En ocasión del décimo aniversario de la fundación de Habana Radio, la emisora representativa del Centro Histórico capitalino, Opus Habana obtuvo una entrevista exclusiva con su directora, la periodista y conductora Magda Resik, sobre los resultados de una década de trabajo a favor de la labor patrimonial y cultural de la Oficina del Historiador. 

«El mayor reto de Habana Radio ha sido inventarse ella misma, porque no seguimos una fórmula preestablecida. Bebimos de muy diversas fuentes: la tradición, los propios medios de comunicación, la radio con su larga trayectoria en Cuba de gran representatividad en Latinoamérica», afirma Magda Resik.

 ¿Cuáles eran las condiciones y las necesidades que promovieron la fundación de una emisora de radio en la Oficina del Historiador de la Ciudad?

Por supuesto, eso era algo que yo no dominaba. Quien me transmitió las visiones y los motivos por los que se decidió fundar Habana Radio fue Eusebio Leal. Él me explica que hubo un momento en la obra de rehabilitación del Centro Histórico en que se produjo –o se notaba con mucha fuerza– una suerte de divorcio entre la comunidad que habita esta parte antigua de la ciudad y las intenciones del ejercicio restaurador que venía haciendo la Oficina del Historiador, siempre con las miras puestas en el futuro de esta propia comunidad.
Nos cuenta también de otro momento en que se hizo mucho más evidente esa necesidad, cuando se logró derribar el parqueo soterrado ubicado en la Plaza Vieja. Se calculó la carga efectiva de dinamita y de otros explosivos en menor cuantía para derruir ese parqueo, pero la comunidad, apoyada en el liderazgo de alguien que se erigía en su vocero, se acercó a Leal y, aunque se realizaron conversaciones, fue imposible destruirlo de aquella manera, pues no confiaban y tenían temor de que sus casas fueran al piso. Hubo que derribarlo a golpe de martillo neumático.
Eso motivó que Leal valorara con mayor fuerza la necesidad de implementar un vehículo de comunicación entre los hacedores de la obra de rehabilitación integral del Centro Histórico y los pobladores de esta zona para mantenerlos informados y lograr que se convirtieran en partícipes del  proceso restaurador. La radio vino a suplir de alguna manera ese vacío que existía en la comunicación. Ese fue el propósito fundacional, que ya se ha superado, pues la emisora ha derivado hacia otras metas.

¿Ha sido el proyecto de rehabilitación integral de La Habana Vieja la esencia del trabajo de esta estación y su expansión hacia otras provincias?

Definitivamente sí. El motivo, el objetivo, lo que nos ha animado siempre ha sido el proyecto del Centro Histórico habanero, esta Oficina y el espíritu del Historiador de la Ciudad: su interés por insistir en la posibilidad de rescatar la ciudad, de rescatarla en armonía, con la belleza como elemento integrador, pero además, con la población como el eje y centro de ese proceso. Siendo la emisora un vehículo de comunicación, pues, tiene un papel cardinal; no diríamos el más importante, pero sí uno singular en esta labor de rescate.
Lo que sucede es que este ejercicio de restauración es un proyecto que llama la atención no sólo a los pobladores del Centro Histórico, sino también a los de La Habana en general y también de todo el país. En otros centros históricos de Cuba se desarrollan experiencias que no son el calco de ésta, cada una es autónoma, pero que con sus características tienen puntos de contacto con lo que está sucediendo aquí. Eso hace que sea de interés nacional lo que sucede en el Centro Histórico de La Habana. Hoy nuestra emisora llega a las villas fundacionales (Sancti Spíritus, Trinidad, Camagüey, Bayamo, Santiago de Cuba y Baracoa). No te digo que llegue a todos los lugares donde se está rehabilitando el patrimonio, sino a las villas fundacionales, las que están marcadas por la Historia como los espacios fundamentales para el rescate de un patrimonio que exhibe semejante ancianidad.

