En medio del jolgorio por su cuarto aniversario, la Casa Victor Hugo inauguró el lunes 16 la exposición «El archipiélago de La Mancha». Compuesta por instantáneas originales del fotógrafo galo Joël Laiter, la muestra recorre los espacios de Hauteville House, la propiedad en la isla Guernesey donde Víctor Hugo se exilió entre 1856 y 1870. En una abarcadora conferencia, el profesor e investigador francés Gérard Pouchain destacó el gran poder de detalle de las imágenes que captan la magia de aquella casa, rediseñada por el mismo escritor, en la que concibió muchas de sus obras más importantes.
Con exposiciones de artes plásticas, conferencias y presentaciones de libros la cultura francesa toma por una semana La Habana Vieja estrechando sus lazos con el universo sociocultural cubano contemporáneo.

 
 Reproducciones de obras atesoradas en el Museo del Louvre montadas en los exteriores del Museo de la Real Fuerza
Aunque sus ecos transitan los espacios habaneros desde principios de marzo, las celebraciones por la Semana de la Francofonía llegaron a su cenit entre el 14 y el 21 de este mes, en un evento cuyo objetivo es fortalecer los vínculos culturales entre Cuba y el mundo francófono. Varias fueron las instituciones, cubanas y europeas, que unieron sus fuerzas con vistas a estos festejos. En el Centro Histórico, la Vitrina de Valonia, la sala Las Carolinas, el Oratorio San Felipe de Neri, el Centro Hispano-Americano de Cultura, el antiguo Convento de San Francisco de Asis y la Casa Víctor Hugo pusieron su granito de arena a la magna cita. 
Todavía con la resonancia de la exposición de reproducciones de pinturas pertenecientes al Museo del Louvre, sobre las rejas que bordean el Castillo de la Real Fuerza, a San Francisco de Asís le tocó el privilegio de inaugurar la fiesta de la francofonía el 3 de marzo, con la muestra «Un siglo de historietas francófonas» que congregó plaquetas de 51 dibujantes franceses, suizos y belgas. Con la colaboración de la Alianza Francesa, las embajadas de Suiza y Francia en Cuba, la exhibición incluyó originales de las colecciones del Centro Internacional de la Historieta en Francia y una parte de la exposición «Suiza, país de cómics», auspiciada por la Fundación Pro Helvetia. En las paredes del convento se agolparon personajes de lo mejor del llamado noveno arte, de gran aceptación en Francia, entre los que descollaron los simpáticos Astérix y Obélix.

 Los simpáticos Obélix y Axtérix acompañaron a otros legendarios personajes del cómic francófono
La Vitrina de Valonia también acogió a los historietistas, entre el 16 y el 20 de marzo, con talleres de creación para los alumnos de las escuelas primarias de La Habana Vieja, impartidos por los artistas cubanos Yuri Díaz y Maikel García, así como el belga Olivier Deprez. Allí también se recibieron donaciones de historietas en español y francés, se inauguró un rincón de lectura, se expusieron los trabajos de los alumnos del taller de historietas y se premió el concurso «La francofonía en historietas». Asimismo, se hizo una presentación especial este 20 de marzo a las 3:30 pm del espectáculo «Había una vez Manneken Pis…» por los alumnos del Taller de Teatro Figuras, dirigido por Liliana Pérez Recio. Todos esos días se proyectaron filmes para niños y adolescentes con la cooperación de la Alianza Francesa.
 Otros eventos de gran colorido lo constituyeron las exposiciones de artes visuales que tuvieron como escenarios la Casa Víctor Hugo, de plácemes pues también celebró el día 16 sus cuatro años de trabajo promoviendo los valores de la cultura francesa y cubana. La primera fue inaugurada el 6 de marzo, titulada «Siete artistas de Chédigny» compuesta por pinturas y cerámicas pertenecientes a la Asociación Chédigny-Cuba, fundada en 2006 para establecer vínculos culturales, económicos y turísticos entre los residentes de esa región francesa y la Mayor de las Antillas. La muestra se nutrió de obras de los artistas franceses Jean y Anne Luneau, Danielle Cornu, Alain Pluvier, Pierre Guitton, Gérard Marchand y otros.
 
