Conformada por 14 obras, la muestra «Amilia» del artista autodidacto Ángel Silvestre, estará abierta hasta el 2 de febrero en la Vitrina de Valonia, Plaza Vieja.  Ángel Silvestre, natural de Caimito del Guayabal, es pintor y dibujante autodidacta con 28 exposiciones personales y una veintena colectivas.

 

Con el corazón (2008). Óleo sobre lienzo. (150 x 120 cm).

No hay nada mejor que un juguete para conocer del alma infantil. Y la exposición de Ángel Silvestre, abierta en la Vitrina de Valonia (Habana Vieja), se recrea y medita a favor de la niñez.
La obra pictórica de Ángel Silvestre (1951) concibe el mundo a través de colores, del estallido cromático y brillante de luz que no olvida ninguna zona del cuadro y que, a la par de transmitir movimiento, inspira seguridad y certeza en el mundo y en lo demás, al punto de que nos parecen familiares sus escenas, sus personajes o sus escenas de interior.
Y este sentido de la vida que transmite Silvestre descansa inequívocamente en la sensualidad y los sentimientos, dos claves para adentrarse en su obra, y por añadidura, en su actual cotidiano y en su concepción del mundo. La maternidad, la infancia, la unidad con la naturaleza y la esencialidad del tiempo, dictan explícita o implícitamente los caminos de su creación. Todo el universo se adentra por los sentidos con su torrente de formas, olores, sonidos, sabores y texturas capaces de evocar las primeras percepciones del ser humano, pero también las metáforas más sutiles y elaboradas del sentimiento y la razón.

Cubanía (2007). Tinta y acuarela (70 x 50 cm).

Quizás por eso su pintura permanece tan ligada a la poesía, tan íntima e indisolublemente apegada a la evocación, la síntesis y el modo traslaticio de la metáfora –a veces, hasta se apropia de algún verso o sustrae temas y motivos de los más importantes líricos cubanos (Nicolás Guillén, Félix Pita Rodríguez, Pablo Armando Fernández o Dulce María Loynaz, entre otros). Por esa convivencia con la poesía, Silvestre ha ilustrado una decena de libros y ha expuesto en los Festivales Internaciones de Poesía y en las Ferias del Libro de La Habana.
Ángel Silvestre, natural de Caimito del Guayabal, es pintor y dibujante autodidacta con 28 exposiciones personales y una veintena colectivas.
Esta colección de catorce obras ofrece, sin embargo, una arista menos conocida en el quehacer del artista: el universo infantil. Como se dedica a su nieta, Amilia, es el nombre de la muestra: la pequeña retoza en el corazón y la distancia con diferentes emociones, y su pintura intenta traducir los sentimientos de un hombre que se sabe prolongar en el tiempo y con el deber (y el placer) de entregar lo mejor por la niñez y el futuro.
El universo de la obra vive conectado a la ingenuidad, la alegría, el pesar o la sorpresa que expresan esos payasos, títeres o muñecos. La composición subraya que el mundo entero cabe en una emoción, y que no hay más luz ni color que los del sentimiento.
¿Cuánto de nosotros mismos, de nuestros hijos o nietos transmiten estas escenas? ¿Qué capacidad de maravilla tiene el arte para hacernos habitantes eternos de la niñez?

 

Omar Felipe Mauri
Escritor y poeta

 

(Palabras al catálogo de la exposición «Amilia», abierta en la en la Vitrina de Valonia, Plaza Vieja).

 

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