
Fue Ayuso quien lanzó en Cuba, desde esa vidriera, la mini falda, el empleo del short como prenda de vestir en la ciudad para hombres y mujeres, la ropa en mezclilla de variados colores y gramajes...

Los que realizaban una revolución deberían tener un traje revolucionario, un traje tan bello como económico y funcional; esto lo comprendió la heroína y presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas, Vilma Espín, y por ello le encargó a Ayuso –quien ya había dado pruebas de talento en su boutique Corinto y Oro– la creación del Taller Experimental de Diseño.
Ubicado en la céntrica Rampa, el Taller orientaría a la población y a la industria de confecciones en algo que no debía descuidarse: la imagen del hombre y la mujer. En aquel espacio se ubicaron talleres, oficinas y un espacio expositivo vanguardista diseñado por su esposa –la arquitecta cubana Ana Vega– la «vidriera mágica» en la que de un modo novedoso, cada noche de sábado, con acompañamiento musical del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, un equipo de hermosas modelos –entrenadas en el propio taller con el apoyo de expertas como Norka y Norma Martínez– presentaba las propuestas en un nuevo estilo, dinámico, audaz como la ropa que portaban.


1 Algunos de los principales diseñadores gráficos del llamado «periodo de oro del cartel» que se manifestaba contemporáneamente –Beltrán, Morante, Reboiro– fueron colaboradores del Taller Experimental de Diseño a solicitud de Ayuso.
Pedro Contreras
Crítico de arte
Crítico de arte