La exposición permanente «El genio de Leonardo da Vinci» devela el talento creador del pintor italiano a través de la reproducción de sus proyectos ingenieriles.

Inaugurada el jueves 28 de junio, la exposición «El genio de Leonardo da Vinci» tiene la particularidad de contar con paneles didácticos, en los que se explican las características principales de cada pieza, y el uso a que iban destinadas.

Aunque es reconocido mundialmente por sus pinturas, Leonardo da Vinci trascendió a su época no solo por el dominio del pincel, sino también por sus aportes en materia de ingeniería, anatomía y otras ramas de la ciencia, que lo convirtieron en uno de los principales exponente del Renacimiento italiano.
Si bien es cierto que no fue el único artista que incursionó en los estudios científicos, da Vinci fue quien más contribuyó «a la fundamentación de la ciencia a través del desarrollo de la Visión y de la Perspectiva, en el interés por la naturaleza y por la anatomía del cuerpo humano, así como en su utilización de la ingeniería civil y militar»1.
Sus proyectos ingenieriles y estudios diversos, por ejemplo sobre anatomía del cuerpo humano y de algunos animales, principalmente de las aves, quedaron recogidos en sus diarios y cuadernos de notas, que comprenden 13 mil páginas de texto y dibujos.
Con el afán de documentar el genio de Leonardo da Vinci como inventor e ingeniero, mediante la materialización de sus proyectos, la fundación italiana Anthropos y la Oficina del Historiador de la Ciudad, con el apoyo de otras instituciones, han trabajado mancomunadamente para inaugurar en La Habana una muestra permanente con cien reproducciones de las máquinas creadas por el artista entre los siglos XV y XVI.
Realizadas por artesanos italianos, con el asesoramiento de especialistas ingenieros, las piezas permanecen expuestas desde la tarde del jueves 28 de junio en el Salón Blanco del otrora convento de San Francisco de Asís, devenido a partir de ese momento gran taller renacentista.
Entre otras sobresalen puentes salváticos y portátiles, para uso militar; salvavidas (flotarores de forma toroidal para el salvamento de personas); bicicletas; un submarino, así como el ornitóptero vertical, el ala delta y el anemoscopio, entre otros proyectos que tenían como fin otorgar al hombre la capacidad de volar.
A la inauguración de la muestra «El genio de Leonardo da Vinci», en San Francisco de Asís, asistieron el embajador de Italia en Cuba, Marco Baccin; el príncipe Modesto Veccia, presidente de Anthropos, y Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad, entre otras personalidades.
En las palabras de apertura, Leal Spengler expresó su agradecimiento a Anthropos y al príncipe Modesto Veccia por «hacer realidad el sueño de traer a Leonardo de esta forma», al tiempo que mencionó el apoyo dado por el embajador Baccin en la realización de este proyecto.
«El genio de Leonardo da Vinci» tiene, además, la particularidad de contar con varias piezas interactivas, así como de paneles didácticos en los que se explican las características principales de cada pieza, y el uso a que iban destinadas.
Aunque la mayoría de las creaciones de Leonardo da Vinci no llegaron a construirse, sus proyectos demostraron, durante el Renacimiento, que la dinámica de la naturaleza podía explicarse de un modo mecánico, además de servir de antecedentes a muchos artefactos modernos.

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1John D. Bernal. La ciencia en la Historia. Editorial Científico-Técnica, La Habana, 2007.


Celia María González
Opus Habana

 


Arriba: Ornitóplano vertical, inventado por Leonardo da Vinci con el afán de hacer volar al hombre. Izquierda: Reloj de da Vinci cuyo funcionamiento requiere un dispositivo de cuerdas y balanzas. Derecha: Varios modelos de bicicletas, que ya contemplan el mando de cadenas.

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