«Disfruto mucho caminar muy tempranito o en la noche por el Centro Histórico de La Habana para reencontrarme cada vez con varios siglos», afirmó el periodista y escritor ruso Alexander Moiséev horas antes de partir hacia su país desde La Habana, donde estuvo de visita coincidiendo con las recientes jornadas conmemorativas por el Día de la prensa cubana (14 de marzo), durante las cuales recibió junto a otros profesionales la Orden Félix Elmuza, la más alta distinción que otorga la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).

 

Alexander Moiséev es el autor de los libros: Los rusos en Cuba, En pos de los libros. Apuntes de un lector ruso; La sonrisa del caimán y Cuba. La sabiduría popular para cada día.

«Disfruto mucho caminar muy tempranito o en la noche por el Centro Histórico de La Habana para reencontrarme cada vez con varios siglos», afirmó el periodista y escritor ruso Alexander Moiséev horas antes de partir hacia su país desde La Habana, donde estuvo de visita coincidiendo con las recientes jornadas conmemorativas por el Día de la prensa cubana (14 de marzo), durante las cuales recibió junto a otros profesionales la Orden Félix Elmuza, la más alta distinción que otorga la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).
Un momento importante de su estancia en la capital cubana fue —sin dudas— la concertación entre la UPEC, signado por su presidente, Antonio Moltó, de un Convenio de cooperación con la Unión de Periodistas de Moscú, representada por Moiséev.
También marcó hitos la fundación del Club de periodistas cubanos amigos de Rusia, encabezado por el ya experimentado Antonio Rondón y la joven Natasha Vázquez, ambos formados en instituciones del país euroasiático, y por Roberto Molina, destacado corresponsal y enviado especial de la Agencia Prensa Latina en distintas ocasiones a tierras rusas.
Autor junto a su esposa Olga Egorova del libro Los rusos en Cuba, En pos de los libros. Apuntes de un lector ruso, Moiséev impartió en la Casa de la prensa una conferencia sobre el escenario mediático en Rusia durante el encuentro «Entre Colegas» que auspicia el Círculo de Periodismo en temas internacionales de la UPEC.
Moiséev ubica los orígenes del interés suyo siempre creciente hacia Cuba en 1959, cuando triunfó la Revolución Cubana. «Entonces todos los soviéticos hablaban de Cuba, de Fidel, del Che, de Raúl, de Camilo… Más tarde, ya de alumno en el Instituto Estatal del las Relaciones Internacionales de Moscú, leí muchos textos sobre la Isla».
Especialmente impresionado por un libro de Ernesto Che Guevara, solicitó al entonces decano de la Facultad del Periodismo Internacional que le posibilitara el aprendizaje del idioma español (ya dominaba el francés y el inglés) para poder continuar con sus lecturas de todo el material existente en Moscú sobre Cuba. «Y visité Cuba por primera vez en 1981 como enviado especial del periódico Soviétskaya Rossia (Rusia Soviética), hace ahora casi 35 años. Desde entonces me ocupo del tema Cuba como especialista, periodista y escritor».
A juicio de Moiséev, son muchos los vínculos que pueden restablecerse entre las culturas cubanas y rusa: «La literatura, el ballet, la música, el teatro y el cine; la pintura y hasta el humor gráfico. Desgraciadamente hoy día estos contactos se realizan muy esporádicamente», exclama con evidente pesar. En este sentido, el también autor de los libros La sonrisa del caimán y Cuba. La sabiduría popular para cada día recuerda con agrado los viajes en 2001 de pintores rusos a Cuba y la exposición de obras cubanas en Rusia en 2002, o la gala-concierto ¡Viva Alicia! en el teatro Bolshoi de Moscú, donde en 2011 actuaron los ballets de Rusia y de Cuba en honor de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso.
De igual forma rememora las visitas a Moscú del afamado pianista y compositor cubano Frank Fernández y la gira de los coros ortodoxos rusos a La Habana… «Nuestros gobiernos podrían hacer más por incrementar el intercambio cultural entre nuestros dos países, que tienen relaciones históricas, hermanas y estratégicas», puntualiza. Al hablar de los autores cubanos que prefiere, afirma que «adora a José Martí», en especial las crónicas dedicadas a temas rusos, por ejemplo, a Pushkin y Vereshchaguin.
«Me gustan las obras de Alejo Carpentier, la cuales leí con un gran interés. Entre otras, podría nombrar El reino de este mundo, Los pasos perdidos, El siglo de las luces, La consagración de la primavera y El arpa y la sombra». Cita además las novelas de Julio Travieso, la prosa de Anton Arrufat y de Manuel Cofiño, los cuentos de Onelio Jorge Cardoso, así como la poesía de Eliseo Diego y Nicolás Guillén.
Moiséev precisa que la mayor parte de estas obras las leyó traducidos al ruso. «En la Unión Soviética fueron llevados a nuestra lengua una gran cantidad de libros cubanos. Pero si se trata de elegir a mis autores favoritos, distinguiría sin duda alguna a José Martí y a Alejo Carpentier».
Rememora con nostalgia las estrechas y fructuosas relaciones que existieron durante 30 años en la época soviética. «Entonces la URSS construyó o construía en Cuba más de 600 objetos económicos; el intercambio de los especialistas y artistas entre nuestros países era muy amplio. Cientos de miles de cubanos estudiaban en la Unión Soviética y casi un millón de ellos aprendía idioma ruso allá y aquí. Esas eran verdaderas relaciones de amistad y amor entre nuestros dos pueblos. Nosotros no podemos olvidar, y debemos reiterarlo a las nuevas generaciones de rusos y de cubanos».
Entre sus lugares favoritos de la capital de Cuba, Moiséev señala el Centro Histórico de La Habana así como las barriadas del Vedado y Miramar, con la Quinta Avenida y sus alrededores. «Además me gustan también el parque Lenin, los jardines del Vedado y especialmente el paseo del Malecón. Para mí es un gran placer, una delicia poder estar en dichos lugares.
Disfruto caminar por La Habana muy tempranito o por la noche cuando me reencuentro cada vez en varios siglos. Y para mí es increíble». Entre sus sueños está el poder restablecer en La Habana el centro gastronómico y cultural en el edificio del antiguo restaurante Moscú, afectado por un incendio, . «También levantar en Moscú monumentos más sólidos e importantes que los existentes a José Martí y en La Habana a Aleksandr Pushkin, instalándolos en los parques llamados por sus nombres.
«Podríamos crear las Casas de Moscú y de La Habana en nuestras respectivas capitales. Claro, que para realizar uno u otro proyecto hay que trabajar mucho, hay que buscar el financiamiento, a la gente interesada, hay que conversar y no ser indiferentes. Y entonces la historia, como dijo el Comandante Fidel, nos absolverá».

Redacción Opus Habana

Foto: Yoandri Ávla
Foto: Yoandri Ávila Foto: Lilibet Enriquez Infante
Imagen superior: Alexander Moiséev imparte una conferencia sobre el escenario mediático en Rusia, en el espacio «Entre Colegas» de la UPEC. Imagen izquierda: Alejandro Moiseev, en representación de  la Unión de Periodistas de Moscú y Antonio Moltó, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba, despues de la firma del convenio de cooperación entre ambas organizaciones. Imagen derecha: Alberto Alvariño Atienzar, vicejefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, impone la Orden Félix Elmuza a Alexander Moiséev.

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