antes; el primero en su serie «Dicotomía atemporal», y el segundo en «Paisaje envejecido», con una intención de atrapar el elam vital de una ciudad siempre elusiva.
Sus iconos son tradicionales: el paisaje del centro histórico o del Valle de los Ingenios y mujeres del mundo colonial. Sin embargo, invierte el código, pues esos retratos en primer plano no están dentro del paisaje, que se emplea como fondo, complemento de un motivo compositivo, o es aludido como un detalle —la copa de un sombrero, un candelabro o una puerta.
Igual que la suave sonrisa que anima los rostros que pinta, una delicada ironía se trasluce en los títulos de estas obras: Descubriendo tu perfil, La perla de mis ojos, La Rosa del Valle o Perseverancia cubana. Busca el espíritu de lo femenino de todas las épocas en esta ciudad: la presunción, la coquetería, la sensualidad, la dedicación a labores tradicionales, el disfrute...
Ciertamente, ya no son los espíritus incorpóreos que nos acompañan en otros conjuntos de Yudit Vidal, en esta ocasión los rostros amables y los cuerpos elegantemente ataviados parecen decirnos: ahora y siempre las mujeres hemos sostenido el alma de la ciudad, hemos estado en todas partes y hemos mantenido el anhelo de la belleza.

MSc. Bárbara O. Venegas Arbolaez
Especialista en Artes Visuales

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