Muchas fueron las hipótesis sobre las causas del incendio del almacén que pertenecía al establecimiento del señor Isasi. Infortunio, negligencia, accidente, castigo divino. Las opiniones pululaban según el credo de sus defensores. Sin embargo, la prensa acechaba la más desconcertante de todas: razones financieras obligaron a Isasi a autoinfligirse la destrucción de parte de su negocio para que el seguro cubriera las deudas…algo que, gracias a la literatura, era una práctica frecuente por esa época.
 Todavía en medio de las labores de rescate comenzaron a tejerse las hipótesis sobre las causas que convirtieron al incendio del almacén de la Ferretería Isasi, el 17 de mayo de 1890, en una verdadera tragedia. Algunos decían que había explotado la pólvora que se vendía allí; otros, que unas extrañas sustancias químicas dieron cuenta de todo. Sin embargo, la respuesta la encontraron los peritos; especialistas formados en las insipientes escuelas de bomberos.
 El sábado 17 de mayo de 1890 la vieja Habana se colmó de estridencias: las llamadas de auxilio comprometían a las campanas de las iglesias, las cornetas y las sirenas de los oficiales, y los gritos de los habitantes aterrorizados por la intensidad del siniestro. La mayoría no imaginaba que la rápida llegada de los bomberos se debió al funcionamiento de un complicado sistema de aviso contra incendios que incluía las líneas telegráficas y telefónicas.

 El II Festival Leo Brouwer de Música de Cámara, que será inaugurado hoy 8 de octubre, regresa al Centro Histórico en una aventura pro música sinfónica, que se extenderá hasta el venidero 15 de octubre. La Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís es la sede de cinco conciertos que reunirán a compositores e intérpretes, cubanos y extranjeros, para rendirle tributo a lo mejor del patrimonio musical cubano y universal.