¿El desarrollo de un sello disquero, la producción audiovisual y una página web responden a una nueva concepción del medio radial en consonancia con las más modernas tendencias comunicativas?

Imagino que sí… que tiene que ver con el hecho de que quienes concurren en la programación y en la gestión de Habana Radio son personas que provienen de los medios de comunicación; son intelectuales, creadores, artistas, escritores... que de alguna manera están a la altura de su tiempo y se hacen eco de la dinámica que hoy representa un medio de comunicación en el mundo.
En este momento, por la experiencia radial pasan todos los medios de comunicación de alguna forma. Y te lo prueba nuestra experiencia, porque de la radio han saltado determinados productos culturales hacia el medio audiovisual, hemos transitado a la producción disquera, y así pasa con el sitio web. Hoy en día es imposible encontrar los medios de comunicación en estado puro. Diríamos que en esa impureza o pérdida del compartimiento estanco se ha creado un universo mayor y más efectivo. Eso es lo que explica que en Habana Radio concurran tanto la producción disquera como la audiovisual,  el lenguaje de internet, o que una revista como Opus Habana también encuentre un espacio en Habana Radio.

¿Cuáles retos enfrenta Habana Radio dentro de la comunidad de estaciones radiales culturales del país?

El mayor reto de Habana Radio ha sido inventarse ella misma, porque no seguimos una fórmula preestablecida. Bebimos de muy diversas fuentes: la tradición, los propios medios de comunicación, la radio con su larga trayectoria en Cuba de gran representatividad en Latinoamérica.

¿Qué mecanismos conductores han instrumentado para establecer esa relación? ¿Piensa que es la concepción del trabajo o el uso de tecnología de punta?

Creo que no hay tecnología que supla el talento humano. Hemos creado aprovechando las ventajas del presente. Los aportes tecnológicos no nos son ajenos; inmediatamente los introducimos en nuestra dinámica de trabajo. Pero el espacio a la creación, al aporte del ser humano como ente dinamizador de esos procesos, como heredero de una cultura, de tradiciones, como poseedor de una concepción de la historia... Eso no lo podemos suplir.

¿Piensa que le quedan muchas cosas por hacer?

Muchísimas. Habana Radio ahora debe crecer en su programación matutina con una serie de revistas temáticas. Debemos alcanzar un público para ese horario de la mañana, fundando también la diferencia. No vamos a copiar a otras emisoras, porque creemos que –siendo una familia la radio cubana– cada emisora debe tener su perfil, su encanto, su atractivo. Nosotros debemos alcanzar el nuestro. Será también nuestra responsabilidad desarrollar una productora de audiovisuales que contribuirá al reflejo y promoción de la obra del Centro Histórico. Hay que continuar trabajando en el sitio web, que ahora llega a los oyentes de todo el mundo con audio en tiempo real.
Tenemos que emplearnos a fondo para mantenernos a la altura de la gestión del Historiador de la Ciudad, que es un hombre de la vanguardia intelectual cubana, un hombre del sueño permanente... porque sueño cumplido, para Leal es sueño fenecido.

¿Estás donde querías estar?

No. Si supieras… nunca soñé estar aquí. La primera vez que el Historiador me habló de dirigir este proyecto, casi lo rechacé; cosa que me parece muy atrevida, muy osada, por la cual me fustigo todos los días. Tenía entonces muy poca confianza en mí, en el hecho de que pudiera llevar adelante un proyecto como éste, y no creí del todo en esa visión de Leal quien estaba convencido de haber hallado a la persona indicada para conducir Habana Radio. El tiempo me ha demostrado que ha sido una bendición encontrarme en algún punto del camino con el Historiador de la Ciudad y que él confiara en mí de esa manera —digamos— tan «descabellada». Lo que he intentado hacer en estos diez años ha sido retribuirle esa confianza.

Rodolfo Zamora
Opus Habana


 

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