Puesta a resguardo durante los días que azotó por estos lares el huracán Ivan, esta estatua de Neptuno podría a partir de ahora venerarse, si de dicha deidad dependió que La Habana no fuera azotada por la furia de tamaño meteoro.
 Nadie sabe cómo ni por qué vías llegó a la Isla, ni si fue introducido en forma deliberada o fortuita. Lo cierto es que comparte en nuestros hogares, parques y centros de trabajo y se hace notar con su piar fuerte y torpe aleteo.
 La exposición «Y el arca va…», de Esteban Machado, quedó inaugurada este viernes 10 de septiembre en el Museo de Arte Colonial. Sobre la obra de este sorprendente pintor autodidacta, reflexiona en este artículo el crítico Toni Piñera.
 Aparentemente trivial, el tema de los abanicos atrae sin embargo a muchos especialistas, y hasta llena de frescura a las complicadas ciencias del lenguaje cuando se trata de explicar cómo las cubanas empleaban tan atractivas piezas para conversar en silencio con sus enamorados.