¿Cómo se forman las naciones? ¿Hasta qué punto estas son resultado de conflictos seculares o de elementos existentes a priori? ¿Cómo influyen los imaginarios en este tipo de estudios?, fueron interrogantes debatidas por historiadores de diversas generaciones durante la primera sesión de La Historia como problema: Taller historiográfico y de debates históricos.

Auspiciado por la Academia de la Historia de Cuba, la primera sesión de La Historia como problema: Taller historiográfico y de debates históricos, tuvo lugar el 3 de diciembre, en el Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana.


La Academia de la Historia de Cuba, consecuente con su propósito de promover la investigación y el conocimiento del pasado nacional, convocó a La Historia como problema: Taller historiográfico y de debates históricos, cuya primera sesión tuvo lugar este martes, 3 de diciembre, en el Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana. Iniciativa muy acertada, si tomamos en consideración el vacío historiográfico que aún persiste en la mayoría de los estudios llevados a cabo por los investigadores de esta especialidad de las ciencias sociales. Muy certera es, además, la dinámica de este Taller, que lejos de consistir en la realización de una mera conferencia, propicia el debate y la participación activa entre historiadores de diversas generaciones en torno a un tema central. En esta ocasión, el debate se concentró en el análisis de los cimientos del proceso de formación nacional cubano, a partir de una investigación en curso que lleva a cabo el reconocido historiador Jorge Ibarra Cuesta.
«La identidad prenacional y el patriotismo criollo de los siglos XVII y XVIII: ¿Premisas históricas lógicas de las Juntas autonomistas y del independentismo americano del XIX?» es el nombre del artículo puesto a discusión. Partiendo del hecho de que «con demasiada frecuencia los criterios para identificar las llamadas propiedades de las nacionalidades y las naciones resultan sumamente variables y ambiguos», Ibarra Cuesta propone una metodología de estudio comparativo para profundizar en aquellos aspectos que, en los siglos XVII y XVIII, coadyuvaron a crear una base sobre la cual se desarrolló la formación nacional cubana en los siglos posteriores. «La investigación comparativa del proceso histórico de las posesiones coloniales antillanas me condujo por otro camino. En el curso de la investigación se hizo evidente que apenas existían testimonios que pudieran fundamentar historiográficamente, categorías tan amplias e imprecisas como una psicología común o una comunidad de cultura, requerimientos esenciales para el proceso de formación de acuerdo con varias de las definiciones referidas».
Precisamente este es uno de los aspectos más loables del estudio de Ibarra Cuesta, según expresó durante el Taller la Dra. Áurea Matilde Fernández Muñíz, quien catalogó este trabajo de obligada consulta para los historiadores, sobre todo la primera parte, donde el especialista analiza las formulaciones teórico-metodológicas más conocidas sobre la formación de la nacionalidad.
Por su parte, la Dra. María del Carmen Barcia reflexionó sobre la importancia de la teoría en las investigaciones históricas, y la necesidad de que los historiadores cubanos desarrollen más este aspecto, puesto que «la teoría se construye con nuestros ejemplos y desde la experiencia de nuestros procesos». Además, hizo referencia a dos categorías que resultan imprescindibles en el estudio de la nación política: la Hegemonía y la Subalternidad, al tiempo que alertó del cuidado que debe tener todo científico social al trabajar con un sistema de categorías, pues «el concepto de cada una de estas pueden variar entre un investigador y otro».
A la pregunta formulada por el Dr. Félix Julio Alfonso López de ¿hasta qué punto cuestiones como los imaginarios son importantes en el estudio de la formación nacional?, Ibarra Cuesta, desde la sapiencia acumulada por años de investigación sobre estos temas, explicó cuán imprescindible es este elemento, no solo para comprender el entramado de la formación de una nacionalidad y una nación determinadas, sino también para conocer la coyuntura histórica en la cual se inserta ese proceso. «En el artículo puesto a consideración en este Taller, por ejemplo, la reconstitución del imaginario patriótico americano creado al calor del diferendo histórico con el poder colonial, nos permite rebatir la afirmación hegeliana de que la historia de América no era sino “eco y sombra” de la historia de Europa».

Jorge Ibarra Cuesta es Miembro de Número de la Academia de la Historia de Cuba y Premio Nacional de Ciencias Sociales 1996. Ha publicado numerosos libros, entre ellos Aproximaciones a Clío (1979), Nación y cultura nacional (1980), Un análisis sicosocial del cubano. 1898-1925 (1985), Cuba, partidos políticos y clases sociales. 1898-1925 (1992), Cuba: 1898-1958. Estructura y procesos sociales (1995), Patria, etnia y nación (2007) y Marx y la historiografía de la plantación esclavista americana (imagen izquierda).

Celia María González
Opus Habana

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