 Una de las fotografías de Joël Laiter sobre la imponente Hauterville House
El cumpleaños de la Casa se celebró con la apertura de la exposición «El archipiélago de la Mancha»: una compilación de instantáneas originales del fotógrafo galo Joël Laiter que recrean los espacios de Hauterville House, la propiedad de la isla Guernesey donde Víctor Hugo vivió sus años de exilio, entre 1856 y 1870. Diseñada y remodelada por el mismo escritor, quien insertaba dibujos de su autoría y objetos provenientes de la cultura china, de la que era muy admirador, la casa se devela en las fotos de Laitier, el espectador se imbuye de una verdadera magia, pues cada rincón guarda la impronta, real y espiritual del novelista francés.
Esas directrices estéticas y filosóficas de la vida de Víctor Hugo en esa isla, donde escribió muchas de sus más famosas obras como Los Miserables, fueron presentadas en la conferencia del investigador y profesor universitario Gérard Pouchain. Investigador agregado de la Universidad de Troin, el profesor Pouchain ha dedicado su vida al estudio de la literatura francesa, así como a la vida y obra de Víctor Hugo, por lo que ha sido condecorado con las órdenes al Mérito Nacional y la de Caballero de la Legión de Honor, de las más altas que confiere ese Estado europeo.
También las presentaciones de libros, las conferencias y los conciertos musicales tuvieron su espacio en las celebraciones de esta semana cultural francesa. En la Casa Víctor Hugo sesionaron, entre el 17 y el 19 de marzo, la ponencia «Robert Desnos y Cuba» de Carmen Vázquez, profesora de literatura y civilizaciones hispanoamericanas de la Universidad de Picardi, Amiens y el café literario dedicado a Guy de Maupassant, moderado este último por el profesor Gérard Pouchain. En el Centro Hispano-Americano de Cultura, el 18 de marzo, la profesora Vázquez también dictó una conferencia sobre la presencia de Alejo Carpentier en la Ciudad Luz. En ambas disertaciones resaltaron, además de las conexiones que acercaron a las culturas cubana y francesa desde hace mucho tiempo, la estrecha relación entre distinguidos intelectuales de uno y otro país, entre los que resaltaban Alejo Carpentier y Robert Desnos.
 
 Cubierta del libro de Joannah Pinxteren
Las presentaciones de libros se dividieron entre Las Carolinas, el 18 de marzo, y el otrora Convento de San Francisco de Asís, el día 20. En la primera, además de la actuación de la compañía Retazos con la pequeña obra Ne me quites pas, inspirada en el poeta y músico francés Jacques Brell. se lanzó La Havane et l’âme Danzon, de Joannah Pinxteren, y en San Francisco se expusieron libros, historietas y documentos franceses, suizos y belgas.
La sala de conciertos de la Basílica Menor y el Oratorio San Felipe de Neri, el 18 y el 21 de marzo, respectivamente, fueron sedes de sendas presentaciones del pianista suizo Michael Thalman, quien con maestría y dominio técnico, repasó monumentos musicales de famosos compositores como Frédéric Chopin, Claude Debussy, Maurice Ravel y Josef Garovi.
Para los amantes de la cultura francesa y universal, esta Semana de la Francofonía que tomó como vórtice los predios del Centro Histórico de la Habana, como siempre, ha sido una excelente oportunidad para palpar de cerca lo mejor del arte, la literatura y el conocimiento del mundo francófono, tan cercano lingüística, histórica y culturalmente con las raíces hispanas de nuestra nacionalidad, así como el privilegio de intercambiar experiencias y estéticas que, a pesar de la lejanía geográfica, demuestran el común equilibrio entre talento y universalidad.  
Rodolfo Zamora Rielo
Redacción Opus Habana


        

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar