Este breve cuento mereció el primer premio del III Concurso «La Habana, Ciudad Colonial, Patrimonio de La Humanidad» que, auspiciado por Unión Latina, convoca a niños y jóvenes.
 Las excavaciones arqueológicas en la iglesia de San Francisco de Asís confirman la documentación histórica sobre el enterramiento de individuos de la raza negra dentro de los templos religiosos habaneros.
 Frente a la ciudad se levanta hoy un espigado Jesús en postura sacramental; sin embargo, los habaneros parecen haber desarrollado de antaño un sentido peculiar de la fe cristiana.
 Este cuento había permanecido inédito hasta que, en 1997, fue cedido a Opus Habana por Aleida March, directora del Archivo personal de Ernesto Guevara. El Che lo concibió durante su estadía en el Congo (1965) como jefe de las tropas cubanas que, de modo transitorio, se integraron a las luchas de liberación en el continente africano.